A sus 32 años, Rhamsés Ripollés es alcalde de Morella por el PSOE desde 2012, cuando sustituyó a Ximo Puig
¿Qué es l»Anunci?
Una fiesta muy especial que es la antesala del Sexenni de 2018, una festividad que se celebra cada seis años. Tiene su origen a finales del siglo XIX, cuando la juventud morellana de forma improvisada comenzó con el desfile. Contaremos con 40 carrozas, 60 toneladas de confeti y esperamos la llegada de 40.000 visitantes.
La implicación del pueblo es total.
Sí, tenemos 2.600 habitantes y solo en el desfile ya participan 1.500. También trabajan muchos organismos en la preparación y el desarrollo.
¿De dónde procede el público?
Recibimos visitantes de proximidad, desde Benicàssim a Salou. Esto significa que llegarán turistas de toda España y el extranjero que están de vacaciones en la playa.
¿Qué ofrece Morella?
Un patrimonio histórico, paisajístico y gastronómico. Es un pueblo con una estructura medieval bien conservada y con una puesta al día en los comercios, restaurantes, actividades,.. No solo pueden visitar nuestro conjunto arquitectónico sino que puedes disfrutar de numerosos complementos.
En 2016 Morella contó con una proyección de visitantes de alrededor de 400.000 personas, ¿trabajan en la búsqueda de nuevos perfiles?
Una de las vías más importantes es la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, a la que también pertenecen varios pueblos bajoaragoneses. Es el mejor ejemplo de como la suma de pequeños municipios con atractivos importantes y un prestigio reconocido nos estamos uniendo y eso nos hace llegar a mercados a los que en solitario sería muy complicado. Es un éxito. También estamos en otros proyectos conjuntos como el Consorcio de los Tres Reyes con Alcañiz y los Tres Territoris con el Matarraña.
Sus datos son muy potentes, otros municipios con los que están unidos se pueden aprovechar más de sus sinergias que al contrario.
No hay que mirar quien se beneficia más, es el conjunto. Todos estos proyectos se basan en la generosidad de todas las partes por sumar, lo de mirarnos como competencia es algo de épocas pasadas.
Para la unión son imprescindibles las infraestructuras y la N-232 sigue siendo un hándicap.
Estamos ansiosos porque terminen las obras de Monroyo porque son fundamentales al igual que empiecen las del Puerto de Querol. Tenemos que tener un N-232 en condiciones pero sin renunciar a la A-68, un proyecto a medio-largo plazo irrenunciable para nuestro futuro socioeconómico y la lucha contra la despoblación.
También se han unido en materia de infraestructuras en la plataforma ¡A-68, Ya! y el Acuerdo de Morella.
Es una muestra más de la importancia de la fuerza conjunta en los territorios en que tenemos los centros administrativos tan lejos.