El presidente autonómico afirma que la «herencia» del PP es «complicada», algo que confirman alcaldes y sindicatos
Las declaraciones de la nueva Ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, con respecto a su posición de rechazo al carbón siguen generando incertidumbre en la Comunidad Autónoma pese a que el lunes matizase que la transición a las renovables sería «justa» con los territorios que dependen del sector. El ejecutivo autonómico lleva toda la semana manifestando su apoyo a la Central Térmica de Andorra y, ayer, el propio presidente, Javier Lambán, pidió abiertamente «sensibilidad» a la ministra, al menos hasta que haya alternativas económicas que permitan la superviviencia de la cuenca minera de Teruel. También alertó de la «temeridad» que supondría permitir el cierre de la Central para Andorra y la comarca. En ese sentido, si no hay un cambio radical en la política energética, la infraestructura tendrá que cerrar sus puertas en junio de 2020 ya que dejaría de cumplir con la normativa Europea de emisiones. Para alargar su vida útil a la par que se gana tiempo para reindustrializar la zona, Endesa -propietaria de la Térmica- tendría que inyectar unos 190 millones de euros en mejoras medioambientales, algo que no tiene intención de hacer si no se aprueba un marco regulatorio que cuente con el carbón como energía complementaria.
«Sería una temeridad cerrar la Térmica hasta que no se encuentren alternativas a la economía del carbón. Y estoy seguro de que la ministra tendrá suficiente sensibilidad como para coincidir conmigo en este diagnóstico», aseguró Lambán momentos antes de participar en el acto de constitución del Observatorio de la Escuela Rural. El presidente ha solicitado un encuentro con la ministra para abordar el asunto y conocer sus planes.
Lambán también quiso recordar que durante los siete años del gobierno del Partido Popular no les han tranquilizado «nunca» respecto al futuro de la central turolense, ni sobre el futuro del carbón. «Además de engañarnos clamorosamente en algunas ocasiones, sobre todo el ministro Soria en su día, el Gobierno del PP nunca ha hecho nada ni por la supervivencia del carbón, ni por buscar alterativas en las cuencas mineras», detalló. Asimismo, subrayó que el Plan del Carbón 2013-2018 -una herramienta que rubrió el gobierno popular con patronal y sindicatos para apoyar proyectos de reindustrialización, formación y desarrollo las cuencas las cuencas mineras de Asturias, Castilla y León y Aragón-se ha incumplido «de manera clamorosa». «Por tanto la ministra Ribera hereda una situación complicada», puntualizó.
En la misma línea se manifiestan sindicatos y alcaldes mineros, que, aunque reconocen que el Ministro Álvaro Nadal sí se mostró más favorable al carbón, aseguran que la situación fue de «inoperatividad total y abandono» durante el mandato de Soria entre 2011 y 2016. Los responsables de minería en Aragón de UGT y CCOO, Francisco Montull y Antonio Montoyo respectivamente, explicaron que los sindicatos esperan con incertidumbre conocer quién será el secretario de Estado con el que continuarán las negocaciones que comenzaron con Nadal. «Nuestro objetivo será defender lo mismo que hasta ahora, esté quien esté en el gobierno», coincidieron.
Su solicitud pasar por dar continuidad a la central hasta que haya alternativas capaces de absorber los 4.000 empleos directos e indirectos que genera el sector minero-eléctrico en la provincia de Teruel. Para ello, argumentan que las renovables no son capaces de producir toda la energía que se consume y que es necesaria una fuente complementaria que debería ser el carbón, que es el único recurso fósil que hay en España.
Por su parte, los alcaldes de Ariño y Andorra, Joaquín Noé y Sofía Ciércoles, se siguen mostrando más cautos y prefieren dar «un voto de confianza» a la Ministra. «Apostamos por las renovables pero hoy por hoy el carbón es necesario», dijo Noé, quien insistió en que, «gobierne quien gobierne, seguiremos luchando por el futuro, por alargar la vida del carbón mientras no haya una reconversión real».