El Castillo de Alcañiz inició la programación estival el sábado con Ernesto Aurignac, uno de los máximos exponentes del jazz en España
No son muchas las ocasiones que se presentan de disfrutar del saxofón de Ernesto Aurignac. Este malagueño treintañero lleva sobre su espalda el honroso peso de ser considerado uno de los grandes músicos españoles de jazz. No obstante, solo hay que saber aprovechar la ocasión cuando se presenta y eso sucedió el sábado. Se subió al escenario del anfiteatro Pui Pinos con el encargo de abrir la programación de Platea de Verano Castillo de Alcañiz.
No solo no defraudó. Aurignac encandiló al público que supo apreciar lo que proponía la programación. Salió a escena flanqueado por Javier Callén y Humberto Rico, al contrabajo y al piano, y por el calaceitano Santi Colomer, a la batería. Entre el público, que llenó la parte central de las butacas, se vieron vecinos de varias localidades. También del Matarraña. A las once de la noche, y tras una tarde de tormenta, salieron a escena y arrancaron directamente con el primer tema. Aunque Aurignac y Colomer ya eran viejos conocidos, era la primera vez que tocaban los cuatro y tan solo habían ensayado un rato esa tarde. Y esa es la magia del jazz, una improvisación que atrapa cada vez a más gente. «El entorno es increíble y lo que hemos probado ha sonado muy bonito, muy natural todo», avisó el malagueño antes de salir.
Ya había oído hablar de Alcañiz
Era la primera vez que Aurignac pisaba Alcañiz pero venía preparado. «Quería venir», dijo convencido antes de actuar. «Me sonaba que había un concurso porque un año ganó Julián Sánchez, trompetista amigo mío, y vino a dar un concierto y me contó», explicó. «Cuando me contactaron para venir no me lo pensé, tenía muchas ganas», añadió.

Efectivamente, durante cinco años en Alcañiz se organizaron certámenes de solistas de jazz a nivel nacional. «Aquello se conseguía desde la iniciativa privada con apoyo de las empresas. Se acabó y ahora desde el tejido social se ha retomado la creación de un Club de Jazz financiado por los socios y empresas y con la colaboración del Ayuntamiento», apoyó Santiago Sáenz, el responsable del club. El Consistorio, además de la logística, ofrece oportunidades como la inclusión de las actividades en programaciones y festivales. Para Sáenz, tener a Aurignac fue la mejor carta de presentación del recién creado club que continúa con un seminario hasta el jueves cuando una jam session y un concierto pondrán el broche final. El malagueño defendió y valoró este esfuerzo. «Me parece brutal lo que se está haciendo en Alcañiz con el jazz, ojalá sigan apostando por ello desde el club y el Ayuntamiento por el beneficio más allá de la cultura local. Estoy muy sorprendido, la verdad», concluyó.