La tenista caspolina Irene Burillo (1997) viene de vivir un intenso y prolífico mes de octubre. Recientemente logró ser finalista en el W60 de Glasgow (dobles), y en las de Lisboa (individual y dobles), llegando también a imponerse en el cuadro dobles de Cherburgo, en Francia. Hablamos con ella en las ondas de Radio La Comarca.
Vienes de un mes de octubre muy intenso...
Sí, no he parado. Si no estamos jugando partidos estamos entrenando o viajando. Vengo de Francia, donde fui finalista individual y campeona de dobles, luego marché a Glasgow y estos últimos días he estado compitiendo por Franqueses del Vallés, en Barcelona.
También estás demostrando un estado de forma muy alto...
Me encuentro bastante cómoda. Llevaba toda la temporada, desde febrero, jugando en tierra batida. Llegué a la pista rápida sin muchas expectativas y aceptando que me iba a costar pero me ha ido mucho mejor de lo esperado. En Francia, por ejemplo, me sentí realmente bien.
¿Cuáles están siendo las claves del éxito de este fin de temporada?
Intento estar tranquila y aceptar las situaciones que van llegando. Cada semana es diferente. No quiero ir con unas expectativas altísimas y busco tener una buena actitud. Si has entrenado al fin y al cabo los resultados van a llegar. Y están llegando, tanto en individual como en dobles…
Muy importante el saber adaptarse a cada situación...
Sí, esa es la clave. Puedes no tener tu mejor día pero tienes que intentar dar tu máximo. Si un día a penas puedes dar el 30% tienes que mentalizarte y al menos dar ese 30%
Te hemos visto en las últimas semanas compitiendo en dobles junto a Andrea Lázaro. ¿Qué sensaciones has tenido?
La verdad es que últimamente no estaba jugando mucho en dobles aunque en 2019 sí que lo hice. Me gusta más competir en individual porque no considero que reúna las condiciones concretas para ello. No tengo una volea espectacular o un saque increíble, sino que cuento con otras habilidades. Hemos estado entrenando y divirtiéndonos juntas y poco a poco, gracias también a que nos llevamos muy bien, nos ha funcionado. Hemos cogido confianza y hemos acumulado tres finales seguidas subiendo el nivel poco a poco.
Muestra de que en el deporte profesional también se pueden hacer amistades dentro de la pista...
Sí, y te ayuda. El estar bien fuera te hace sentirte mejor fuera. Es mucho mejor y se hace la semana mucho más amena. Nos ayuda bastante.
¿Qué tienes en mente para terminar el 2022?
Ahora viene el campeonato de España por clubs en el que participaré un año más con el St.Casablanca con la intención de mantenernos en 1ª categoría. Además, también han puesto dos torneos en Madrid y Valencia que seguramente los jugaré. Esta es un poco la idea.
¿Cómo haces para dosificarte?
Justamente estos días lo mencionaba con mi entrenador. Llevamos cerca de 30 semanas viajando esta temporada. Al final se acaba notando. Intentamos ahorrar energía para terminar el año lo mejor posible. Eso sí, el jugar tantos partidos también te da mucha más confianza.
Bendito problema el tener que viajar tanto…
(Ríe). A principio de año cuesta menos pero a medida que vas viajando también te apetece más quedarte en casa. Pero al final, cuando todo va bien, te ayuda a seguir hacia adelante.
¿Qué balance haces de la temporada 2022?
Uno bastante positivo. Empecé jugando muy bien y llegando a las semifinales de un torneo 60.000 en EEUU. Luego llegaron los Grand Slams y no conseguí sentirme de todo bien. Incluso más tarde me quedé a 10 puntos de poder jugar Roland Garros. Esto me dio un poco de bajón pero tampoco te puedes enfocar en ello. La lucha ha sido estar en esos GS. Conseguí estar en Wimbeldon y ganar un partido. Es con lo que me quedo de este 2022 pero ahora es cuando mejor me estoy sintiendo.
¿Y cuáles van a ser los objetivos de cara al 2023?
El objetivo, como cada año, va a ser ambicioso: quiero intentar estar entre las 100 primeras tenistas del mundo. El nivel creo que lo tengo pero tengo que ser más regular. A nivel mental también quiero conseguir la estabilidad que me permita dar siempre el mejor nivel. Juego para llegar a lo más alto, siempre lo he pensado así.