¿Qué persigue la campaña del Instituto Aragonés de la Mujer sobre los juguetes sexistas?
Consiste en darnos cuenta de que podemos contribuir a que los juguetes no reproduzcan estos estereotipos que generan desigualdades y luego se perpetúan y se alargan hasta nuestra vida adulta.
La campaña se llama ‘Más que pink&blue’, más que rosa y azul, ¿qué esconden estos colores?
Si hablamos de forma abstracta no dicen nada. El problema viene cuando se nos asigna el rosa a las niñas, el azul a los niños y el color lleva implícito una serie de roles. El rosa para los cuidados, para las niñas, los maquillajes, las comiditas, las cocinitas… y el azul lo asociamos a los niños, a las construcciones, a las investigaciones… Lo que tratamos es de romper con esos estereotipos, visibilizar y hablar de otro tipo de juguetes que son buenos para el desarrollo de la infancia.
¿En qué consiste la guía de juguetes no sexistas que habéis puesto en circulación?
La guía contiene un decálogo que nos puede ayudar a elegir los juguetes para nuestros niños y niñas evitando caer en el sexismo. Algunos consejos es revisar si en los envoltorios, en las cajas o en las imágenes que vemos esos roles de los que hablábamos se perpetúan o no. Si en el caso de una muñeca solo sale una niña y todo es rosa estaremos contribuyendo a fomentar ese estereotipo, pero esa misma muñeca en otro contexto donde hay niños y niñas jugando ayuda a romper con él.
¿Se presta más atención a estas cuestiones que hace varios años?
Poco a poco vamos superando estos roles y se va avanzando hacia la igualdad. Hoy en día vemos catálogos mucho menos sexistas que hace años, cuando la mayor parte de los establecimientos dividían sus estanterías en rosa y en azul indicando claramente la distinción entre niñas y niños. Estamos superando esto, aún vemos catálogos que se basan en estos colores, pero poco a poco se va avanzado.
¿Cómo educar en la igualdad?
Hay muchas formas. El sexismo y el machismo están ahí. A lo largo de los años hemos recibido una educación y hemos socializado dentro de unos estereotipos machistas y que perpetúan la desigualdad. ¿Cómo salir de ahí? Tenemos que apostar precisamente por transmitir el respeto, la igualdad, convivencia, cooperación… Aprovechar el juguete y el juego para que los niños aprendan también estos valores. Lo que tenemos que tratar es que niños y niñas jueguen indistintamente con todos los juguetes y desde la infancia insistir en la igualdad de género.
A las puertas del 2020 ¿ha sido este año positivo para la lucha por la igualdad?
Se van consiguiendo avances. También vemos como los movimientos feministas siguen presionando, reivindicando y consiguiendo cosas. Vivimos en un momento en el que, por desgracia, se están escuchando unos ecos del pasado negacionistas de la violencia de género pero que no tienen cabida en nuestra sociedad. Es más que evidente que la violencia contra las mujeres existe y aquellos que niegan la realidad… No hay más ciego que el que no quiere ver. Creo que sí, que estamos avanzando, pero tenemos que seguir en esta línea. Hay que continuar fomentando la igualdad y hay que seguir hablando de machismo, de feminismo, de desigualdad de género y seguir apostando por la educación en igualdad.
¿Cuál es tu deseo para 2020?
El objetivo sería, por supuesto, acabar con la violencia contra las mujeres. Pero si lo aterrizamos un poco más creo que lo que tenemos que hacer es garantizar que todas las mujeres tengan acceso de igual forma a los recursos, que tengan un espacio donde poder acercarse a consultar, a formar parte, y que el Instituto Aragonés de la Mujer sea el instituto de todas las mujeres y que sepan que aquí estamos para tender la mano, escuchar, aceptar e intentar solucionar todas las situaciones que se les plantean.