El proyecto de Oliete, «Apadrinaunolivo.org», ha conseguido frenar las consecuencias de la despoblación
El proyecto «Apadrinaunolivo.org», que nació en Oliete en 2014, surgió con el objetivo de recuperar el olivar de 100.000 ejemplares de la localidad a la vez que se generaba empleo y se trabajaba por la inclusión social. Ahora, además, ha conseguido que la escuela no cierre por falta de alumnos. «Aprovechamos que teníamos que contratar a una persona para poner como requisito que trajera a su familia», explica su impulsor, Alberto Alfonso.
Y cuantos más, mejor. Raúl García ha llegado a Oliete desde León hace apenas un mes, acompañado por su mujer Davinia Herrera, que está embarazada, y sus tres hijos Darío, Samira y Eloy. A ellos se suma otra hija, Lara, que pasará temporadas en el municipio. «Lo principal son mis hijos y se han adaptado muy bien. Hay gente muy amable en Oliete», afirma Raúl.
Con su llegada, la escuela y sus alumnos pueden respirar mejor. «Estábamos en la incertidumbre porque solo teníamos cinco alumnos. Esto ha supuesto un balón de oxígeno y una alegría, en general, que nos da mayor tranquilidad», manifiesta Pilar Carbonell, concejal y presidenta de la AMPA. Con Darío -de 10 años-, Samira (9) y Eloy (4) el número de alumnos llega hasta ocho y el futuro de la escuela está más asegurado, aunque «las cifras son alarmantes porque hace seis años había 30 alumnos», explica Alfonso.
El castellanoleonés se ha incorporado a la plantilla de cinco personas fijas y tres con contrato temporal, y realiza trabajos de recuperación de los árboles. Otra de las labores que realiza es servir de guía cuando llegan los padrinos para visitar sus olivos.
La casa
Para facilitar la adaptación de Raúl y su familia, desde el proyecto solicitaron al Ayuntamiento la cesión de una casa de titularidad municipal para que se alojen allí. De hecho, Raúl también trabaja en la reforma integral del inmueble, situado enfrente de la nueva almazara, al otro lado del río Martín, y que pertenecía antiguamente a la Confederación Hidrográfica del Ebro. «A un paso del trabajo», explica Raúl.

No obstante, en esta labor recibe la ayuda de sus compañeros, así como de diversos colaboradores. Por ejemplo, este fin de semana, llegaron desde Barcelona Félix, el hijo de una madrina que posee una empresa de reformas, al que acompañaron su cuadrilla para ayudar con el pladur del techo. También han colaborado el distribuidor de material de hogar, Leroy Merlin, o Samca, con una aportación económica. Alfonso está decidido a realizar el próximo mes de agosto una campaña de «crowdfunding» para recaudar donativos y poder financiar este proyecto, que asciende a un total de 40.000 euros. «Pero tenemos un sabor agridulce porque el Gobierno de Aragón, a través de Adibama, nos ha denegado una subvención. Hemos pedido también entrevistarnos con Javier Lambán, pero no nos han contestado», asegura el impulsor. Afirma que no entienden la arbitrariedad en el reparto de ayudas que se conceden. «Bien es sabido que cuando una escuela cierra, el pueblo muere. El hecho de que Oliete continúe con la escuela, que no solo la mantengamos, sino que crezca el número de alumnos, es una luz de esperanza a favor del medio rural. Somos un ejemplo real de proyecto de emprendimiento», asegura.