«¿Qué más querían que pasara después de dos intentos de asesinato? Yo se lo decía a mi mujer mientras estaba ingresado. Hasta que no pase algo gordo, no lo buscarán bien. Y así pasó», se sigue preguntando con impotencia Manuel Andreu. Estas fueron las reflexiones del albalatino en una entrevista con La COMARCA un mes después de que Norbert Feher disparara a matar a él y a Manuel Marcuello en el masico del primero en Albalate.
La Audiencia Provincial de Teruel juzga este martes al conocido como Igor el Ruso por el tiroteo que casi le cuesta la vida a los dos vecinos de Albalate con importantes medidas de seguridad– se ha construido una cabina blindada de 700 kilos- y una gran expectación mediática. El Tribunal Superior de Justicia de Aragón ha acreditado, en esta causa, a un total de 63 profesionales de 23 medios de comunicación de los cuales solo 36 podrán entrar en la sede judicial.
A pocas horas del juicio prefiere no hablar y remite a lo que dijo en aquella entrevista. Marcuello nunca lo ha hecho y sigue en la misma tesitura. El martes ambos revivirán el intento de homicidio que sufrieron por parte del Ruso, quien nueve días después terminó con la vida del ganadero José Luis Iranzo y los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Caballero. El juicio por el triple asesinato se celebrará en unos meses, previsiblemente en primavera.
¿Qué penas se piden?
El fiscal ha pedido para el procesado una pena de nueve años y once meses de prisión por cada uno de los dos intentos de homicidio y tres años por el delito de tenencia ilícita de armas. Como responsabilidad civil solicita que se indemnice a los dos perjudicados con 116.821,34 euros. Por su parte, la acusación particular de Marcuello también ha solicitado para Feher nueve años y 11 meses de prisión por homicidio en grado de tentativa y tres años de prisión por tenencia ilícita de armas con las mismas accesorias legales. También, que indemnice a Marcuello con 82.618,76 euros por las lesiones temporales y las secuelas.
Han pasado más de dos años de aquellos fatídicos nueve días de diciembre de 2017 pero el Bajo Aragón Histórico no olvida lo que ocurrió y se pregunta por qué no se desplegó un importante operativo de seguridad para atrapar a un criminal que había disparado a matar sin mediar palabra a dos personas en un masico de una tranquila localidad del Bajo Martín.
La falta de seguridad en el medio rural sigue latente más de dos años después al igual de la sensación de que no se quiere investigar qué pasó y qué fallos se cometieron esos días. La justicia no ha unido las causas tal y cómo reclamaban las familias y se juzga por separado el intento de homicidio de Albalate, los tres asesinatos de Andorra y los robos que cometió el Ruso en masicos esos días con un mismo modus operandi que dejaba patente que seguía en la zona.
Tampoco se investiga qué hacía un criminal como el Ruso, condenado recientemente a cadena perpetua en Italia, en una zona como el Bajo Martín ni quiénes eran sus cómplices.
«¿Qué necesidad hay de hacer pasar por este trance a las familias cuando en unos meses se volverá a juzgador al Ruso? Solo se consigue alargar este vía crucis judicial pudiendo unir las causas ya que todos los hechos los cometió el mismo criminal, en el mismo territorio y en días seguidos. Lo único que trae es dolor a las familias», reflexiona Luisma Alquézar, portavoz de los Amigos de Iranzo. Alquézar también pide que se condene a Feher a la pena máxima y pone el foco en que se le imputen dos delitos de homicidio en grado de tentativa cuando lo que hizo fue «intentar asesinar a dos personas».
Los hechos que se juzgarán el martes en la Audiencia de Teruel ocurrieron en la tarde noche del 5 de diciembre de 2017 y las heridas aún permanecen abiertas. No se cerrarán nunca en el Bajo Aragón Histórico y, sobre todo, para los albalatinos Marcuello y Andreu. Ellos sorprendieron a Igor el Ruso en el masico de Andreu cuando Marcuello iba a arreglarle la cerradura. Incluso éste último se enfrentó a él. Feher les disparó y campó a sus anchas durante nueve largos días con un desenlace dramático. «Yo ya les dije: hasta que no mate a alguien, no harán nada», dijo en la citada Andreu un mes después del suceso, mientras se recuperaba de la herida de bala que casi le cuesta la vida.
José María Alcubierre, secretario general de UAGA, entidad personada en la causa que juzga el asesinato de su compañero Iranzo y los dos guardias, califica de «irónico» que la Delegación del Gobierno en Aragón les ponga problemas a los agricultores para concentrarse en la Plataforma Logística de Zaragoza (Plaza) el martes-el mismo día del juicio- alegando motivos de «seguridad» después de «abandonar a su suerte a un territorio entre el tiroteo y el triple crimen». «Se habla mucho del Aragón vaciado pero se hace poco en estas zonas y un claro ejemplo es este caso. Se podría haber investigado judicialmente y podría haber servido en el futuro para cambiar modos de actuación a nivel social y de seguridad», apunta Alcubierre.