La iniciativa pretende reducir el uso de plásticos convencionales y se ha testado en un campo de melocotón de la D.O. de Calanda
Los plásticos utilizados en la industria agro-alimentaria pueden suponer un problema medioambiental. Para tratar de solucionar este asunto, una serie de socios procedentes de Italia, Bélgica y España decidieron poner en marcha el proyecto Multibiosol, que nació en 2015 y finaliza esta temporada. La iniciativa, financiada por el programa Life de ayudas europeas, pretende reducir los residuos de plásticos convencionales derivados de las actividades agrícolas.
Cooperativas Agroalimentarias de Aragón es una de las entidades que forman parte del proyecto. El biólogo y asesor técnico de esta organización, Jesús Abadías, asegura que el objetivo de Multibiosol es «desarrollar plásticos biodegradables y biobasados para reducir el impacto ambiental que tienen en el sector agrario y agroalimentario».
Durante los tres años que ha durado este proyecto se han desarrollado dos tipos de bioplásticos. El primero «orientado al acolchado de productos hortícolas» y el segundo dirigido «al embolsado de frutas». Al ser biodegradables, cuando termina el ciclo de cultivo el acolchado «puede incorporarse» al campo y las bolsas «pueden utilizarse para compostar», asegura Abadías. Se trata también de films «biobasados», que no contienen trazas de petróleo, e «incorporan oligoelementos que mejoran la calidad del suelo y del fruto».
Testeo en Calanda
El ensayo de las bolsas para fruta se está desarrollando en Calanda con melocotones pertenecientes a la D.O. Hace tres años el terreno de José Manuel Aguilar fue el seleccionado como finca piloto. El agricultor asegura que el primer año las bolsas «no fueron lo que se esperaba» pero que «han ido mejorando».
Uno de los problemas que detectó Aguilar fue que las bolsas eran demasiado opacas, por lo que no podía saberse con certeza cuál era el momento óptimo para la recolecta. Un inconveniente que se ha ido solucionando.
Abadías señala que en el caso del embolsado de melocotón el objetivo es que «se mantenga la misma calidad» que con las bolsas de papel convencionales. La principal diferencia estaría en que si cayeran al suelo no producirían ningún impacto ambiental. «Hoy en día si vas a una explotación de embolsado en Calanda todavía hay bolsas del año anterior», señala Abadías.
Actualmente se están analizando los resultados pero Abadías adelanta que «están saliendo bien». Añade que «se está manteniendo más o menos el calibre» y que «incluso está mejorando en algún aspecto la uniformidad del color».
El asesor técnico comenta que el objetivo a largo plazo sería «poder fabricar productos biodegradables plásticos a nivel industrial». No obstante, Aguilar muestra algunas dudas respecto a lo que supondría la implantación de este nuevo tipo de embolsado. «No sabemos lo que cuesta ponerlas con una persona que embolsa habitualmente», comenta. Señala así una cuestión importante: «que la mano de obra no se encarezca».
Biobas ¨Plasticos Biobasados¨ dice
El PBAT es una buena alternativa para el mulching o acolchado agrícola, si bien no es de origen renovable si es 100% biodegradable y existen estudios en centros de investigación de Zurich – Suiza , que este material no contamina los suelos.
Un proyecto de investigación coordinado logró demostrar que los microorganismos del suelo utilizan metabólicamente el carbono en el polímero PBAT tanto para la producción de energía como para la acumulación de biomasa microbiana.
La investigación demuestra que los microorganismos del suelo mineralizan las películas de PBAT en los suelos y transfieren carbono del polímero a su biomasa.
También existen resinas combinadas con: uso de origen renovable y no renovable, 100% compostables con una cristalinidad similar al polietileno que podrían suplantar este último , claro que todo debe comprobarse en campo.