Alcañiz cuenta con la primera mujer instructora de tiro en Policía Local de Aragón. Ella es Laura Biurrun, agente local desde hace nueve años que acaba de obtener la habilitación del Gobierno de Aragón para desarrollar las prácticas en las líneas de tiro locales. Es una de las dos únicas agentes de la veintena de policías de la capital bajoaragonesa y ahora ha roto un techo de cristal en un cuerpo que sigue siendo mayoritariamente masculino. En Aragón solo alrededor del 10% de los agentes son mujeres y en la última promoción entraron 35 hombres y 8 chicas.
La especialidad va más allá de la obtención del título que ahora Biurrun quiere aplicar en Alcañiz junto a otro compañero que también ha obtenido la habilitación. Va a preparar un proyecto con el Ayuntamiento para crear un departamento de armas dentro de la Policía. Se encargaría del control y mantenimiento de los medios, desde armas a la munición, los chalecos de protección balística, los grilletes,… pero también de la formación. Hasta la fecha realizan dos jornadas de prácticas al año a las que acudía un profesor de fuera. Con dos instructores propios podrán dar continuidad a la formación pero también profundizar más ya que conocen las características y necesidades de sus compañeros.
La formación tiene una parte eminentemente práctica, con ejercicios de tiro, pero también se estudia cómo responder dependiendo de la situación memorizando movimientos. Se practica el tiro en seco sin munición para trabajar posiciones y simulación de ejercicios que después se combinan con prácticas con fuego real.
«Lo mas importante es la seguridad, se trabaja mucho al igual que los primeros auxilios. Las armas son una herramienta muy delicada, los policías estamos habilitados para hacer uso de esta dotación y es necesario que nos vayamos formando. Las intervenciones armadas son situaciones de mucho estrés en las que se entra en un modo de actuación irracional de defensa. Por eso es importante automatizar movimientos y formas de intervención. Cuando se emplea un arma de fuego es porque existe un riego en la integridad de la vida de las personas. Es una situación de estrés extremo», apunta Biurrun.
Por ello también se trabaja desde lo psicológico. Hay un apartado en el que se estudia la fisiología de las intervenciones armadas y se trabaja desde la psicología teniendo en cuenta cómo influye el estrés tanto mentalmente como físicamente. Se realizan simulaciones en las que se genera estrés en los tiradores para que sean conscientes de las respuestas naturales.
«Hay que ser consciente que un policía es una persona de carne y hueso y tiene respuestas emocionales e innatas igual que cualquier otro. Es importante darle la formación adecuada para que cuando tengan lugar intervenciones en las que hay que utilizar el arma de fuego, que son en pocas ocasiones, se pueda estar preparado de la mejor manera posible. Nunca se está preparado para una intervención armada pero llegado el caso que sea lleva de la mejor manera posible», explica la agente.
opinante dice
Enhorabuena, para que luego digan.