La llegada de Defabar a Alcorisa hace casi diez años puso al Bajo Aragón en la primera línea de la I+D+i
Con la llegada de Defabar hace casi diez años la localidad bajoaragonesa de Alcorisa se convirtió en un punto de referencia en la industria farmacéutica. La empresa Desarrollos Farmacéuticos Bajo Aragón instaló allí alrededor de 2010 la única planta de la firma, ahora núcleo de la trama Ayúrveda.
Aunque su equipo directivo no procede si quiera de la Comunidad Autónoma, apostó firmemente por la zona y sus gentes. En el polígono Los Estancos ubicaron un laboratorio farmacéutico de investigación especializado en la fabricación de lotes piloto e industriales. Durante estos años han centrado sus actividades en la Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) para el mercado en España y también el resto de Europa.
En este sentido despuntó como una empresa pionera y una de las pocas a nivel continental fabricando medicamentos en formas sólidas (comprimidos, cápsulas y sobres) y líquidos (jarabes). Todo ello, sin salir del mismo recinto que creció en pocos meses.
Dentro de la planta todo funcionaba con un engranaje perfecto en el que no podía fallar nada. Durante la producción, al interior de la nave era obligatorio acceder provisto con gorro, calzas y bata porque la higiene es fundamental y no se puede permitir la entrada de cualquier tipo de bacteria. Cada puerta con su código y señales para guiar los movimientos. También luces: mientras el piloto de la puerta no cambiara de rojo a verde, no se puede abrir. Indica que la siguiente compuerta está abierta y, en caso de imprudencia, se pueden provocar corrientes de aire que traigan consigo infecciones aunque a simple vista no lo pueda parecer.
Dentro de esta nave se realizaba todo el procedimiento de un medicamento, desde el compuesto químico hasta el envasado y su posterior salida al mercado. Trabajar allí significada guiarse por códigos de colores en las paredes y puertas. También por señales en castellano e inglés porque las visitas de clientes extranjeros se han dado con cierta frecuencia.
El mercado en el que se movían comprende España, Marruecos, Norte de Europa y Oriente Medio. Por ello, en la planta alcorisana todo medicamento debía superar las pruebas de supervivencia en cualquier condición climática como por ejemplo, en el Trópico. De estas mediciones se encargaban enormes neveras especializadas que se ocupaban de «poner a prueba» de temperatura el medicamento en cuestión y comprobar su resistencia en cualquier condición extrema.
Un trabajo de bajoaragoneses
La dirección de Defabar procede de Madrid, Santander y Barcelona pero apostaron por el empleo de la zona y se convirtió en un 75% bajoaragonesa. La mayor parte de sus trabajadores procedían de Alcorisa o, en su defecto, de pueblos de la comarca. En 2012 empleaba a catorce de los cuales, once eran mujeres. Entre ellos había licenciados en Farmacia y Químicas y operarios que recibieron un curso de formación previo para acceder al puesto.
La previsión de la directiva entonces era ofertar tres puestos de trabajo más en un futuro próximo. Para ello contaban con una subvención concedida el año anterior del Fondo de Reindustrialización de Teruel a través del Ministerio de Industria pero a pesar de las previsiones todavía no disponían de él. Su previsión era destinarlo a la construcción de otra nave con un laboratorio para cremas farmacéuticas.
La llegada de Defabar al Bajo Aragón fue un cúmulo de circunstancias. «Alcorisa posee una capacidad de asociacionismo muy alta, lo cual indica que se trata de gente muy dinámica. Tiene muy buena situación geográfica y nos ofrecieron suelo industrial y ayudas económicas de la administración. Por eso nos decidimos, no fue nada casual», reconoció el gerente, Gabriel García Gavín. Añadió además que «algo tuvieron que ver mis orígenes aragoneses».
Empresa pionera en farmacia
La empresa enseguida comenzó a cosechar éxitos desde su llegada a Alcorisa. Después de un año de andadura bajoaragonesa pronto obtuvieron la autorización de Laboratorio Farmacéutico y el Certificado de Cumplimiento de Normas de Correcta Fabricación de la Unión Europea. Con ello se convirtieron en la única empresa de la historia de la provincia de Teruel en lograrlo cuando solo 180 firmas la poseían en el resto de España.
El certificado de laboratorio les autorizó entonces a fabricar medicamentos y el sello europeo permitía a Defabar fabricar medicamentos para otros laboratorios, vender al extranjero y comercializar. Antes de terminar el año 2011 consiguieron el certificado para fabricar medicamentos líquidos por lo que Defabar inició 2012 con todas las licencias concedidas.
Todo este procedimiento se llevó a cabo a través de la Subdirección de Inspección y Control de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
La integración de Defabar en la zona bajoaragonesa fue completa en todos los aspectos. Parte del trabajo lo desarrollaban investigando con plantas medicinales, la técnica que emplearon en su día los botánicos bajoaragoneses José Pardo Sastrón y Francisco Loscos. Llegaron a centrar esta técnica en productos antienvejecimiento y relacionados con la correcta circulación de las piernas, entre otras cosas.