Lola Oriol, directora del Colegio Público de Educación Especial Gloria Fuertes, nos traslada a través de nuestro ‘Diario de un confinamiento’ de qué manera alumnado, familias y profesores están viviendo esta situación. Además, repasamos junto a ella las incidencias que han llegado a surgir por la medida estatal que permite a las personas con discapacidad salir de sus hogares para dar pequeños paseos.
¿Cómo estáis?
Estamos bien. Los alumnos y alumnos están bien, sus familias también y digamos que directamente no ha habido ninguna afección. Y luego los profesionales del centro, que son una parte importante de la vida del cole, también están bien de salud, más allá de la tristeza de que todo el mundo conocemos a alguien que está afectado, o de la tristeza de lo que está ocurriendo.
La situación es complicada, pero tratáis de manteneros positivos…
Intentamos transmitir al alumnado, a las familias y en mi caso a mis compañeros y compañeras del centro, ese espíritu de positivismo y de intentar ver que en algún momento veremos la luz. Seguramente para aquellas personas que han perdido a alguien o que tienen a alguien muy enfermo en el hospital estas palabras les producirán dolor, pero mi obligación como directora y nuestra obligación como ciudadanos es intentar que de aquí saquemos algo positivo, intentar crecer y animarnos. Creo que la ternura y la solidaridad ahora mismo son valores en alza. Y desde el colegio intento facilitar ese acompañamiento a las familias y a los alumnos y alumnas, que son para nosotros lo más importante.
¿Cómo se encuentran?
La respuesta de nuestro alumnado es alucinante, como siempre. Nos sorprenden día a día. Sí que hay alumnos y alumnas a los que el estar en casa confinados, a veces sin entender lo que está ocurriendo, les supone un elemento de tensión o de ansiedad más intenso que, por otro lado, se está facilitando con la famosa orden que permite que puedan dar pequeños paseos. Pero en general lo están llevando muy bien.
¿Las familias? Fuertes, cohesionadas y dando también un ejemplo de padres y madres coraje. Respecto a la plantilla del centro, al igual que los docentes de Aragón y de toda España, se está trabajando mucho y muy bien desde casa, pero en nuestro caso se complica porque no hay libros de texto al uso, una plataforma digital al uso, y es una enseñanza más individualizada que requiere mucho más de ese influjo educativo que da el tú a tú, que es lo que se ha perdido, el estar con ellos día a día.
No obstante estáis en contacto con las familias...
Hay una vía de comunicación directa entre las doce tutoras del centro con la ayuda de los profesionales, especialistas, los auxiliares del aula y de toda plantilla. Cada uno desde su campo está impulsando que el tiempo pase más rápido y que la pérdida de no estar en clase sea menor. Hay un contacto directo y diario a través del correo electrónico y luego desde el equipo directivo llamamos semanalmente a todas las familias del centro para ver cómo se encuentran, si tienen necesidad de alguna orientación, de algún papel, algún informe… cualquier cosa que me puedan plantear y que podamos desde el centro solucionar o encauzar. Creemos que tiene que haber esa labor de acompañamiento. Al final los profesionales, el alumnado sobre todo, y sus familias llevamos confinados más de un mes. Cada uno tenemos nuestra situación personal, laboral, familiar, de tristeza, de ver cada día lo que está ocurriendo en España… Hay que acompañarnos, el Gloria Fuertes lo ha hecho siempre y lo va a seguir haciendo.
Las personas con discapacidad pueden salir de sus casas para dar un paseo, ¿ha habido algún problema a este respecto?
Sí, hemos tenido varios casos en el colegio y me consta que está ocurriendo en varias partes de Aragón y en todo el país. Lo recoge el BOE, se recoge en los Decretos que el Gobierno ha tenido en cuenta en excepcionalidades que son necesarias. Lo dije una vez y lo vuelvo a repetir: Ninguna familia de mi centro y ningún padre o madre de un alumno con discapacidad intelectual o de un usuario de un centro ocupacional o de una persona con discapacidad expone a su hijo o hija al exterior, a un virus que sabemos que está en el ambiente y que es muy contagioso, de una forma gratuita. Me ha costado convencer a algunas familias para que saquen a sus hijos y salgan con ellos de paseo un rato para que luego la convivencia, la ansiedad y el día a día fluyan de una forma más calmada y más tranquila. Pero ningún padre o madre se expone.
Es un poco sorprendente y no entiendo que a estas alturas de la historia de este país, en pleno siglo XXI, en el que hemos avanzado tanto en la inclusión, haya una parada a un alumno del centro y se entienda la discapacidad como una enfermedad. El alumnado del Colegio Gloria Fuertes y las personas con discapacidad intelectual, con trastorno del espectro autista, con problemas de conducta, con dificultad en su desarrollo, que requieran salir de casa no necesitan un papel del médico, basta con que lleven el certificado de minusvalía, porque no están enfermos, tienen una discapacidad de cualquier tipo que requiere unas medidas extraordinarias. Es lo mismo que va a ocurrir a partir del 27 de abril con los niños y niñas, pero en este caso es anterior.
Más nos deberíamos de fijar cada uno y cada una de cómo cuidamos al de al lado, de cómo empatizamos con el de al lado, que de vigilar si una familia necesita salir a la calle con un hijo o una hija, porque cuando lo hace es porque lo que necesita, y porque la ley lo ampara. Es triste que alguna familia me llame porque le han increpado al salir, o porque alguna persona de las fuerzas de orden público -que ya lo he trasladado a quien corresponde- ha invitado a una familia a que si su hijo está enfermo vayan a pedir un papel al médico. No tienen que ir al médico. La discapacidad no es una enfermedad. En este país hemos avanzado mucho para entender eso. La discapacidad es una condición de la persona y simplemente se requiere otro tipo de atención, igual que a nivel educativo en la escuela les estamos dando otro tipo de atención.
Estas situaciones que comentas, ¿son la tónica general?
Estas situaciones son algo muy puntual. Yo vivo en Montalbán y en la zona en la que me muevo el comportamiento es ejemplar. Me emociona cada día la atención de la gente que está trabajando para que todos podamos estar confinados. Yo pido, como directora del Colegio Gloria Fuertes y como Lola Oriol, como persona, que esto saque lo mejor de nosotros mismos, porque creo que ahora va a ser necesario pelear para que todo salga adelante. Tenemos que intentar que vayan reduciéndose los fallecidos, que la gente se cure en los hospitales, que aquellos que han perdido a alguien estén acompañados en el afecto… Debemos como sociedad dar lo mejor de nosotros mismos. Que la alegría de nuestro cole, que el día a día del Gloria Fuertes, que es luz, color, dibujos, arte, risas… que todo eso contagie a la sociedad futura en la que todos nos vamos a ver obligados a vivir y que vamos a tener que sacar adelante.
Somos una escuela pública, y yo creo que de calidad, como los centros educativos de todo nuestro entorno, que nos estamos dejando la piel, como los servicios sanitarios, las fuerzas de seguridad, toda la gente que está facilitando nuestro confinamiento, los medios de comunicación… vamos a dar lo mejor de nosotros mismos. Yo solo aspiro a que el alumnado que tenemos ahora o el que venga en el futuro vea una sociedad, y que todo esto sea un mal sueño, porque lo estamos pasando todos muy mal, y nuestros alumnos y alumnas, como otros niños de todo el país, pues también.