No se podrá ejecutar todo el presupuesto en las cuentas por el retraso en aprobarlas
La aprobación de los presupuestos de Aragón ayer en las Cortes dio vía libre para que se vuelvan a retomar los trámites para la construcción del nuevo Hospital de Alcañiz, actualmente paralizados a la espera de las cuentas autonómicas. No obstante, el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, ya avisó hace unas semanas de que este año no se podrán ejecutar toda la partida debido a que se han acortado los plazos. El departamento de Sanidad ha trabajado en los últimos meses para tener preparada toda la documentación que se podía antes de los presupuestos y se comprometió a «poner el máximo interés porque las obras comiencen cuando la legalidad y los plazos administrativos lo permitan».
El pleno de las Cortes de Aragón aprobó ayer definitivamente los presupuestos de la comunidad para este año con casi cinco meses de retraso, dudas acerca de las posibilidades de ejecutarlo en su totalidad y con las advertencias de Podemos al presidente, Javier Lambán, de que ésta puede ser «su última oportunidad». Después de un debate que se prolongó durante casi nueve horas, el pleno de la Cámara dio el visto bueno a las cuentas de 2017, que para los grupos que sustentan al Gobierno (PSOE y CHA) ponen negro sobre blanco un proyecto de izquierdas, con claro énfasis en los servicios sociales, y que para la oposición van a ser imposibles de ejecutar dado lo avanzado del año y los pocos meses que quedan hasta que se decrete el cierre del año presupuestario (en 2016 fue en agosto, en virtud de la orden del Ministerio de Hacienda).
Las cuentas recibieron el respaldo de la parte izquierda de la Cámara (PSOE, Podemos, CHA e IU) y el rechazo de la derecha (PP, PAR y Ciudadanos), evidenciándose durante el debate que el Parlamento está dividido en dos modelos de entender la prestación de los servicios públicos.
Lambán quiso limar asperezas con el líder de Podemos en Aragón, Pablo Echenique, y nada más concluir la votación de las enmiendas, los votos particulares y el articulado se ha levantado de su escaño, ha saludado con un rápido apretón de manos al presidente de CHA y consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, y se dirigió al escaño de Echenique para ofrecerle su saludo y departir con él unos momentos. El segundo presupuesto que consigue sacar adelante en esta legislatura el Gobierno PSOE-CHA, con el apoyo reticente hasta el final de Podemos, asciende a 5.577 millones de euros, de los que 5.052 millones son gastos no financiero (un 5,38 % y 258 millones más que las cuentas de 2016).
Sobre el debate ha planeado la amenaza reiterada por Podemos. Uno de los motivos por los que las cuentas están aprobadas, dijo el portavoz de Hacienda de la formación morada, Héctor Vicente, es que «cualquier alternativa hubiera sido necesariamente peor». Vicente ha lanzado un «aviso a navegantes» después de un largo proceso negociador con el PSOE que se remonta a septiembre de 2016 y en el que en varias ocasiones parecía que no había visos de solución: «ahora empieza la tramitación», ha advertido.
Con su apoyo, según Vicente, Podemos dio ayer una «última oportunidad» de cumplir con su palabra respecto a las modificaciones introducidas en el texto a instancias de la formación morada. Vicente no lo dejó claro, pero esa afirmación ha hecho pensar a los grupos de la oposición que el de este año podría ser el último presupuesto que salga aprobado en esta legislatura. Y la portavoz de Podemos, Maru Díaz, advirtió al PSOE durante su intervención de que «a partir de esta tarde, la responsabilidad es exclusivamente suya». «Ya no hay excusas», agregó. «Puede que, desgraciadamente, éste sea el último presupuesto de la legislatura», ha dicho Elena Allué, del PAR, quien ha añadido que éstas son unas malas cuentas para tener que ser prorrogadas en el próximo ejercicio.
Para Antonio Suárez, del PP, los presupuestos son un «regalo» al consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, en el día de su cumpleaños. Son «malos; los peores de la historia», agregó Suárez, al tiempo que hizo hincapié sobre «lo mal» que se lo ha hecho pasar Podemos a la coalición de Gobierno hasta que la formación morada decidió dar el sí a las cuentas, tras una consulta a sus inscritos en la que participaron 2.000 personas.
El diputado de Ciudadanos Javier Martínez lamentó por su parte la visión «demasiado optimista» que tiene el Gobierno de la realidad. Los presupuestos, consideró, «asisten a los pobres pero no se van a utilizar para sacar de la pobreza a los pobres».
Según el Gobierno de Aragón, estas cuentas incrementan el gasto social por encima del incremento del gasto no financiero, algo que matizan los portavoces de la oposición. «Cuentan con más dinero, pero no se les luce», lamentó la popular Ana Marín. Las dudas acerca de la inejecución de las cuentas, teniendo en cuenta que ya ha transcurrido un tercio del ejercicio presupuestario, según recordó el popular Antonio Suárez, han copado gran parte del debate.
Para el socialista Alfredo Sancho, estos presupuestos son la reivindicación política del deseo de responder a las necesidades de los aragoneses en igualdad de oportunidades, son ajustados a la realidad y suponen una «apuesta clarísima» por las políticas sociales.