La capital bajoaragonesa se sumó este 27 de mayo a la conmemoración del Día Internacional del Celíaco y lo hizo con una mesa informativa en las puertas del Hospital Comarcal. Durante dos horas, las voluntarias estuvieron ofreciendo información sobre la enfermedad y sobre la propia Asociación Celíaca Aragonesa que también dispone de centro colaborador en Alcañiz.
En la agrupación alcañizana cuentan con 60 personas asociadas y están abiertas a recibir a cuantas estén interesadas. El contacto puede hacerse a través del 978 832 836 o en el correo alcasenan@gmail.com. «Abarcamos a todas las comarcas del Bajo Aragón histórico con el fin de servir de enlace con la sede y evitar desplazamientos innecesarios a Zaragoza o Teruel», dijo Rosa María Senante, una de las voluntarias de la asociación en Alcañiz que se fundó hace dos décadas. «Eran mis hijos pequeños y se formó la agrupación porque esto era muy desconocido. Entonces se detectaba en niños, luego se vio que era una enfermedad autoinmune y también se detectaba en adultos, así que hay mucha gente que la padece», añadió.
Senante destacó además que en la asociación tienen cabida tanto las personas celíacas como aquellas con intolerancia al gluten sin llegar a padecer celiaquía. Esta intolerancia puede manifestarse de muchas maneras, desde migrañas a anemia entre un amplio abanico. «Hay personas con determinados síntomas que han notado mucha mejoría al dejar de tomar gluten», dijo.
Se trata de una dieta rígida, no admite ni excepciones ni la mínima posibilidad de saltársela. Esto lo saben bien las personas que necesitan seguirla para mejorar la salud pero no siempre sucede entre aquellas que piensen que es una tendencia. De hecho, estas actitudes perjudican a quienes realmente lo necesitan. «Esto no es una moda, dejar de tomar gluten es serio y hay que renunciar a muchas cosas por no hablar de lo que cuesta en todos los sentidos preparar la comida ya que, entre otras cosas, no puede haber contaminación cruzada por el uso de los utensilios», apuntó Senante.
En los últimos años ha habido avances tanto médicos como sociales y también en el sector de los mercados y la restauración. «En el Bajo Aragón hay variedad en la oferta gastronómica y prácticamente en todos los establecimientos se puede comer bien. Hay muchos hosteleros que de verdad se esfuerzan muchísimo y esto hace unos años era impensable», reflexionó.
Además de información y asesoramiento, desde la asociación ofrecen charlas con expertos -una de ellas se llevó a cabo recientemente en Andorra- o incluso talleres y cursos de cocina para aprender nuevas recetas adaptadas. También cuentan con varios canales de comunicación como las redes sociales, la página web celiacosaragon.org o un grupo de mensajería móvil en el que se va compartiendo información de utilidad o novedades.