Luís Sábado, cocinero del bar «La Lola», cuenta cómo ha experimentado un cambio radical en su trayectoria profesional. Su historia es un caso de éxito de segundas oportunidades
Antes te dedicabas a la automoción, ahora a la cocina…
Tenía una concesión de vehículos de segunda mano de kilómetro cero de las marcas Audi, Volkswagen y Mercedes. Me dedique a esto hasta 2014. Desafortunadamente tuve un fracaso empresarial, unido también a un divorcio. No hice las cosas bien, cometí muchos errores y toqué fondo. Tuve que encontrarme con lo peor de mi mismo para descubrir lo mejor de mí mismo, entonces lo perdí todo y volví a nacer.
¿Cómo surgió el cambio?
La verdad es que fue una oportunidad que se me presentó gracias a un amigo mío cocinero, al cual me gustaría agradecerle esa confianza que depositó en mí. Él es Luis Ignacio Estopiñán. También fue gracias al grupo ‘El Milagro’ de Teruel que me dio la oportunidad de trabajar como cocinero. Estuve en una situación muy crítica durante un año y medio y cuando pude salir se me presentó esta oportunidad y no la dejé escapar.
¿Por cuántas cocinas has pasado desde que te reinventaste?
Estuve en Teruel dos años y debido a que mi familia, principalmente mis hijos, estaban aquí en Alcañiz, decidí venirme. Trabajé en el Hotel Guadalope. Después surgió una oportunidad de progreso en Épsilon. Al final, debido a las dificultades que se presentaron con el tema de la pandemia por estar en un ERTE, se me presentó la oportunidad de trabajar en ‘La Lola’. Llevo desde el 15 de junio. Me costó muy poco tiempo decidirme, lo acepté porque era una forma de separarme de mi maestro, de mi mentor y ser yo quien cocinase y quien dejase la marca, aunque el agradecimiento hacia él estará siempre. Tengo más autonomía pero siempre lo tengo presente. Ahora soy yo, ya no lo tengo a mano cuando me equivoco en un plato.
¿Qué es lo que más te gusta de tu faceta como cocinero?
A mí me gusta ser una persona comunicativa y quizás en mi trabajo anterior de comercial y relaciones públicas lo pude desarrollar. Aquí no hablo con la gente pero sí me comunico a través de mi cocina. Es una manera de transmitir sentimientos y sensaciones. Cuando estás bien, cocinas bien.
Pero la cocina no era algo nuevo para ti…
En el grupo de amigos, e incluso en casa, la cocina siempre era mi especialidad. De hecho, cuando se presentó la oportunidad mis hijos, a los cuales les pregunté su opinión, me aconsejaron bien. Me decían: «papá siempre has cocinado… ya eres cocinero». Es algo que tenía escondido y que gracias a un amigo ha salido a flote.
¿Cómo desarrollas tu faceta de cocinero?
Me estoy formando mucho, no he perdido el tiempo desde que empecé a trabajar en la cocina. He estudiado en la Escuela de Hostelería de Teruel y también he hecho cursos alternativos a lo largo del tiempo. Me sigo actualizando permanentemente porque en todas las profesiones y más en esta es muy necesario. Un cocinero bien formado es un buen cocinero. Puedes tener mucha creatividad, muchas ganas de trabajar y mucha motivación, pero si no tienes la formación, que es la base de todo, es difícil seguir hacia delante.
¿Nunca es tarde para cambiar?
Nunca. Por mi experiencia se ve que no lo es. Quisiera transmitir a todas las personas que han pasado por dificultades que no se rindan. La vida está llena de alegría, no te puedes arrinconar a ti mismo y tienes que saber encontrar tu oportunidad. Si te arrinconas y no la buscas no va a llegar. La suerte existe pero indudablemente la tienes que cada día.
¿Cómo ves la situación del sector?
Está siendo el mayor castigado, toda la hostelería ha hecho un gran esfuerzo por adaptarse a las normativas y ha tenido que hacer desembolsos económicos importantes. No entendemos por qué en las grandes superficies o en los medios de transporte parece ser que no hay virus y a los restaurantes privarnos de ofrecer nuestro servicio. Es preocupante, además me estoy dando cuenta de que hay desunión.
¿A qué te refieres?
El Bajo Aragón es muy importante para la región, somos un motor de desarrollo, tenemos cosas muy bonitas… turismo, Motorland y proyectos muy interesantes. La hostelería es esencial dentro de todo este puzle. Pediría a todos los hosteleros que se uniesen y formasen una voz. La unión hace la fuerza, haría un llamamiento. Hay que crear una asociación fuerte y grande para enfrentarnos a los problemas con mayor solvencia.
¿Cómo ha cambiado el modo de trabajar la cocina con la pandemia?
En este aspecto si ya me tuve que reinventar una vez, ahora me tocó reinventarme de nuevo como cocinero. La comida para llevar es un movimiento que está surgiendo con fuerza pero somos muchos restaurantes y bares y todos queremos ofrecer este servicio. Tienes que reinventarte y hacer algo que el resto no haga, ahí está la dificultad y donde radica la creación de cada cocinero. Tengo que crear un producto que no tengan los demás y que sea atractivo de cara al cliente que además no puede consumirlo a las horas que él quisiera en tu establecimiento. Cambia completamente la filosofía.
No puedo dejar de mencionar tu etapa política como concejal del PP.
Estuve de concejal de Juventud, Festejos y Deportes del año 2003 al año 2007. Fueron cuatro años muy intensos, en los que me dediqué en cuerpo y alma a mi ciudad porque soy un enamorado de Alcañiz. Fue una experiencia muy positiva, hubo cambios en el deporte y en los festejos. Intentamos dar protagonismo a la juventud en Alcañiz y se creó un movimiento muy bonito como fue el Club de Atletismo Tragamillas, del cual soy socio fundador. Me enorgullece ver la cantidad de niños y de gente adulta que se ha preocupado por mantener la forma física. En ese aspecto sí que hubo una evolución en el deporte en Alcañiz y estoy muy satisfecho de haber trabajado para mi ciudad.
¿Qué es lo que te ha hecho abandonar esta faceta política?
Me desengañé con el mundo político. No entendía cómo el camino más cercano entre dos puntos no es la línea recta sino que cuanto más vueltas des más te acercas a ese punto. Es algo que no encajaba en mis principios. Descubrí que no todos trabajan para lo mismo, sino que la política puede ser una lucha de intereses personales. Cuando se mezclan los intereses personales con los intereses para el bien común todos perdemos. Indudablemente sigo la política de cerca al haber estado dentro. Sigo teniendo contacto con el partido por el cual estuve en Alcañiz. Cuando me preguntan opiniones o incluso gente de otros partidos me preguntan consejos sobre mi etapa de concejal, sea quien sea, se los doy.
¿Se puede hacer más desde ese ámbito ante la pandemia?
A veces se olvida el objetivo común, que es el beneficio para los votantes y para lo que no nos han votado. Cuando lo mezclamos con intentar alcanzar unos puestos y nos olvidamos de los principios estamos perdiendo el norte. La política en este momento se ha convertido en una agencia de colocación. El objetivo no es mantener tu sillón caliente. Pediría más sinceridad, más honestidad, más trabajo y sobre todo que las decisiones se tomen de una forma objetiva y con criterio. Hay que ser sincero y sobre todo humano.
¿Se puede decir que has encontrado tu sitio en lo profesional?
La vida puede dar muchas vueltas, de hecho, ya me ha dado bastantes, pero en este aspecto estoy muy seguro de mi profesión, contento, alegre… Estoy atravesando también un momento personal muy bonito y sigo formándome. Voy a comenzar un Máster en Nutrición Deportiva porque mi vida también está relacionada con el mundo del deporte. El deporte es algo que ha estado muy unido a mí. Cuanto más deporte practico, mejor vivo, mejor cocino, mejor me expreso y mejor evoluciono. Creo que será difícil que cambie de oficio.
En lo deportivo, el ejemplo es tu hermano Alberto Sábado, Campeón Mundial de Atletismo.
Alberto en los momentos difíciles por los que he pasado ha sido un espejo donde mirarme (se emociona). Una persona que ha sido todo sacrificio, que lo ha sido todo en el deporte del atletismo. Ha ido subcampeón de España Absoluto. Ha sido Campeón del mundo de 1500 metros lisos y todo desde la humildad y la sinceridad. La verdad es que agradezco todo el apoyo que he recibido por parte de mi familia, de él y de mis hijos muy en especial, que me han acompañado en los momentos difíciles por los que he atravesado.