La Asociación que integra 68 municipios del país y 4 en el Bajo Aragón Histórico celebró ayer su día
Los Pueblos Más Bonitos de España reclaman un mayor apoyo institucional. Así se desprende del manifiesto que se dio a conocer ayer, coincidiendo con la conmemoración que esta asociación lleva a cabo cada 1 de octubre. Desde la asociación, integrada por 68 municipios y de la que forman parte Cantavieja, Calaceite, Valderrobres y desde este año Mirambel, dieron a conocer un manifiesto y llevaron a cabo el izado de la bandera de los Pueblos Más Bonitos. «Somos pueblos vivos, por ello reclamamos a administraciones y grandes empresas que cuiden los servicios que prestan», manifestó Francisco Mestre, Presidente de la Asociación.
Desde la Asociación y a través de este manifiesto reivindicaron la «identidad» de unos municipios que, según recoge el documento, tienen mucho que hacer y que decir, reivindicándose como guardianes de la tradición, la historia, la gastronomía y la «sabiduría» ancestral de generaciones pasadas, constituyendo la verdadera esencia del país. Una de las apuestas de la Asociación pasa por potenciar el turismo de calidad como motor de lucha contra la despoblación. Municipios como Calaceite, han pasado en los últimos años a multiplicar hasta por 30 el número de visitantes. «Fuimos de los primeros en apostar por formar parte de esta asociación. Antes la gente pasaba de largo por la travesía. Ahora ven el cartel y paran o directamente vienen después por van recorriendo los Pueblos Más Bonitos», explicó Jose María Salsench, alcalde de Calaceite. Unas de las principales reivindicaciones estéticas que plantean buena parte de los municipios, pasan por el soterramiento del cableado eléctrico y telefónico. «Hemos notado que en solo unos meses ha aumentado y se ha diversificado la llegada de turistas de otras regiones», explicó Maria Carmen Solar, alcaldesa de Mirambel.
Varios de los municipios integrados en esta asociación llevaron a cabo una jornada de puertas abiertas de alguno de sus monumentos. Fue el caso de Cantavieja que abrió las puertas del museo de las Guerras Carlistas.