Con la edición y presentación del libro «Caja Rural, cien años con Teruel», la entidad pone el broche a los actos de conmemoración del centenario que lleva desarrollando desde febrero de 2020. No obstante, los que no se pudieron realizar debido a la pandemia, se aplazan. «Cuando la situación lo permita nos gustaría llevar a cabo algunos porque había propuestas muy interesantes e itinerantes por la provincia», dijo el Jefe del Área de Negocio de la entidad, Ángel Espinosa en la presentación del libro junto al presidente, José Cuevas. La obra, editada por la entidad turolense, va a poder consultarse en papel y podrá adquirirse, así como en formato digital a través de la página web librocentenario.es.
A través de sus páginas se muestra la historia de la entidad turolense a lo largo de sus primeros cien años de historia, desde sus orígenes con la fundación de la Federación Turolense de Sindicatos Agrícolas y Católicos (FTSAC) hasta la actual Caja Rural de Teruel. También un recorrido por las diferentes sedes que ha tenido, empezando por la situada en la calle Temprado, hasta su ubicación actual en el edificio modernista de «Tejidos El Torico», pasando por la sede de la calle San Miguel desde los años cincuenta hasta comienzos de los ochenta.
En el libro también se explica cómo ha sido la expansión de la entidad, mediante la apertura de oficinas, por la práctica totalidad del territorio de la provincia de Teruel, así como la apertura de sucursales en las provincias limítrofes de Zaragoza, Tarragona y Castellón. En la obra también se reconoce la labor de los catorce presidentes que ha tenido la actual Caja Rural de Teruel desde la creación de la FTSAC, el 4 de febrero de 1920.
La importancia de los Fondos Sociales, «tan importantes para la cooperativa de crédito turolense, queda reflejada también en esta obra a través de los principales proyectos sociales, formativos, culturales y deportivos en los que ha participado la Caja» y que sirve para revertir en la sociedad turolense parte de los beneficios de la entidad.
Otro de los aspectos que trata este libro es la transformación que ha vivido la entidad desde que, en sus inicios, se realizaran todos los apuntes de forma manual hasta la digitalización actual. También muestra una selección de las obras más representativas del fondo cultural de la Caja, con obras de pintores turolenses como el alcañizano Enrique Trullenque entre otros.
De la misma forma, la entidad ha querido compartir parte de su archivo fotográfico, que sirve para comprobar su evolución y la de la sociedad turolense a lo largo de los últimos cien años a través de jornadas, presentaciones y ferias, las sedes centrales de la Caja, las oficinas, el diseño de las libretas, los títulos de Capital Social o el «merchandising» de Caja Rural, entre lo que destaca «la gorra que tan popular se ha llegado a hacer», apuntó Espinosa. Realizó un recorrido por los diferentes capítulos del libro sobre el que aseguró que «muestra la importancia de la Caja a lo largo de estos años para el desarrollo de la provincia, así como el arraigo que se ha mantenido intacto desde sus inicios con el territorio».
El presidente de Caja Rural de Teruel, José Cuevas, manifestó su satisfacción por la coincidencia de su presidencia con la celebración del centenario, destacando «la labor de todos y cada uno de los empleados, que gracias a su esfuerzo, han conseguido que la Caja cumpla sus primeros cien años de historia». Lanzó «un mensaje de apoyo y confianza para todos los afectados por la pandemia».
Impacto de la crisis en la provincia
Cuevas hizo hincapié en la necesidad de que Caja Rural «debe seguir estando con los ciudadanos como entidad». De hecho, y en referencia a esta situación de crisis, respecto a los préstamos Espinosa avanzó que la mitad de las operaciones que se han firmado en la provincia en 2020 son de Caja Rural, concretamente, 1.300.
Respecto a los sectores «peor parados» por la crisis en la provincia, señaló a dos: turismo y hostelería por un lado y comercio por otro. «No obstante, si hablamos del sector agroalimentario, 2020 fue un año bueno. Esta pandemia nos ha cambiado comportamientos y nos lleva a una nueva vida todavía por ver», reflexionó.