El sábado se celebró una fiesta en las dos localidades turolenses entorno a este árbol tan característico
Las localidades de Allepuz y Jorcas (Comarca de la Comunidad de Teruel) le brindaron su particular homenaje al chopo cabecero este sábado. Los dos municipios fueron los encargados de organizar la fiesta de este árbol tan estimado en la zona y la convocatoria terminó con un éxito rotundo de participación y asistencia. Se calcula que alrededor de 400 asistentes acudieron a la exhibición de poda por la mañana y a la comida popular que tuvo lugar en Jorcas.
El marco de la celebración de la novena Fiesta del Chopo Cabecero con la declaración de esta especie de árbol como Bien de Interés Cultural y la inminente declaración del Parque Cultural del Chopo Cabecero, del que forman parte los pueblos de Gúdar, Allepuz, Aguilar del Alfambra, Jorcas, Camarillas, Monteagudo, Cedrillas, Galve, El Pobo y Ababuj.
«El chopo cabecero representa una cultura, la de los pueblos de toda esta zona. Se trata de un árbol que tiene unas peculiaridades únicas. Digamos que es como una marca propia de la zona», destacó Ignacio Martínez, alcalde de Allepuz. Se calcula que alrededor de 23.000 chopos cabeceros pueblan los alrededores de los pueblos que conformarán el futuro parque cultural.
La jornada del sábado arrancó con una pequeña andada que llevó a los asistentes hasta un prado situado en Allepuz. Allí pudieron observar una exhibición de poda de algunos árboles. El cuidado de los chopos cabeceros consta de una escamosa periódica cada 15 o 20 años. «Históricamente la madera se ha utilizado en la arquitectura, como vigas», recordó Martínez.
Una vez finalizada la marcha y la exhibición, los participantes partieron hacia Jorcas, donde se realizó una comida popular. Además se inauguró una exposición fotográfica que tenía como temática al árbol más emblemático de la zona y se entregó el premio al amigo del chopo cabecero. La gran novedad de la fiesta de este año llegó por la tarde, y de nuevo en Allepuz. La localidad del Maestrazgo albergó un pequeño festival de música que puso la guinda a una gran jornada cultural. Sobre el escenario se pudo ver a los grupos turolenses Azero, Ni Zorra, entre otros, y también a la banda catalana Balkan Paradise Orchestra.