La crisis sanitaria y, con ella, el cierre o descenso en la actividad de cientos de negocios del territorio generan una incertidumbre total para los empresarios, que agudizan el ingenio para poner en marcha iniciativas y seguir «conectados» con los clientes. Las redes sociales se están convirtiendo en la mejor herramienta para mantenerse activos y prestar un servicio esencial o solidario se convierte en el aliciente para salir adelante.
«Estoy creando contenido en mis redes sociales y hago directos»
Sobre todo, no falta el mensaje de esperanza. También para aquellos que han tenido que cerrar sus persianas y no saben cuando van a poder volver a abrirlas. Cristina Foz, propietaria de El Ropero de Alcañiz, es optimista con la situación que viviremos una vez se levante el confinamiento y está aprovechando al máximo estos días para crear contenido en las redes sociales de su tienda. Todos los sábados realiza un directo con autónomos de la zona que puedan aportar contenido a sus seguidoras. El último fue con la wedding planner alcorisana Sonia Montero sobre cómo ser la invitada perfecta. Diariamente comparte imágenes de catálogos que fotografía en rincones de su casa y se nutre con podcast y directos relacionados con su profesión y el crecimiento personal. «Lo que puedo aportar es con contenido con el que no desconecte de mi público», comenta Foz, quien se muestra confiada en que saldremos con ganas de vivir y valorando más las cosas como el comercio de proximidad.

«Hacemos formación online, reuniones… Vamos a volver con mucha más fuerza»
En unos días, en DRU le dieron la vuelta al «shock» inicial generalizado y se centraron en «ver el lado positivo» empleando el tiempo en lo que nunca pueden. Disfrutar de la familia, desarrollar aficiones y, desde luego, mucha formación en cursos y conferencias online. Durante el estado de alarma no pueden realizar servicios a domicilio salvo que sean solicitados por servicios sociales para algún caso concreto de extrema necesidad. No han perdido el contacto con los clientes a los que han resuelto dudas a distancia.
El equipo se mantiene en contacto y ya está inmerso en gestionar el regreso poniéndose al día de medidas de seguridad a tomar y, como empresa afectada por un ERTE, en gestionar la burocracia. «Todo saldrá bien en todos los aspectos, estamos muy animados y volveremos con más fuerza, todos nos necesitamos», dicen.

«Se venden más periódicos, quien lo leía en el bar ahora viene a por él»
Los quioscos son uno de los establecimientos que han permanecido abiertos desde el comienzo del estado de alarma. En su caso se han adaptado abriendo solo por las mañanas y han colocado un doble mostrador y llevan protección. Las personas que pasean por la avenida Aragón son pocas y su clientela ha descendido. Luis Sodric reconoce que han bajado las ventas pero «no ha querido ni hacer números» para calcular las pérdidas totales en este mes. Sí han notado un cambio en el consumo. Se ha incrementado considerablemente la venta de material escolar para entretener a los más pequeños con manualidades y, estos últimos días, también se compran más libros. Con el coronavirus también se ha acrecentado el interés por la información: «los que leían prensa en el bar ahora vienen a comprar».

Comida y cena a los sanitarios para mantenerse activos
La Tasca del Artillero, un bar recién inaugurado en Caspe por un equipo muy joven de la localidad, está encargándose a diario de proporcionar la comida y cena a todo el personal den centro de salud. «Veo que la colaboración está siendo de parte de todos en Caspe, desde los supermercados, bares, comercios… y quería aportar también algo, y más teniendo el establecimiento cerrado», explica Adrián Barceló, propietario de la Tasca.
«No tuvimos tiempo de demostrar al público de lo que éramos capaces, abrimos y a los 9 días tuvimos que cerrar, así que decidí hacer algo por los sanitarios, que son los más importantes en este momento». Después de llegar a un acuerdo, la Tasca del Artillero se ha comprometido a llevar la comida y cena a los trabajadores del centro. «Cada día les sorprendo con una receta nueva, y ellos encantados».

Abiertos para ayudar al sector primario
Aunque los talleres han visto afectada su actividad, realizan una labor esencial. El taller de automoción Neumáticos Comech de Caspe ha permanecido abierto desde el primer día que se decretó el estado de alarma. Según su propietario, David Comech, es importante seguir dando un servicio a sus clientes, y todavía más a los trabajadores del campo. La mayor parte de la demanda de estos días ha sido de tractores y furgonetas. «Ha bajado mucho el servicio a automóviles porque lógicamente apenas se utilizan, estamos muy preocupados por lo que pasará después».

«La incertidumbre es clave, nos obliga a buscar otros recursos»
Los psicólogos son básicos estos días de confinamiento. La mayoría, como el Instituto Psicosocial Gess, realizan su labor por videoconferencia. En un 70% son pacientes del centro y el 30%, nuevos usuarios, básicamente, personas que por su trabajo están mucho más expuestas y reciben el servicio de forma gratuita.
«Hay sentimientos de culpabilidad y miedos, no por ellos, sino por el temor a contagiar a su familia y hay que gestionar la ansiedad», dice la psicóloga, Gema Prades, que ahora trabaja desde casa. «Personas que no pueden hacer el duelo por pérdidas o el miedo de si esto va a volver a ocurrir», añade. Es, precisamente, el factor de la incertidumbre prolongada lo que hace de esta crisis una situación que requiere de nuevos recursos y que obliga a la profesión a seguir investigando. La recopilación de datos y estadísticas se lleva a la par. Gestionan también el Punto de Encuentro en Alcañiz donde las 10 familias usuarias alcanzaron acuerdos para no hacer uso mientras el estado de alarma. «Un gesto a valorar», dice.
Es la psicóloga de la Comarca del Maestrazgo desde donde servicios sociales continúa con ayuda a domicilio y reparto de comidas (que va en aumento), asistencia psicológica a personas que han tenido contagios y evitar estigmatización, llamadas a personas solas y todo el servicio desde el Área de Mujer con el IAM.

«Estamos teniendo un 80% menos de ventas de lo habitual»
Aunque los establecimientos de alimentación siguen abiertos, las ventas han descendido considerablemente en algunos de ellos. El céntrico y emblemático establecimiento Pastelería Sanz de Valderrobres cifra en torno a un 80% la caída de ventas durante toda esta crisis. Además de haber perdido el enorme flujo de turistas que acuden a la capital del Matarraña en Semana Santa, notan también un gran descenso en la venta al cliente local que demanda menos dulce, algo a lo que también influye el hecho de que los niños no puedan salir de sus casas. De igual modo el establecimiento centra parte de sus ventas a clientes de municipios vecinos que ahora no se desplazan hasta Valderrobres. «Estamos notando una drástica bajada de ventas en todos nuestros distintos tipos de clientes», explicó Elías Sanz, gerente de la pastelería junto a su hermano José. Desde Pastelería Sanz quisieron aportar su granito de arena y obsequiaron a la residencia de mayores con varias monas de Pascua.

«Podemos atender urgencias pero no acceder a material nos limita mucho»
Las clínicas de podología han podido trabajar este tiempo pero solo para urgencias. No obstante, la práctica está supeditada al acceso al material de protección ya que el disponible en el mercado se prioriza para hospitales, centros de salud, etc. Mismo destino del stock que donaron muchas clínicas, entre ellas, la de Eva Muñoz. «Era su lugar porque es donde urgía», apunta. Se quedó con lo justo para atender esas urgencias, que han sido tres personas en este mes; cuatro, con la de ayer (en la imagen), y con días de separación para desinfectar. «Evitamos el colapso de la Seguridad Social», dice.
De ocho llamadas el martes, seis quedan aplazadas por no ser urgencias. La escasez de medios tampoco permite ser más permisivo. Respecto a las ayudas empresariales: incertidumbre. «Lo moví con la gestoría pero no sabemos nada».
