Lluís Ribalta Coma-Cros es un escultor barcelonés afincado desde hace 12 años en Calaceite. Su casa es un auténtico museo-taller situado a los pies del cerro de la ermita de San Cristóbal desde el que se disfruta de una inigualable vista de la villa calaceitana y cuyo objetivo es transformar en una galería de arte. Su línea escultórica es principalmente la abstracción utilizando formas radiales partiendo de un punto que a su vez se va multiplicando en más centros radiales. El empleo de materiales y formas orgánicas es otra de las señas de identidad de este inquieto escultor. La naturaleza, las formas geológicas y las siluetas armónicas y sinuosas son otro de sus inconfundibles sellos artísticos.
Lleva más de 20 años dedicado a la escultura aunque recuerda que en sus primeros años en la facultad de Bellas Artes barajó dedicarse a la restauración. Sin embargo tras descubrir el taller de escultura descubrió su pasión por los materiales. Una de sus señas de identidad es el afán de exploración artística con nuevos materiales. «Cuando tengo una idea intento buscar un material nuevo y aplicarla». Comenzó con madera, piedra y metal pero a lo largo de los años ha ido añadiendo la nieve, el hielo, la arena y el plástico. «Últimamente estoy innovando con un lápiz 3 dimensiones que para mí está rompiendo todos los esquemas de todo lo aprendido hasta ahora y me resulta apasionante».

El hecho de trabajar con materiales naturales como puede ser el alabastro o una gran rama de olivo centenario condicionan la obra de Ribalta y suponen todo un emocionante reto para él. «Tengo una idea inicial pero como todos sabemos la madera de olivo tienen muchas vetas, por ello cuando creo mi obra siempre hay un gran margen sujeto al material que trabajo».
Su vinculación con Calaceite viene desde bien pequeño. Sus abuelos compraron una casa antigua en los años 60, época de efervescencia cultural en la actual capital cultural del Matarraña. Algo que influyó decisivamente en el empleo del olivo y el alabastro para sus creaciones en aquel joven artista. «Cuando mi abuela me mandaba a buscar leña siempre me quedaba algún tronco para crear alguna obra», recuerda.

De Calaceite destaca la fuente de inspiración que supone para él y la paz y armonía que le transmite. Lejos de ver como una desventaja estar lejos de los centros de poder, destaca el hecho de que la localidad sea un crisol de distintas influencias culturales. «Estamos a poco más de 2 horas de Barcelona, a poco más de 1 hora de Zaragoza, el Norte no está lejos, tampoco Valencia e incluso Madrid», destaca. Tiene claro que lo que más le motivó son los simposios y explica que este tipo de encuentros permiten a todos los escultores, además de intercambiar impresiones, ponerse el mono de faena y trabajar para hacer una talla en directo. El primero de todos fue en Cerdeña cuando aún era muy joven. «Esa conexión que se da en los simposios entre artistas jóvenes y veteranos siempre me pareció muy interesante». Desde aquel momento ha pasado por hasta 80 simposios que le han llevado a Argentina, Canadá, Estados Unidos y multitud de países de Europa como Rusia, Finlandia, Austria e Italia.

El más reciente fue el invierno pasado en China donde tuvo oportunidad de llevar a cabo varias creaciones utilizando el hielo en el Ice-Assamblage que se celebró en la ciudad china de Harbin. Ribalta Coma-Cross logró hacerse con el tercer premio como integrante de un equipo que además conformaban su pareja Fátima Naranjo y los artistas Roger Ferralla y Roc Solé. La creación premiada, ‘Anciente Memories’ consistió en un bodegón esculpido en hielo que, en resumidas cuentas, representaba una esquina de un edificio típico del territorio con un ventanal y un almendro. Dalí y Gaudí han sido sus mayores referentes. Recuerda cómo en sus ratos libres se dedicaba a pasear y visitar la Sagrada Familia cuando aún no era tan conocida, para analizar cada uno de sus detalles. Artistas de la escultura vasca como Néstor Basterretxea han servido también de inspiración para Ribalta. De igual modo los escultores Julio González y el maellano Pablo Gargallo son otros de los referentes del escultor afincado en Calaceite. «Ambos escultores en cualquier otro lugar estarían muchísimo más reconocidos. Gargallo tiene una concepción del espacio que para mí es genial y me inspira». Brancusi y Barbara Hepworth son otros de los escultores que continúan marcando su obra.
Reconoce que aunque no se lo esperaba, recibió con gran alegría la propuesta del escultor maellano Joaquín Hernández para ser el protagonista de esta sección. «Nos conocimos hace varios meses en el simposio sobre el alabastro de Albalate del Arzobispo». Ribalta lo tiene claro, propone a su pareja Fátima Naranjo, joyera afincada como él en Calaceite de la que destaca especialmente su parte creativa.