La cantaora extremeña Esther Merino (Gévora, Badajoz, 1984) actuó este sábado en el Pozo de San Juan de Andorra como es tradición al ser la ganadora del festival internacional del Cante de las Minas de la Unión (Murcia). Desde hace 15 años el museo Minero de la comarca Andorra-Sierra de Arcos, MWINAS, es el lugar donde la ganadora de la Lámpara Minera ofrece uno de sus primeros concierto tras recibir el galardón. Artista forjada en concursos y peñas, con muchos premios, con algunos discos y experiencia como profesora de flamenco, Merino encandiló al público andorrano con sus voz voluminosa, potente y diversa en registros. Estuvo acompañada del guitarrista Álvaro Mora, ganador del Bordón minero en esta edición del festival.
¿Qué supone actuar en Andorra?
Estar en este museo minero supone recordar los días anteriores en el festival Internacional del Cante de las Minas. Los cantes mineros tienen mucho sentimiento, arraigo y profundidad a la hora de cantarlos. Estoy encantada.
¿Qué son los cantes mineros?
Son cantes que interpretaban los mineros mientras trabajaban o también algunos familiares, especialmente los hijos si habían perdido a su padre en la mina. Por eso digo que son cantes que tienen mucho sentimiento y arraigo a la hora de cantarlos porque sus letras recogen la pena y el sufrimiento
Está en zona minera, ¿preparó algo especial para Andorra?
En la actuación hice hincapié en los cantes mineros, sobre todo, en los que he ganado en el festival del Cante de las Minas. A parte de la minera canté por cartageneras y tarantos.
¿Qué supone para una artista ganar el festival de flamenco más importante del mundo?
Es un reconocimiento a todos mis años de carrera y de lucha. Llevaba ya presentándome al festival en muchas ediciones y con Lámpara Minera 2022 y los premios por Mineras, Tarantos, Cartageneras y cantes bajoandaluces que también me llevé ya son 40 primeros premios los que tengo a nivel nacional. No solo ha supuesto subir 10 escalones sino el reconocimiento que supone la Lámpara Minera y a todos los lugares a los que me está trayendo. Además, en mi tierra están orgullosos de que el galardón se haya marchado para Extremadura, soy la tercera extremeña que lo consigue.
¿Qué puertas te está abriendo?
Especialmente el reconocimiento de tantísimos compañeros artistas y también las actuaciones que me están saliendo. Son lugares a los que no hubiese podido acceder. Solo espero que el público haya disfrutado porque en todos los lugares que visito se están volcando con nosotros y cuando eso sucede tu también tienes que dar lo mismo. Siempre me subo al escenario con la ilusión de darlo todo y agradar para que los espectadores se marchen con un buen sabor de boca.
¿Ya tienes nuevos proyectos en mente?
Ya me preguntan por el disco pero ahora quiero disfrutar estos primeros meses. Darlo todo en el escenario y ver con qué cante me siento más a gusto para a principios de año poder comenzar a grabar.
¿Es complicado empezar en el mundo del flamenco?
Mi padre es el más aficionado al flamenco de la familia y yo siempre cantaba de pequeña. Íbamos de vacaciones y en cualquier terraza me ponía a cantar. Varios miembros de una peña flamenca me vieron y la Diputación de Badajoz decidió darme una beca para estudiar en Sevilla. Allí empezó todo porque entonces yo tenía poco conocimiento del flamenco. Escuchaba mucho a Niña Pastori pero el flamenco puro y ortodoxo hasta que no me fui a Sevilla no lo empecé a conocer y estudiar. Esos tres años en los que estuve de lunes a viernes ocho horas al día dedicada a estudiar fue donde empecé a presentarme a concursos, ganar premios… y hasta el día de hoy.
¿Es más complicado iniciarse en el flamenco naciendo fuera de Andalucía?
No, Extremadura tiene muchísima afición flamenca. Soy la tercera Lámpara Minera extremeña y cada vez están saliendo más cantadores jóvenes que ya vienen con un arraigo de estudios muy fuerte.
Estos dos años de pandemia han sido complicados para el mundo de la cultura, ¿en el flamenco ya os estáis recuperando?
Este verano se nota la recuperación, hay bastantes más festivales y se organizan más actos. El público lo disfruta porque aunque es un arte para un grupo muy reducido cada vez tiene más seguidores y, entre ellos, muchos jóvenes.
Las has nombrado antes, ¿qué son las peñas flamencas?
El lugar donde se juntan muchos aficionados al flamenco y los cantaores cogemos tablas. En un festival si incluimos cantes profundos los espectadores no lo ven bien pero en cambio a los integrantes de las peñas es lo que les gusta, los cantes antiguos y puros. Los festivales se programan en verano pero en invierno lo que nos aguanta a los artistas son las peñas, en las que actuamos durante todo el año.