Los regantes demandan el cumplimiento del Dictamen de La Fresneda de 2005, que recoge la construcción de Val Figuera, Beltrán, Comellares y Serrat
La Cuenca del Matarraña exige la construcción de las tres balsas laterales pendientes de ejecución en la cuenca desde hace 10 años. Así se volvió a poner de manifiesto en la jornada de visita que la Comisión de Agricultura Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Congreso de los Diputados llevó a cabo el miércoles en Maella, para conocer las balsas ya existentes de la Trapa y la Val Comuna y el sistema de riegos del Matarraña, tras ser invitados por la Junta Central de Usuarios del Río Matarraña y Afluentes y bajo mediación del diputado de Podemos, Pedro Arrojo.
Se trata de las balsas de Val de Betrán, en Mazaleón y Val de la Figuera en Torre del Compte, que ya cuentan con todos los informes de impacto ambiental. Ambas almacenarían 7 hectómetros cúbicos y están presupuestadas en 14 y 26 millones respectivamente. Además se incluirían las balsas de Comellares, que regularía el río Tastavins y la balsa de Serrat, ubicada en el término municipal de Cretas y que afectaría al Algars, ambas pendientes de aprobación del proyecto. En el caso de la balsa del río Tastavins, lograría asegurar un caudal mínimo durante la época estival, vital para la agricultura e incluso para el agua de boca de algunos municipios. A pesar de las grandes cantidades de agua que esporádicamente alcanza el río Tastavins, en los últimos años buena parte de su cauce ha permanecido prácticamente seco durante varios meses.
Pese al más que constatable éxito de las dos balsas actualmente en servicio, las obras pendientes continúan sin financiación y tampoco parece que vayan a ser incluidas en los presupuestos Generales pendientes aún de aprobación. Cabe recordar que la ejecución de estas infraestructuras se consensuó y se pactó, en el denominado Acuerdo de La Fresneda de 2005 -ver información asociada- y que fue refrendado por la Comisión del Agua de Aragón en 2006. «El Estado debería apoyar y financiar la construcción de estas balsas que quedan pendientes. Se hicieron las cosas bien, pero llevamos ya muchos años sin hacer nada.», explicó Pedro Arrojo, diputado de Podemos en la Cámara Baja quien además no dudó en reconocer la buena disposición de la entonces ministra popular Loyola de Palacio y de la socialista Pilar Narvona quienes, explicó, apostaron por el modelo del Matarraña. «No se puede decir lo mismo ahora», añadió Arrojo.
Las actuales balsas como ejemplo
La visita comenzó a primera hora de la mañana con la llegada de todos los asistentes a la sede de la Casa del Matarraña en la localidad de Maella, junto al puente del río Matarraña. Allí fueron llegando representantes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE); el presidente de la Cuenca del Matarraña, José Ignacio Llorens; el portavoz de la Plataforma en Defensa del Matarraña, Juan José Moreno; decenas de integrantes de distintos colectivos de regantes del territorio; el presidente e la Federación de Regantes de la Cuenca del Ebro, César Trillo; alcaldes de algunos los municipios afectados; los presidentes de las Comarcas del Matarraña, Rafael Martí, y del Bajo Aragon-Caspe, Francisco Domenech, e incluso miembros de varios partidos tanto del Congreso de los Diputados y el Senado, representantes de comunidades autónomas como Aragón, Valencia y Cataluña (como Podemos, Esquerra Republicana, o Compromis, a pesar de que PP y PSOE mostraron su interés por el encuentro, no pudieron asistir). Fue José María Puyol, presidente de la de la Junta Central de usuarios de la Cuenca del Matarraña y afluentes, agrupación impulsora de este encuentro, quien comenzó una presentación de los conflictos de esta zona en cuanto al tema del agua.
Puyol habló, entre otras cuestiones, del proceso de diálogo, de los acuerdos y soluciones adoptados y de la situación actual del sistema de riegos. «Hoy ya no existen los problemas de ayer gracias a las balsas de Val Comuna y La Trapa, pero tenemos que asegurarnos de que haya un futuro para las próximas generaciones», señaló Puyol. Además, reivindicó la construcción del resto de balsas que proyectadas en otros parajes del Matarraña, como una solución eficaz contra la despoblación de esta comarca. Por su parte, Pedro Arrojo, portavoz de la comisión de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Congreso de los Diputados, explicó en su intervención que el sistema del Matarraña ofrece un ejemplo «práctico» de la eficacia y eficiencia de la regulación en tránsito, que es la clave, añadió, que falta por desarrollar en la mayoría de los regadíos de Aragon y de España. El diputado aragonés señaló que la regulación en tránsito se hace mediante presas de mayor o menor envergadura dentro del propio sistema de riegos y permite pasar de riego a turno a riego a la demanda. Explicaron que cuando sólo se dispone de presas en cabecera, como ocurría en el Matarraña con la presa de Pena, los sucesivos desembalses para riego tardan muchas horas e incluso días en llegar a los usuarios, que finalmente se ven obligados a usar el agua por turno.
La experiencia del Matarraña, explicaron, ha demostrado que con 3,5 Hm3 en las balsas de La Trapa y Valcomuna se cumple la función que se pretendía asegurar con la presa del Torre del Compte de 25 hectómetros cúbicos y que fue descartada.Tras las distintas disertaciones el numeroso grupo se dirigió hacia las balsas de regulación en cuestión, primero la de Val Comuna y después la de La Trapa. Terminaron con una comida en grupo en Maella.
Una década de reivindicación
Distintas instituciones políticas llevan reivindicando con insistencia la construcción de las infraestructuras pendientes después de que se acordasen hace casi 13 años y durante todo este tiempo hayan sido guardadas en un cajón. Sucesivos gobiernos autonómicos han planteado durante todos estos años la cuestión en la mesa bilateral Aragón-Estado para que el Gobierno de España incluyese la tan anhelada partida presupuestaria en los Presupuestos Generales del Estado.
Por todo ello la Comarca del Matarraña ha solicitado de forma reiterada la construcción de estas balsas que permitirían disponer de una reserva estratégica en épocas de sequía como la actual y que permitirían ampliar la superficie regable y aumentar los rendimientos en localidades de la zona media como Torre del Compte, Valdeltormo y Mazaleón. El agua embalsada iría principalmente destinada a cultivos de tipo leñoso. «Estas reservas son vitales para lograr competitividad en la agricultura y asentar población. Nos preocupa además la nueva situación de sequía que vivimos actualmente», manifestó Rafael Martí, Presidente de la Comarca del Matarraña y del Contrato del Río, organismo que vela por las buenas prácticas de conservación del paisaje y restauración fluvial en las políticas de uso y gestión del territorio y que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Valcomuna y la Trapa fueron construidas en 2005 tras los Acuerdos de Fabara, firmados en 1999 entre todas las partes implicadas y que representaban a regantes, hosteleros, ecologistas y a los Ayuntamientos de la Cuenca Alta del Matarraña y la Cuenca Baja, con intereses distintos en torno al uso y gestión del agua.
La puesta en marcha de las balsas, alivió en gran medida la crónica falta de reservas hídricas en la cuenca y permitió una menor demanda de agua procedente del embalse de Pena que, anteriormente, acusaba un considerable bajón en el nivel de agua durante las campañas de riego. Las balsas aseguran una reserva estratégica para las acequias y sistemas de riego de las localidades de Maella, Fabara, Nonaspe y Fayón. Por su parte el embalse pasó de tener que efectuar 4 o 5 grandes desembalses durante el verano, en las que se perdía mucha agua por el camino, a pasar a abastecer de un caudal mínimo y suficiente para cubrir las necesidades de la cuenca durante la campaña de riegos y teniendo que efectuar tan solo uno o dos grandes desembalses al año. El caudal, la duración y las fechas de las aperturas de compuertas están supeditadas a la decisión del Sindicato Central de Regantes en consenso con la CHE.
El regadío como motor de desarrollo
Los municipios de la Cuenca Baja del Matarraña, Maella, Fabara, Nonaspe y Fayón en la comarca del Bajo Aragón-Caspe y Mazaleón en la del Matarraña, constituyen un ejemplo de competitividad y gestión de los escasos recursos hídricos con los que cuentan y han efectuado importantes inversiones para ir sustituyendo paulatinamente las plantaciones de frutales con riego a manta, por los sistemas de goteo. El producto estrella es el Melocotón de Calanda, denominación que recibe esta variedad tardía, que debe estar además embolsado para evitar el contacto directo con los fitosanitarios. Su cultivo está extendido en varias zonas agropecuarias del Bajo Aragón Histórico, teniendo uno de sus principales centros productivos en el Bajo Aragón-Caspe. «El regadío ha hecho que en la zona baja del Matarraña nazcan niños, se quede la gente y haya inmigración», explicó el Presidente del Bajo Aragón-Caspe y alcalde de Fabara, Francisco Domenech. Cerezas, manzanas, albaricoques y peras son otros de los cultivos de calidad que produce la zona.
Tastavins expoliado dice
Que. ?? Haremos mas balsas en la cuenca baja, nada en el Tastavins y así toda el agua para los mismos de siempre. Esa es la maravillosa gestión del dichoso Matarraña