El médico maellano Javier Pardo acaba de publicar el libro «El año de la desgracia» sobre una serie de crímenes sucedidos en 1950 en su pueblo natal. La investigación y los relatos de los testigos han sido clave en el proceso
¿De qué trata ‘El año de la desgracia’?
La historia tiene lugar en Maella en enero de 1950. Se produjo un asesinato, y seguidamente desapareció una hermana del muerto (nunca se encontró el cuerpo). Durante un tiempo no hubo acusaciones, mientras que se creaba un ambiente de miedo en la localidad. Dos años y medio después apareció un segundo cadáver y se empezó a acusar a tres hombres: un sobrino, un hermano y un cuñado del primer fallecido. Los rumores fueron en aumento, hasta que la Guardia Civil confeccionó un sumario poco consistente, que terminó con la declaración de inocencia de los tres acusados por un juzgado. Cuando los tres procesados volvieron al pueblo, se produjo un motín con participación de todos los vecinos, que desembocó en su destierro. Ninguno de los tres volvió nunca a su casa. El libro lo que describe es la agonía y el sufrimiento de las tres familias de estos acusados, que no descansaron nunca, ni con la muerte de ellos.
Una historia real que aún se recuerda en Maella.
Por supuesto, pero no solo aquí, sino también en toda la zona de Caspe. Estas tres personas incluso vivieron en la Ciudad del Compromiso cuando fueron desterrados. De allí fueron trasladados a la prisión de Torrero.
¿Cómo ha sido la investigación?
Pues ha sido curiosa, y ha desembocado en algo que no esperaba. Cuando empecé a informarme tenía una idea muy clara pero todo fue cambiando conforme iba investigando y hablando con gente y con testigos. He aprendido a que cuando una idea está muy arraigada en una sociedad determinada, es muy difícil hacerles cambiar de opinión. Y este ha sido el caso. He indagado en los papeles de la época del Ayuntamiento, la prensa, he hablado con los familiares de los personajes implicados… Incluso he utilizado mis propios recuerdos: tengo imágenes de verlos cuando los detuvieron, de cómo los trataba la Guardia Civil, de cuándo llegaron a Maella después del juicio… Recuerdo muchas cosas.
¿Cómo está estructurada la historia?
El libro comienza el 10 de enero de 1950, y termina con el fallecimiento de estas tres personas que fueron acusadas. Tiene un orden cronológico y hace referencia a las fuentes que he consultado. Todo es totalmente verídico, no obstante, cuando tenía que poner algo negativo sobre alguien utilizaba otro nombre. Creo que no es necesario que saliese el nombre real, no quiero que nadie sea señalado, bastante sufrieron estos tres para crear más víctimas.
¿Tiene algún objetivo recordando esta historia?
Yo me siento muy maellano, y lo único que he buscado es eso, recordar lo que ocurrió y que eso sirva para que veamos que la manipulación y el miedo son muy peligrosos, y para que no se repita nada parecido en el futuro. Me llamó al poco de publicarlo una familiar de uno de los acusados, para agradecerme que saliese la verdadera historia a la luz.
Son muchas sus publicaciones anteriores, aunque todas ellas relacionadas con el ámbito de la medicina y la investigación. ¿Por qué ha escrito este libro, de una temática tan distinta?
El mundo es enorme y hay miles de posibilidades para aprender, para leer. Yo siempre he defendido que todos hemos nacido para aprender y para enseñar. Me jubilé, y tras 50 años de trabajar y de estudiar mucho sobre literatura médica, creí que era el momento de dedicarme a escribir sobre otros temas que también me interesan. Se me ocurren mil ideas, pero me lo tomo con tranquilidad.
¿Puede que veamos pronto otro libro suyo?, ¿qué temas le interesan?
Los sucesos de esta zona no acaban ni mucho menos con estos crímenes que cuento en este libro. Caspe y Maella fueron testigos de un gran número de historias, muchas de ellas durante la Guerra Civil. Hay un tema en concreto que me interesa mucho y me gustaría investigar. Cuando revisé alguna documentación del Ayuntamiento de Maella, encontré mucho sobre la época de racionamiento de los años 40 hasta los 50. Encontré hasta la existencia de monedas de ese momento acuñadas en Caspe. Es una idea que tengo ahora mismo.
Presentó el libro por primera vez en la televisión, y fue entrevistado por su hija, Cristina Pardo.
Pues sí. Fue como un bautizo: pasé de ser Javier Pardo a ser ‘el padre de Cristina Pardo’. Para mí es un orgullo, por supuesto.