La relevancia de la donación radica en la calidad, el material y la técnica que muestra el artista en las piezas
El Museo Reina Sofía recibió este domingo la donación de cinco piezas escultóricas «únicas», hechas en plomo por el autor maellano Pablo Gargallo. Pierrette Gargallo, hija del artista, realizó la donación, que suma las piezas a las ocho que ya posee la institución madrileña.
La donación tuvo lugar en la sala 208 de la segunda planta del edificio Sabatini, que albergará las piezas «La main à la pipe» (1920), «Portrait d»Angel Fernández de Soto» (1920), «Jeune fille espagnole» (1921), «Main de l»elegante» (1921) y «Lévrier (Galgo)» (1921).
El director del museo, Manuel Borja-Villel, expresó la importancia de esta donación. «Son obras diferentes, únicas, que completan la representación de Gargallo en el museo y que son muy importantes por su material, ya que en esa época la escultura se seguía haciendo con arcilla o con piedra», destacó.
El plomo permitía al autor maellano «hacer algo que parecía imposible con la escultura: dibujar en el aire», comentó el director del Museo.
Jean Anguera, nieto de Pablo Gargallo que asistió al acto en representación de su madre, explicó el fin de la donación. «Mi madre quería hacerla y creo que es una contribución muy importante a los españoles. Son obras que tienen un carácter emblemático y estoy muy contento de sentir la presencia de Gargallo en este museo», manifestó.
Todas las piezas forman parte del trienio 1920-23, que anuncian una serie de continuos descubrimientos revolucionarios para el futuro de la obra de Gargallo en particular y de la escultura en general.
Una donación de calidad
La relevancia de la donación radica en la calidad, el material y la técnica de las piezas, que Pablo Gargallo realizó cuando ya estaba considerado uno de los más importantes escultores de su época. Al tratarse de obras únicas, son de mayor interés que los ejemplares de bronce. El Reina Sofía, que dedicó una exposición a Pablo Gargallo en 1998, conserva un total de 29 de sus obras.