A partir de este lunes finaliza el permiso retribuido recuperable decretado para los sectores no esenciales que tuvieron que parar su actividad por la crisis sanitaria del Covid-19. Comienza así el intento de vuelta a la normalidad, al menos para los sectores no esenciales, que podrán reanudar su actividad, aunque con un futuro poco esperanzador ante la posibilidad de que se alargue el confinamiento de la población. Desde el Gobierno se ha editado una Guía de buenas prácticas para aquellos que regresan al trabajo. «Volvemos a la etapa inicial, el confinamiento sigue siendo duro pero por lo menos hay alguna empresa que podrá volver a abrir, aunque el comercio, excepto farmacias y alimentación, va a seguir cerrado. Las perspectivas tampoco son halagüeñas porque igual a partir del 26 hay que volver a prolongar esta situación», ha explicado Cristina Bret, representante de la Asociación de Profesionales, Empresarios y Comerciantes de Caspe y Comarca (APEC).
Entre los sectores con más ansias de reanudar su actividad se encuentra la industria, que no estén directamente relacionadas con los servicios esenciales o las constructoras, que ya alertan de grandes pérdidas que se van acumulando. Será un proceso lento y complicado. Una de las principales preocupaciones de los empresarios es poder asegurar la seguridad de sus trabajadores. «Un aspecto determinante es garantizar la seguridad de las personas que van a su centro de trabajo. Se tienen que tener todas las garantías para que los trabajadores que se incorporen tengan la total seguridad de que no van a estar en contacto con otras personas que fueran susceptibles de estar infectadas. Para eso sería necesario hacer los famosos test. La situación es muy compleja y en este sentido las empresas debemos de garantizar en la medida de lo posible la seguridad del personal», ha explicado Roberto Miguel, presidente de la Asociación de Empresarios de Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Martín.
El de los autónomos es otro de los sectores más sensibles ante la parálisis económica que han tenido que soportar. A pesar de las iniciativas del Gobierno, como la aprobación de moratorias, muchos de ellos ven comprometido su negocio. «Es un drama lo que estamos viviendo. Depende mucho del sector y de la salud financiera que tenga el pequeño autónomo. El grado de endeudamiento que nos pille dentro de nuestro ciclo laboral va a ser el que determine el poder seguir con la actividad. Estamos poniendo en riesgo todos nuestros ahorros para mantener las empresas en pie», ha destacado Miguel.
En cuanto a los sectores turísticos, hosteleros y hoteleros, el futuro es aún más desolador. Los establecimientos seguirán clausurados y desde las entidades empresariales temen que el día que sea posible abrir, no bastará simplemente con reanudar la actividad, ya que la crisis ha trastocado los modos de vida. «Este sector es el que más esta sufriendo las consecuencias de manera inminente. Hasta que la sociedad no vuelva a recuperar esa confianza para volver a estar juntos en un bar compartiendo una cerveza, o tener una experiencia en un restaurante, o una celebración de un bautizo o de una boda, va a costar mucho volver a la normalidad», resumió Miguel.