El Zafán Fútbol Sala ha dado a su fiel afición dos ascensos y un 20 aniversario como sede de la Copa Aragón
Zafán lo significa todo en La Puebla de Híjar. Alude al río y a la vía férrea que antaño conectaba el pueblo con Tortosa y que ahora es una de las vías verdes de referencia. Pero no solo eso. La palabra va ganando acepciones y es la seña de identidad del deporte gracias al equipo de fútbol sala.
El club se fundó en 1996 y desde entonces, tanto los que estuvieron como los que están, llevan con orgullo la identidad de La Puebla por todo Aragón. Con su fundación cambiaron los hábitos de muchos poblanos y el pabellón Pedro Sierra se convirtió en el centro de reunión cada dos sábados. Unos para hacer deporte y otros, para animar. Hasta no hace muchos años contaban además con el Zafán B por lo que el club se convirtió en la casa de buena parte de los niños y jóvenes.
La elección de Zafán como nombre no fue casual, precisamente por toda la historia que refleja, y comenzaron a trabajar una labor seria que se vio recompensada con el apoyo vecinal inmediato y, hace cuatro años, además con resultados deportivos.
Han conseguido dos ascensos a Tercera División, el primero en 2013/14 quedando campeones de Liga Autonómica, y el segundo en la 2015/16. Este último ascenso coincidió con el 20 aniversario del club y al regalo -ganado y merecido- de subir de categoría, se sumó ser elegidos por la Federación anfitriones de la IX Copa de Fútbol Sala «Gobierno de Aragón».
«Como directiva aquello lo recordamos con añoranza, fue importante y que se hiciera en una localidad de Teruel, más», reflexiona el secretario y también jugador, Alejandro Alcaine. «Todo lo debemos a nuestro trabajo y al de la anterior directiva», añadió.
En la cabeza de aquellos precursores no estaban estos logros, ni siquiera cumplir los 20 años. «Nuestra batalla anual era seguir adelante con un mismo estilo», dice Pedro Bello, miembro de las primeras directivas. «La clave creo que está en que se empezó con gente muy válida que quería mucho a su pueblo y que los que tomaron el relevo en 2011 aprovecharon los buenos cimientos y dieron un salto en todo hasta poner al Zafán en lo más alto», añade.
«No puede haber un acto en La Puebla paralelo a un partido del Zafán porque todo el mundo está en el pabellón», concluye esta vez como alcalde.
La unión de un pueblo
El Zafán cambió la vida de todo el pueblo. «Con 22 años me marché a trabajar a Barcelona. En aquella época mía no había opción de deporte, todo era ir a ayudar a los padres al campo», cuenta Mariano Artal, que tras jubilarse se instaló en La Puebla y como buen aficionado al «futbito» es uno de los integrantes de la sección más longeva de la grada.
Unos tienen cariño al Zafán porque lo vieron nacer y otros, porque se han criado en sus filas, como es el caso de los veinteañeros del equipo. «Más allá de los partidos, quedamos a cenar, a cafés, para salir… Somos un grupo de amigos». Jaime Lanuza tiene 27 años y es uno de los porteros.
Entró al Zafán en la temporada 2005/06 y todavía se le ilumina la cara al recordar la llamada para debutar con 13 años. «Momentos clave a nivel de equipo son los dos ascensos, muy importantes a nivel de piña», explica antes de dar la clave del Zafán. «La unión del pueblo se refleja en este equipo».
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