La crecida del río Guadalope destrozó uno de los tramos de una carretera «vital» para la zona
La localidad de Miravete de la Sierra reclama la reparación de la pista asfaltada que comunica el pueblo con Aliaga. El primer tramo de la carretera quedó destrozado a finales del pasado mes de junio por culpa de una tormenta, que provocó una «crecida histórica» del río Guadalope, y el paso todavía sigue cortado al tráfico. Los vecinos se quejan porque la calzada es la principal vía de comunicación de Miravete con Aliaga, el Bajo Aragón e incluso Zaragoza y la interrupción de la circulación les obliga a dar un gran rodeo por carreteras que se encuentran en un estado «infernal».
«Tenemos una dependencia con Aliaga tremenda. Muchos vecinos realizan sus compras semanales, allí está la farmacia e incluso el centro de salud más cercano», lamentó José Listo, alcalde de Miravete de la Sierra, quien explica que ahora los vecinos se ven obligados a realizar 50 kilómetros para llegar a Aliaga, cuando antes eran 12. El problema con esta carretera reside en su propiedad. La vía fue construida el extinto Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (Iryda) y cuando este desparecía, la carretera quedó en un limbo administrativo.
Pese a que el catastro señala que el propietario de la carretera es la Diputación de Teruel, la realidad es que son los ayuntamientos, en este caso Aliaga y Miravete, a los que les corresponde la responsabilidad de esta pista. «Una carretera no puede ser competencia de un ayuntamiento, porque no podemos asumir los costes. Por eso, debe haber una colaboración para encontrar una solución», subrayó Sergio Uche, alcalde de Aliaga.
Pero además de esta problemática, entra en juego un nuevo actor, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), propietaria de la escollera que se derrumbó por culpa de la tormenta. Tras mucha «pelea» con la CHE, parece que «darán su brazo a torcer» y «asumirán responsabilidades», tal y como indicó Listo. Todo hace indicar que la CHE se pronunciará muy pronto y responderá ante las exigencias de los ayuntamientos.
«Los vecinos deben de entender que nosotros no podemos intervenir de inmediato. La escollera pertenece a la CHE y nosotros no podemos hacer nada. Eso sí, cuando den una respuesta, nos pondremos manos a la obra», explicó Ramón Millán, presidente de la DPT y diputado delegado del Servicio de Vías y Obras.
A la espera de una respuesta por parte de la CHE, la carretera, que luce numerosos desperfectos en el firme que imposibilitan una circulación con seguridad, está cortada al tráfico, aunque se ha abierto un carril que utilizan algunos turismos. «Hemos dejado un paso alternativo porque entendemos que hay vecinos que necesitan circular por esa carretera. Lo hacen bajo su responsabilidad, porque el primer tramo es peligroso», dijo Millán.
Al mismo tiempo, desde la DPT señalan que solicitarán ayuda financiera para acometer la reparación. En total se estima que la adecuación de la pista podría alcanzar los 500.000 euros. «En el mes de agosto veremos actuaciones en la carretera», aseguró Millán.