El viaducto de San Bernardo sufrió un inesperado desplazamiento de hasta 9 centímetros
Los trabajos de reforma y puesta en marcha de los 13,9 kilómetros que van desde el cruce de Ráfales, al límite con la provincia de Castellón, estarán listos a lo largo del próximo verano, después de que se haya retrasado en más de un año la finalización de los mismos.
Todo ello después de que los trabajos de construcción del nuevo vial sufriesen, al menos, dos contratiempos graves desde la cuarta y última reanudación de las obras en abril de 2015. El último incidente del que se tiene constancia ocurrió en el Viaducto de San Bernardo, en Torre de Arcas y que provocó, según distintas fuentes consultadas, que una de las vigas se desplazase 9 centímetros.
A falta de que el Ministerio de Fomento facilite los datos exactos de la incidencia, al parecer un movimiento de tierras detectado a mediados del pasado año provocó el hundimiento de una de las 6 zapatas que sustentan las vigas del viaducto, por lo que fue necesario llevar a cabo varias maniobras de pivotaje para estabilizar la estructura y corregir el desplazamiento en varias operaciones que se habrían dilatado durante más de seis meses y que estarían a punto de concluir.
El viaducto de San Bernardo tiene 300 metros de longitud y permite salvar el barranco del que toma el nombre a unos 20 metros de altura máxima. Una vez se ponga en marcha permitirá ahorrar a los conductores 550 metros de trayecto evitando 7 curvas, algunas de ellas de más de 90º y sin visibilidad.
Asimismo, justo hace ahora un año las obras del tramo de la N-232 en cuestión sufrieron otro grave contratiempo con el desplome del talud Sur del túnel de la Consolación -de 250 metros de longitud- después de un temporal de nieve y lluvia lo que provocó que el suelo arcilloso sobre el que se construyó el muro de hormigón, cediese y se desplomase sobre la boca del túnel. Finalmente el talud fue reparado a finales de verano.
Al respecto, el diputado popular Alberto Herrero explicó que a pesar de las incidencias, las obras estarán listas, como tarde, a finales del próximo verano. «Han surgido incidencias, pero una vez subsanadas, se cumplirán los últimos plazos anunciados porque estamos comprometidos con la finalización de esta carretera», explicó Herrero.
Un año de retrasos
Cabe recordar que tras la enésima reactivación de las obras en 2015 el Ministerio anunció que la carretera estaría lista en verano de 2017. Poco antes de la fecha prevista y ante la evidencia de que los trabajos habían sufrido una ralentización, el ejecutivo anunció que se retrasaba la puesta en marcha del tramo carretero a marzo de 2018.
Sin embargo el pasado mes de enero el Ministro Íñigo de la Serna confirmó, en una rueda de prensa en Zaragoza, que las obras estarían listas este próximo verano aunque no matizó si el retraso anunciado obedecía a las dos graves incidencias detectadas o a varias modificaciones que se han llevado a cabo en el proyecto a lo largo de estos moses. En cualquier caso los distintos representantes políticos nacionales ven viable que ahora sí, las obras estén listas durante este verano. «Las noticias que nos llegan son buenas. Periódicamente, como oposición, solicitamos reuniones con Fomento y lo cierto es que creemos que esta vez sí, todo marcha según lo previsto», explicó el diputado socialista Ignacio Urquizu quien añadió que los retrasos se deben, a su juicio, a problemas técnicos y no «políticos».
Además de las dos grandes citadas infraestructuras, el tramo aún en obras cuenta con el gran viaducto de la Val de Luna de 800 metros de longitud y el túnel de Monroyo de 455 metros. El tramo permitirá pasar de los actuales sinuosos y peligrosos 17,5 kilómetros, a 13,9 con un ahorro de tiempo estimado de más de 10 minutos. El presupuesto inicial de la obra ascendía a 54 millones de euros, aunque, tras las incidencias y las modificaciones que ha sufrido el proyecto, es previsible que la inversión total sea superior.
30 años de parones y polémicas
Con la puesta en marcha de este nuevo tramo de vía, concluirán más de 30 años de trámites administrativos, parones en las obras, escollos burocráticos e incluso pleitos.
La remodelación íntegra de la N-232, que va de Vinaroz y Santander, ya estaba recogida en el Plan de Carreteras 1984-1991 que presentó el entonces ejecutivo socialista de Felipe González. De este modo, la remodelación llegó a finales de los «80 y principios de los «90 a prácticamente todo el trazado de la vía, excepto desde el cruce de Ráfales hasta prácticamente las proximidades de Vinaroz, sin que gobiernos de distinto signo político hicieran nada durante dos décadas. En 1993 las máquinas llegaron al tramo Ráfales-Morella, donde comenzaron a construír varios desmontes, pero meses después se paralizaron las obras por problemas económicos con la empresa adjudicataria.
Nuevamente a finales de los «90 se procedió a remodelar el Puerto de Torremiró y el tramo de Vinaroz hasta el inicio del Puerto de Querol pero no el Ráfales-límite provincial que sufrió una segunda paralización en 1997. La causa fue la gran diferencia del valor de las expropiaciones que perjudicaban a los propietarios turolenses quienes plantearon y ganaron un contencioso-administrativo. En julio del año 2007, Fomento adjudicó de nuevo las obras, esta vez a Rover Alcisa, por un montante de 47,6 millones de euros y se rehabilitó el tramo de 9 kilómetros entre el Puerto de Torre Miró y La Pobla d»Alcolea en el límite entre Castellón y Teruel pero no los 15 kilómetros restantes hasta Ráfales, donde una vez más entraron las máquinas para volver a marcharse. El episodio más grave se vivió en enero de 2010 cuando se hundió un tramo entre Monroyo y Torre de Arcas y obligó a establecer un desvío urgente para salvar la carretera. Ese mismo año, durante el mes de julio, se paralizaron definitivamente los trabajos por un el desencuentro entre la empresa y el Ministerio por un sobrecoste del 20% en las obras y no volvieron a retomarse hasta abril de 2015.
Remodelan el Puerto de Querol
Mientras el tramo turolense se encuentra en su recta final, el Ministerio continúa las obras en el Puerto castellonense de Querol.Las obras cuentan con 40 millones de inversión y podrían estar listas en 2020. «Debemos estar vigilantes pero lo cierto es que mantenemos reuniones periodicamente con Fomento y hasta el momento todo marcha según lo previsto», explicó Rahmsés Ripollés, alcalde de Morella.
Tan solo quedará pendiente el tramo Morella-La Torreta, con un perfil orográfico menos complejo que el anterior tramo. Los trámites para el inicio de las obras, explican, van a «buen ritmo».
Algo no entiendo. Si después de construir el viaducto de Val de Luna de 809 mts y el túnel de Monroyo de 455 mts pasamos de tener 17.5 km por un terreno sinuoso y peligroso a los 13.8 kms nuevos con un ahorro de unos 10 minutos.
Lo siento no lo entiendo.
A velocidades legales 17,5 kilometros a 50 son 21 minutos, siahora haces los 13,8 a 90 son 9,2 minutos.
La diferencia es unos 10 minutos.
Lo cual está muy bien, aunque se debería mejorar, haciendola de 100 km/h
Querido amigo,Absolutamente cierto y totalmente deacuerdo con tus afirmaciones. En estos temas el problema es similar al que dice el refránVer la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Alzamos la voz para denunciar lo que hace mal el otro y no vemos lo que hacemos nosotros, y si fuese al reves? Me parece un debate que comienza a ser agotador y sin sentido. Si hablamos de ejercicio y terapéutico lo primero es confirmar un diagnóstico “médico” y luego con una prescripción será el momento de traducirla a una planificando y diseñar las estrategias de ejercicio. Me da igual si es un fisio, un grado en ciencias del deporte o un TAFAD siempre y cuando demuestre los conocimientos específicos para manejar a ese paciente. Creo en el trabajo en equipo pero en equipo de verdad. Cada uno aportando desde su área y discutiendo el caso para lo bueno y para lo malo. Basta de guerras de poder y defensa de los “territorios” y pongámonos a trabajar de verdad! Sin mis Fisios, mis licenciados o mis TAFAD mi trabajo estaría cojo y muchos de mis pacientes jamás se recuperarían.