El Conservatorio de Alcañiz celebra su primer Gran Pasacalles Musical
Friedrich Nietzsche afirmaba que «la vida sin música sería un error». Los alumnos y profesores del Conservatorio José Peris Lacasa entienden la existencia de la misma manera. «Es algo vital», expresó Eduardo García, director del centro de estudios musicales. Por ello, para acercar las melodías a toda la sociedad alcañizana, se embarcaron en la aventura de organizar el primer 'Gran Pasacalles Musical' durante el día de ayer.
Las primeras melodías que se escucharon a las cinco de la tarde en pleno centro auguraban que la tarde del jueves no iba a ser una tarde cualquiera. Y así fue. De ello se encargaron los alumnos del centro bajoaragonés al hacer sonar sus instrumentos ante la atenta mirada de pequeños y mayores. Acordeones, flautas, saxofones, violonchelos… Prácticamente todas las familias estuvieron representadas.
Fue habitual ver como los más jóvenes, casi hechizados, admiraban el movimiento del arco del violonchelo al tocar 'A mi manera' de Paul Anka desde la Plaza Paola Blasco o ver cómo los más mayores rememoraban escenas de la Guerra de las Galaxias al tiempo que los fagots interpretaban el tema principal de la emblemática saga de George Lucas.
Diferentes instrumentos y canciones inundaron las principales calles de la localidad haciendo llegar de manera clara el mensaje que el conservatorio lanza día a día a sus alumnos. «Queremos que toda la ciudadanía entienda la música como un elemento alegre, de disfrute», apuntó Eduardo García.
Todo esto fue más sencillo gracias a la colaboración de la compañía el Políglota Teatro. Ellos fueron los encargados de guiar a una treintena de niños por el pasacalles con malabares, zancos y juegos que arrancaron el alma artística de los más jóvenes quienes, sin duda, demostraron comprender que la vida, con música, suena y se vive mejor.