La tenista caspolina Irene Burillo (1997) disputará en el próximo mes de enero el Open de Australia. Este, tras Wimbeldon y el US Open, será su tercer Grand Slam. Hace unos días hablamos con ella en Radio Caspe. Aprovechamos para hacer balance del 2021 y para hablar de futuro.
Hace cosa de tres meses ganabas en Lisboa tu segundo torneo internacional de la temporada… ¿Cuál es tu siguiente reto?
Pues justo ahora estamos en pretemporada preparando el Open de Australia, el primer Grand Slam del año. Después de ganar en Lisboa tuve una semana de vacaciones para poder desconectar y recargar las pilas pero ahora ya estoy a tope con este fin de la pretemporada. La realidad es que estoy deseando irme para Australia a competir.
Sin embargo, estos días te pillamos por aquí por casa, en Caspe…
Sí, la verdad es que siempre que puedo me gusta venir a Caspe para desconectar y ver a mi familia. Estar con ellos me da muchas fuerzas. Luego me toca pasar mucho tiempo fuera de casa. Pero bueno, al fin y al cabo tengo la suerte de vivir en Barcelona, que tampoco esta muy lejos. Cuando vuelvo de una competición y tengo unos días paso por aquí por Caspe a ver a los míos. En este caso, he venido unos días por Navidad.
Antes comentabas que estabas ya apurando los últimos días de la pretemporada, ¿qué tal te ves de cara a este inicio del 2022 y ya pensando en ese primer gran torneo del año?
Lo que puedo decir es que estoy súper contenta. Si me pongo a comparar con la pretemporada del año pasado hay muchas diferencias. Ahora, por suerte, estoy ya centrada en jugar un Grand Slam y tengo mucha motivación por poder disputar mi primer Australian Open. Al fin y al cabo empezar el año jugando un torneo así es lo que todo el mundo quiere. Una vez allí, en mi caso, el objetivo es hacerlo lo mejor posible e intentar conseguir puntos para asegurarme la previa de Roland Garros.
La realidad es que en este 2021 has avanzado mucho… ¿te lo esperabas?
Yo comencé el año como la 330 del mundo, aproximadamente. 2020 había sido un año muy complicado más allá de la pandemia. Tuve muchas lesiones que hicieron que me perdiese muchos torneos. Por tanto, mi meta era bajar del 300. Sin embargo, a finales de febrero ya estaba alrededor de la posición 250 en el ranking mundial. Entonces ahora tengo otros objetivos: quiero estar entre las 200 mejores, conseguir avanzar alguna ronda en los GS…
Viendo este avance, este salto de calidad me gustaría preguntarte... ¿Es cierto eso de que a estos niveles todo cuenta?
Cuando compites a tan alto nivel todo son detalles. Lo que más importa es estar bien físicamente y mentalmente. Al fin y al cabo es lo que marca la diferencia. Para ello, este año yo estoy haciendo mucho más trabajo físico para poder competirle de tú a tú a las mejores del mundo.
Antes hablabas ade Roland Garros, quizás el Grand Slam más mediático aquí en España, sobre todo por las 13 veces que hemos visto como Rafa Nadal se lo traía para casa. ¿Es este otro de tus grandes objetivos?
Yo me siento muy cómoda en esa superficie, en la tierra batida, por lo que me haría muchísima ilusión poder competir allí. Además, claro, tenemos ese legado de Rafa, que le da un plus y motiva más. Además, en el mundo del tenis a los españoles nos conocen como buenos jugadores de tierra batida, algo que creo que en mi caso, aciertan.