Quieren hacer «frente común» con gente con la que comparten problemáticas y reivindicaciones
Los Amigos de Iranzo están presentando en Comarcas y Ayuntamientos de la provincia una propuesta de manifiesto conjunto para «hacer un frente común con gente con la que comparten problemáticas y reivindicaciones». El texto se aprobó el jueves en el pleno del Consistorio de Andorra y se prevé que próximamente se haga lo propio en otras administraciones del territorio para «coger el relevo de Iranzo y luchar por nuestra tierra».
Tal y como explica uno de los portavoces, Luis Manuel Alquézar, quieren sumar apoyos por la defensa del mundo rural y su lucha por la dignidad de nuestros pueblos. «José Luis Iranzo fue un acérrimo defensor del medio rural, un luchador incansable por todo lo que representa la vida en los pueblos y por la dignidad de sus gentes. El destino le deparó una muerte desastrosamente indigna en ese medio rural por el que tanto luchó (…) Se trata de una causa común por la que merece la pena luchar y entre todos hacer que nos escuchen allá donde tienen la obligación de hacerlo, para atender nuestras legítimas reivindicaciones y dotarnos de unos servicios y recursos a los que tenemos derecho», afirma el texto.
En el manifiesto se recuerda que Iranzo fue asesinado en las puertas de su explotación agraria por un pistolero que llevaba al menos 10 días moviéndose por la zona con total impunidad tras haber dejado muy a las claras sus intenciones asesinas contra dos vecinos de Albalate del Arzobispo «vivos en estos momentos de puro milagro». «¿Cómo es posible que durante 10 días no se pudo atrapar a un individuo que tuvo los arrestos de hacer la barbaridad cometida el día 5 de diciembre en Albalate? Tristemente creemos que estos hechos describen muy claramente el abandono y la crónica falta de medios que sufre el medio rural», afirma el manifiesto.
En el texto se recuerdan otros casos ocurridos en el medio rural como el asesinato de Luis Esteban en 2015 en Fuentes Claras, localidad a la que sus asesinos se desplazaron desde Zaragoza «buscando quizás la tranquilidad que a los asesinos les da lugares donde se saben prácticamente impunes». También citan los casos, «lamentablemente cotidanos», de robos en naves agrícolas y que se acometen «con total tranquilidad ante la certeza de que no hay una patrulla de la Guardia Civil en probablemente centenas de kilómetros a la redonda, y que hacen en casos hasta inviable poder seguir trabajando en nuestra propia casa». «En definitiva, nos sentimos más inseguros porque cada vez contamos con menos cuarteles y medios humanos para velar por nuestra seguridad», aseguran.
La sensación de «abandono» no termina en la inseguridad. En el manifiesto, Los Amigos de Iranzo citan la falta de medios en educación, sanidad, infraestructuras y bomberos. Recuerdan que la despoblación se combate con «guardia civil, médicos, carteros, bomberos o maestros» y no con estadísticas y propaganda. «Nuestros hijos tienen cada día más difícil ir a la escuela en condiciones dignas porque están infradotadas o simplemente las cierran. Nuestros enfermos tienen cada día más difícil poder ser cuidados como cualquier otro enfermo porque contamos con menos médicos y servicios sanitarios. Desplazarnos en transporte público por la provincia es una odisea tercermundista. ¿Quién va a querer vivir en lugares donde cada día dispone de menos recursos?», se preguntan.
La Guardia Civil, «sin autocrítica»
En cuanto a las declaraciones de Carlos Crespo, Los Amigos de Iranzo lamentan la nula autocrítica que realizan las fuerzas de seguridad y aportan el siguiente matiz a las palabras de Crespo: «si están haciendo algo para dar tranquilidad a la zona es porque entonces no se hizo o no lo suficiente; no nos cuadra porque si se ha hecho bien no hay nada que mejorar. Aquello fue algo excepcional y como tal requirió una actuación excepcional». Por su parte, el secretario general de UAGA vuelve a pedir respuestas a todos los interrogantes que hay en torno a la actuación de la Guardia Civil en los días previos al crimen. A José Manuel Penella sigue sin convencerle la explicación de Interior, que ayer corroboró el general. «Sólo sabiendo la verdad se podrán exigir responsabilidades», añade Penella, quien subraya que la clave está en conocer si se pudo evitar o no.