La Asociación de Cocineros de Aragón ya cuenta con 300 asociados de las tres provincias aragonesas. Se constituyó el 14 de mayo de 1993 con los objetivos del fomento de la protección, la colaboración y ayuda a los cocineros. Gracias a una labor constante, a fuego lento, han cambiado mucho las cosas desde entonces. Son profesionales implicados en la sociedad, respetados y queridos porque se dedican a «crear felicidad».
Esta asociación tiene como objetivo la protección y colaboración entre los cocineros de la comunidad, así como la realización de actividades culturales en la región. Promueve encuentros gastronómicos dentro del sector en diferentes épocas del año, con el fin de exponer nuevas ideas de creación y ponerlas en común. Organiza y fomenta contactos con otras asociaciones regionales, nacionales o internacionales facilitando a sus miembros similares relaciones de intercambio profesional.
«Tenemos casi casi una despensa infinita. En Aragón tenemos la suerte de poder contar con todo tipo de alimentos con sello de calidad diferenciada por origen», indica Javier Robles, presidente de la Asociación de Cocineros de Aragón. «Podemos competir en calidad con cualquier alimento de otro sitio. Tenemos que ponerlo en valor, agradecerlo y mentalizarnos de que hay que comprarlo», destacó.
Debido a la pandemia han llevado a cabo un calendario solidario en el que trece chefs de la junta de la Asociación de Cocineros de Aragón han posado ante la cámara de Cristina Martínez Lalana, con poca más ropa que sus gorros o delantales, en una iniciativa pionera en el ámbito de la gastronomía aragonesa. Patrocinado por ‘Aragón, alimentos nobles’, el calendario tiene un precio de 10 euros y los beneficios, como explica el presidente, Javier Robles, «irán destinados al Banco de Alimentos de Zaragoza; convirtiendo de esta manera la solidaridad en comida para los más necesitados».