Unas 60 personas rindieron homenaje este viernes en Alcañiz a los 18 bajoaragoneses registrados como víctimas del Holocausto durante el régimen nazi. De todos ellos, 16 habían nacido en Alcañiz, mientras que los otros dos residían en la localidad hasta antes de ser deportados junto al resto a diferentes campos de concentración. Sus nombres, su historia y sobre todo su memoria fueron recordados con motivo del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las víctimas del Holocausto (27 de enero) a través de unos actos organizados por Amical de Mauthausen, asociación encargada de defender los derechos morales y materiales de las víctimas con el objetivo de que «esta parte de la historia nunca vuelva a repetirse».
El horror del totalitarismo deja una cifra en la provincia de Teruel que, en palabras de Juan Manuel Calvo, presidente de Amical, suma 170 deportados a campos de concentración nazi. De ellos, casi la mitad eran ciudadanos del Bajo Aragón Histórico. Elegir un día para conmemorar su memoria fue una decisión que Naciones Unidas tomó 18 años atrás, en 2005. Se trata de una fecha lejana si se tiene en cuenta desde una mirada del día a día, pero, históricamente hablando, esta es «todavía demasiado reciente». Más todavía si se tiene en cuenta el «grave problema de memoria que existe en España», tal y como apuntaron desde Amical de Mauthausen durante una conferencia que tuvo lugar en el Palacio Ardid como parte de los actos de homenaje. «Llevamos años de retraso en comparación a otros países de Europa. La sociedad debe esforzarse todavía más en el reconocimiento a las víctimas», afirmó Calvo.
Desde hace algunos años el Día de la Memoria coincide con un panorama sociopolítico en el que los discursos de la extrema derecha continúan ganando fuerza entre la población, especialmente la más joven. Así lo alertó Calvo, quien defendió que la difusión de las historias de estas víctimas también es un aspecto básico para evitar que estos sigan ganando peso entre la sociedad. «La prevención sigue siendo crucial, sobre todo frente a estos discursos, que nos preocupan porque nos recuerdan a lo que se podía oír en los años 30 y nos llevó al desastre como sociedad«, añadió.
Pero más que por esa prevención, contar sus historias y recordar sus nombres es una tarea necesaria para entender un dolor que se extiende incluso hasta la actualidad en muchas familias. «Son trayectorias vitales que se rompieron para siempre y eso ha perdurado en el entorno familiar, que también es víctima. Desde el mundo local no podemos olvidarlo», concluyó.
Convenio con el Ayuntamiento de Alcañiz
Al recuerdo de todos ellos se dirige el convenio que ese día firmaron el Ayuntamiento de Alcañiz y Amical, un protocolo de colaboración en el que se hace constar que la capital bajoaragonesa es una localidad diversa y comprometida con sus ciudadanos y ciudadanas que aspiran a hacer real la dignidad y la calidad de vida para todos. «Queremos homenajear a aquellos alcañizanos que sufrieron y murieron en los campos de concentración nazis, y queremos asociarnos al símbolo y memoria que representan Auschwich y Mauthausen, un espacio de reflexión y memoria que nos ayude a eliminar los totalitarismos y aceptar al diferente como parte de la convivencia de una sociedad plural y democrática», destacó Jorge Abril, concejal de Cultura.
«Es fundamental que la gente joven conozca lo que vivieron en los campos nazis quienes podrían haber sido sus vecinos»

¿Cómo vivieron los alcañizanos y otras personas del territorio la deportación a los campos de concentración?
Tanto los deportados de Alcañiz, como el resto de republicanos que vivieron la misma situación, sufrieron una trayectoria que nació como consecuencia de la Guerra Civil. A principios de 1939, la retirada del ejército republicano llevó a miles de personas al exilio. Pocos meses después, coincidió este momento histórico con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Por ello, los grupos de exiliados republicanos, que estaban encuadrados en compañías de trabajadores junto al ejército francés, fueron detenidos por los nazis en 1940. Abandonados por el régimen franquista, se decidió su deportación a partir de agosto al campo de Mauthausen. Alrededor de 7.000 españoles, de los cuales 900 aragoneses aproximadamente, fueron trasladados a este campo de concentración durante el primer año. 16 de esas personas habían nacido en Alcañiz y dos de ellas vivían en esta localidad. Más o menos todos tienen la trayectoria en común del exilio, la detención por parte de los alemanes y deportación a este campo de concentración. Posteriormente algunos grupos fueron trasladados a otros campos.
¿Qué se conmemora en el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto?
Fue instituido por Naciones Unidas en el año 2005 y se extiende a todos los colectivos. El Holocausto es un concepto que hace específicamente mención al exterminio de los judíos. Pero hubo otros colectivos que también sufrieron persecución, como los llamados «enemigos políticos», dentro del cual se encuentra el grupo de alcañizanos. Por tanto, en los actos que se hacen cada 27 de enero, se intenta contextualizar esta persecución y explicar cómo fueron a parar ahí.
¿Por qué es importante mantener este recuerdo?
En primer lugar, por el propio conocimiento. Son personas que han sido olvidadas en la historia de España y está bien que se sepa quiénes eran, cuáles eran sus trayectorias, cuáles fueron sus itinerarios y las circunstancias de la deportación. Pero, además, es muy importante reconocer a esas personas. Fueron víctimas del nazismo y, por tanto, la sociedad les debe un reconocimiento como tal. Otro aspecto también fundamental es la prevención. Hay que conocer el sufrimiento del pasado, por qué fueron deportados, en qué circunstancias históricas y políticas intentó el régimen nazi eliminar a estas personas con un discurso de odio. Es muy importante conocer lo que sucedió para prevenir situaciones que pueden darse en el futuro o que incluso se están viendo en el presente ya, donde determinados discursos de la extrema derecha están desarrollando un discurso de odio a determinados colectivos. Por tanto, es conocimiento, reconocimiento y difusión.
¿Qué se puede hacer para preservar esos testimonios fundamentales de la historia de España y del territorio?
Hay muchas formas de trabajar para ello. Desde la investigación histórica para saber de quién estamos hablando y para conocer nuevos nombres y relatos, hasta la difusión mediante conferencias, por ejemplo, o a través del cine y la literatura. Sobre todo, uno de los objetivos fundamentales es poder llegar también a la gente joven. Con actividades concretas en centros educativos, a través de cualquier otra dinámica y llevando a los estudiantes a visitar los campos, logramos que comprendan todo lo que sucedió. Por ello, desde AMICAL dedicamos esfuerzos cada año para visitar el campo de Mauthausen, el de Buchenwald, o el de Sachsenhausen.
¿Cómo se vive en esta zona el recuerdo de este tramo de la historia?
Aquí, como en muchos otros sitios, ya se está dando el paso de incidir en el recuerdo familiar. Si hablamos de alrededor de 70 deportados en el Bajo Aragón Histórico, ya son 70 familias afectadas. Además, ya estamos trabajando para que esta voluntad por conocer el pasado sea colectiva. Asimismo, es cierto que muchos nietos se están interesando por lo que les ocurrió a sus familiares deportados y la historia que los acompañó. Pero esto no quiere decir que el trabajo esté hecho, sino que queda todavía mucho por hacer. Por ejemplo, estamos volcados en la gran labor de identificar a las personas que encontramos que fueron parte de esta historia. Por ejemplo, hace un mes descubrimos la identidad de un alcañizano que murió en el campo de Sachsenhausen y del cual no teníamos aún noticias.
A la hora de recopilar toda esta información, ¿Cuáles son las principales dificultades con las que se topan?
La principal es el tiempo que ha pasado. Han transcurrido ocho décadas desde el momento de los hechos. Por ello, tenemos que recurrir a los propios archivos o la documentación que los supervivientes elaboraron en el momento de la liberación de los campos. Existen documentos muy relevantes como el archivo de la Cruz Roja internacional, que tiene mucha información. Además de eso, es fundamental el trabajo que desarrollan los historiadores locales. A partir de los estudios que podemos realizar en investigación, se da este conocimiento a las localidades para que los historiadores de cada zona puedan localizar a los familiares y descubrir la vinculación de cada una de esas personas con el municipio. Están aflorando nuevas historias y cada vez que descubrimos una de ellas, lo que más impacta a los jóvenes es ver cómo vecinos que podrían ser incluso de su misma calle fueron víctimas del nazismo y sufrieron en los campos nazis. Sorprende porque es una historia desconocida, a pesar de que está ligado con la historia de España. Por ello, a la gente joven le sorprende y se interesan especialmente.
HONRA, GLORIA Y NUESTRO PERENNE RECUERDO A TODOS ELLOS
Y a los muertos de la guerra de Africa y la guerra del Rif, no homenajeamos a nadie???? No se posiciona el Ayuntamiento del lado positivo?, no rendimos honores a los muertos?, porque unos si y otros no?
Todos deberíamos de conocer que estas calamidades sucedieron para que no se repitan.
Y dar las gracias a organizaciones como Amical de Mauthausen por lo que hacen.