Las calefacciones y las chimeneas vuelven a funcionar a pleno rendimiento en todo el Bajo Aragón Histórico. Una masa de aire frío procedente del centro y Norte del continente europeo ha irrumpido en el Este de la península ibérica provocando un brusco descenso de las temperaturas. La masa de aire frío ha venido acompañada por cierta humedad provocando precipitaciones débiles que han sido generales a primeras horas del miércoles y que se suman a las abundantes lluvias que buena parte del territorio registró durante el pasado lunes.
Sin embargo y pese a que los pronósticos señalaban a que podrían producirse nevadas de cierta importancia a partir de 1.000 metros de altitud en comarcas como el Maestrazgo y las Cuencas Mineras, lo cierto es que finalmente los chubascos han sido de menor importancia y no han trascendido nevadas destacables. Sin embargo las temperaturas máximas en zonas de montaña se han desplomado. Las temperaturas podrían volver a caer de cara al lunes y martes de la próxima semana con una nueva entrada, en este caso de tipo polar marítimo, que entraría por el Norte peninsular. Al tratarse de una masa de aire procedente del mar Cantábrico, es previsible que llegue con poca humedad hasta el territorio por lo que provocaría escasas precipitaciones, sin embargo hará bajar las temperaturas de forma considerable.
Se trata de una situación meteorológica muy típica del mes de marzo. Las primeras semanas de primavera se caracterizan por constantes vaivenes en el tipo de masa de aire que afecta a la península ibérica y suele ser frecuente la llegada de masas de aire frío hasta España. Sin embargo estas entradas suelen ser de corta duración y desaparecen con la misma rapidez con la que irrumpen, no alargándose más de 2 o 3 días y las temperaturas suelen normalizarse con rapidez. Todo ello después de 2 semanas en las que en algunos puntos del Matarraña se han superado con creces los 100 litros por metro cuadrado de precipitación acumulada, traduciéndose en el gran caudal que presentan actualmente los ríos que drenan el territorio.
El COVID-19 afecta negativamente a las predicciones meteorológicas
La crisis gloval del coronavirus afecta, de igual modo, a los pronósticos meteorológicos. La falta de miles de datos que proporcionan a diario los miles de aviones que, hasta las restricciones y caídas del tráfico aéreo, proporcionaban a las distintas universidades y centros de elaboración de pronósticos meteorológicos, afectarán negativamente a las predicciones de tipo numérico. Tal y como afirmaron desde el portal meteorológico, Meteored los reportes de observaciones meteorológicas que se realizan desde los aviones se han reducido un 65% en Europa en estas últimas semanas. Estos datos suponen el 13% del total que usa esta entidad para la realización de los cálculos matemáticos necesarios y así obtener las previsiones, según publicó ayer el mismo Centro Europeo de Predicción.
Lo más probable es que esta reducción de datos suponga una menor fiabilidad de las previsiones meteorológicas a corto y medio plazo. La falta de datos es difícil de compensar. Si bien los satélites proporcionan estimaciones muy acertadas de temperatura y humedad, como el Aeolus que fue lanzado hace unos meses con este fin, siguen sucediéndose errores importantes en las condiciones iniciales de viento en altura, que determinan la llegada o no de borrascas.