El reptil volador hallado en Cuencas Mineras es el más grande que se conoce en toda la Península Ibérica
Un equipo internacional de paleontólogos ha hallado en un yacimiento de Obón, municipio de la Comarca de Cuencas Mineras, un fósil que ha permitido constatar la existencia de una nueva especie de pterosaurio, el Iberodactylus Andreui, que habitó en la provincia turolense hace unos 125 millones de años.
En concreto los fragmentos hallados corresponderían al morro de un reptil volador, el más grande encontrado en toda la Península Ibérica puesto que los expertos calculan que medía en torno a cuatro metros de punta a punta de sus alas. «Es un fósil único que corresponde a parte anterior del cráneo de un reptil volador. Es la primera vez que se encuentra uno de esta especie porque es muy muy raro», incidió José Ignacio Canudo, miembro del grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza, que ha participado en la investigación.
Se trataría de una especie que se alimentaría de peces de tamaño mediano, para lo que disponía de un morro acabado en pico con dientes y una cresta ósea en la superficie. «Nos tendríamos que imaginar un gran murciélago que iría planeando por lo que hoy conocemos como Obón, que en realidad sería una costa tropical», explicó Canudo.
La localidad se presta a este tipo de descubrimientos aunque no es del todo común encontrar en sus yacimientos una gran cantidad de fósiles significativos. «En Obón afloran unas rocas muy interesantes de la época Cretácica donde hasta ahora no se habían hecho espectaculares descubrimientos. Este es el primero, pero esperemos que no sea el último (…) Nosotros seguimos trabajando en la zona, prospectando, buscando… y lo bonito sería encontrar más restos de este pterosaurio y poder reconstruirlo por completo sería muy ilusionante», comentó el miembro de Aragosaurus.
El hallazgo se publicó recientemente en la prestigiosa revista «Scientific Reports» por parte de todo el equipo de investigación, con Borja Holgado, del Instituto Catalán de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), a la cabeza. El holotipo, es decir el resto fósil que ha servido para describir la nueva especie, está depositado en las colecciones del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza.