El director y guionista con orígenes en Ariño, Javier Macipe, ha estrenado en la 71ª edición del Festival de San Sebastián ‘La Estrella Azul’. En su primera película recupera la historia del viaje que realizó en la década de los 90 Mauricio Aznar, el líder de la banda de rock aragonesa Más Birras. Un gran estreno ante un público emocionado que le ovacionó con fuerza por el trabajo de 10 años, que apunta a ser de los favoritos en la categoría de Nuevos Directores.
Nervios, emoción... ¿Cómo vive el estreno de 'La Estrella Azul' en San Sebastián?
Más que nervios es emoción, tras un rodaje de muchos años el trabajo ya está hecho, ya nadie puede estropear la película, que ha sido mi miedo durante tanto tiempo. Ahora es relajación, disfrute y aprovechar que estamos rodeados de muchísimos amigos y muchas personas que no conocíamos. Dicen que la película recibió uno de los aplausos más largos que se recuerdan aquí en el festival, así que más contentos no podríamos estar.
¿Y la atención a los medios?
Nunca me había enfrentado a esto, cuando habíamos estado nominados a los Goya te hacían entrevistas, pero es otra dimensión, no sabía que tenía que estar todo el tiempo contando las mismas cosas, pero siempre con la misma atención. Me estoy curtiendo y aprendiendo a hacer esta parte de mi trabajo que hasta ahora no había existido.
¿Qué supone personalmente que en su primer gran trabajo tenga un éxito, una acogida así en un festival tan importante como este de San Sebastián?
Desde luego una alegría, pero tampoco sabes qué va a pasar. Lo que hace que las cosas perduren es el paso del tiempo, ese día también había muchos fans, gente muy implicada, entonces es una grandísima alegría, pero hay que ir tomándolo con calma. Me está escribiendo y parando gente joven, veinteañeros, que están muy entusiasmados con la película. Me está sorprendiendo al ser una película ambientada en los años 90 que aborda unos estilos musicales que no son los que ahora más se escuchan como el rock and roll o la música latinoamericana. Eso está siendo muy emocionante.
Se presenta en la sección de nuevos directores y opta a premio en esa categoría. ¿Qué expectativas tiene?
Nunca se sabe, he estado en muchos festivales con mis cortos y a veces tienes buenas perspectivas y luego no hay premio o al revés. Pero desde luego hay muy buenas perspectivas y han salido artículos que dicen que es una de las películas favoritas. Hay algo objetivo que es el Premio de la Juventud, que es un premio de 150 jóvenes que van viendo las películas, ahí las puntuaciones son públicas y ‘La Estrella Azul’ va ahora mismo ganando. Lo sabremos el sábado.
¿Qué historia recoge 'La Estrella Azul'?
Es una película basada en una historia real, es el viaje del rockabilly Mauricio Aznar, el aragonés líder de la banda Más Birras. Es su viaje por Argentina, en un momento de crisis, decidirse irse a Latinoamérica siguiendo los pasos de algunos artistas que le gustaban como Atahualpa Yupanqui o Mercedes Sosa. Se ve cómo ese viaje se va torciendo y va dando con derroteros inesperados y acaba llegando a un lugar donde no pasa un turista jamás, y dónde se encuentra un folclore que no conocemos en España. Decide dar un giro radical a su vida e intentar traer ese folclore a España.
Es un homenaje a la figura de Mauricio Aznar, ¿siente presión o responsabilidad?
Hubo mucho al principio, sobre todo, porque partí de un encargo de la madre, con lo cual no quería por nada del mundo defraudarla. Sentía no solo la presión de hacer una primera película, sino que se sumaba el responder a las expectativas de todos los fans y amigos de Mauricio, que son personas que fui entrevistando para ir conociendo la historia. Ahí me costó liberarme de todo eso, pero una vez que escribí el guion, que los mejores amigos de Mauricio y familiares dieron su visto bueno y empecé a sentirme realmente acertado y que me estaban dando toda la libertad y la confianza, ya no lo sentía como un peso.
¿Cómo es ese encargo? ¿Por qué decide poner el foco en su figura?
Cuando tenía 19 años hice un cortometraje en el que pedí a la madre de Mauricio permiso para incluir música de él, ella vio el corto, le gustó mucho y me dijo que creía que en algún momento yo tenía que hacer una película sobre la historia de sus hijos. En aquel momento no me veía preparado, y para ella era un poco duro porque tenía muy reciente el fallecimiento de sus hijos. Fuimos manteniendo viva la relación y hace 10 años decidí empezar a escribir el guion.
10 años… Hay mucho trabajo detrás.
Sí, dudo que haya otra película a la que le dedique tantísimo tiempo. Por un lado, el proceso de documentación fue muy largo, por otro era mi primer guion de largo, estaba aprendiendo a la vez que lo hacía, y además siempre tienes esa duda de como no lo has hecho nunca si serás capaz de hacerlo. También por ser mi primer largo costó bastante encontrar productor, que los productores se pararan a leerlo. Si a eso le sumamos la pandemia, que nos ha tenido parados 3 años, al final acaban siendo 10.
¿Se hace más complejo al querer seguir el camino que hace Mariano, el que os lleva incluso a Argentina?
No podía hacer esta película sin conocer de primera mano el mundo que queríamos representar. Tuve que hacer varios viajes a Argentina, pasar meses allí viviendo para empaparme, conocer la manera en la que hablan porque tenía que escribir un guion en el que la mitad de los personajes hablan otro acento, otras palabras, otro lenguaje. Aunque he tenido gente que me ha ayudado, eso cuesta y tienes que conocerlo bien.
¿Quién compone el elenco?
En España los protagonistas son Pepe Lorente, Marc Rodríguez, Bruna Cusí -quien ganó el Goya con Verano 1993-, Catalina Sopelana, que es una actriz maravillosa también. Y en Argentina es un reparto de personas que no eran actores, sobre todo son músicos, músicos muy famosos y queridos allá que son la familia Carabajal; Cuti, Peteco, Pablo, Mariela, la niña Verenice Díaz. Es una película de muchísimos actores porque es muy coral.
Es una producción internacional, ¿pero tiene toques aragoneses también?
El corazón de la película es aragonés porque el personaje es de aquí, la mitad se desarrolla en España y la otra mitad en Argentina porque se cuenta una parte antes del viaje y otra a la vuelta. Es una película con idiosincrasia aragonesa que mira al mundo. Un japonés la va a entender perfectamente, de hecho, aquí en el festival hay gente de todas nacionalidades y vemos que no hace falta ser aragonés para entenderla. Pero es verdad que los aragoneses encuentran muchos guiños, porque Mauricio tiene bastante acento, tiene bromas -hay un momento que dice “Me cago en Sos”-.
Por tanto, imagino que ha sido complicado encontrar un actor que pueda representar este personaje tan conocido y tan aragonés...
Fue muy difícil, pasaron miles de actores por el casting, muchos de los mejores actores del cine español. Fue una suerte que al final el actor fuera alguien con capacidades musicales, con lo cual todo lo que se toca y se cantaba en la película es en directo y es de verdad. Y que además fuera aragonés, porque, aunque no era un requisito indispensable, creo que habría sido difícil que un actor que no fuera de aquí entendiera esa parte del humor aragonés, de esa socarronería maña, hay que explicar demasiadas cosas a alguien que no lo ha vivido. Sin embargo, alguien que lo ha vivido con una mirada ya entiende las cosas.
En 2021 esa nominación de los Goya se vivió de manera muy especial en Ariño, incluso se proyectó el trabajo. ¿Cómo se está viviendo ahora, qué reacciones te llegan?
Tengo a mi hermano infiltrado que me va contando el sentir de la calle, y la verdad que siempre lo viven con mucha ilusión, la gente del pueblo siempre me está enviando mensajes, hay gente que vino a participar. Están deseosos de que llegue la peli a los cines y cuando ya pasé por los cines seguro que iremos a Ariño a hacer una proyección de la película.