Un acceso a internet «del siglo XXI» permitiría generar emprendimiento y fijar población
La sociedad y los hábitos de las personas cambian a diario, internet se está convirtiendo en una herramienta imprescindible para el ser humano y las nuevas tecnologías están transformado el comportamiento social. La gente toma lo extraordinario como normal sin pensar en cómo era la vida hace uno o dos siglos. Abren el grifo y sale agua, pulsan el interruptor y se hace la luz y en los últimos 20 años se ha conseguido que la comunicación traspase fronteras. Pero pocos se preguntan el por qué. Internet ha cambiado, está cambiando y cambiará el mundo. Pese a que gran parte de la sociedad, por no decir la gran mayoría, no podría pasar una sola semana sin conexión a internet, existen un gran número de personas y poblaciones para las que navegar por la red es una gran odisea.
Los datos hablan por sí solos. En los grandes núcleos urbanos es fácil poseer una conexión aceptable, pero en los entornos rurales la tarea es ardua complicada. La provincia de Teruel es un gran ejemplo. Más de la mitad de los pueblos no cuentan con una conexión de 30 megas, velocidad normal que permite consultar vídeos en alta definición, compartir archivos de gran tamaño o ver la televisión a través de la red. De hecho, un 23% de los turolenses se tiene que conformar con menos de 10 megas, una velocidad limitada con la que navegar, consultar el correo e interactuar a través de las redes sociales. En las zonas más castigadas, como el Maestrazgo y el Matarraña, los vecinos están hartos y reclaman más atención para reducir cuánto antes la brecha digital.
Según los datos del último «Informe de Cobertura de Banda Ancha de mediados de 2016» publicado por el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, la provincia de Teruel es la segunda, por delante de Toledo, con un mayor porcentaje de población que no tiene una conexión igual o mayor a 30 megas. Un 63% de los turolenses no llegan a esa velocidad, mientras que en Huesca los datos se sitúan en un 55% y en Zaragoza en un 20%.
Internet se ha convertido en una herramienta imprescindible para las personas, pero también lo es para las empresas. En las últimas décadas se ha podido ver como la industrialización, el desarrollo de los grandes núcleos urbanos y el abandono del campo han vaciado los pueblos. Los avances tecnológicos pueden ser una solución para la despoblación. Las mejoras de las comunicaciones también pueden dar lugar a nuevos negocios en el ámbito rural y las nuevas tecnologías se pueden convertir en una oportunidad para aquellos que quieran hacer negocio desde su propio pueblo. Una buena conexión a internet es fundamental y aquí, la provincia de Teruel todavía tiene una asignatura pendiente.
En el Bajo Aragón Histórico, las zonas del Maestrazgo y Matarraña, al ser los territorios más rurales y alejados, son las que tienen mayores problemas de conexión. «Para muchos negocios la conexión es tercermundista y para nosotros es algo prioritario. Hoy en día o trabajas por estas vías o estás perdido», señala Pilar Beltrán, presidenta de la Asociación de Empresarios del Maestrazgo.
Beltrán habla de los continuos cortes de conexión que se suceden en la zona. No solo está el hecho de que algunas poblaciones no cuenten con internet de banda ancha, sino que las idas y venidas en la red, que de por sí no es «demasiado buena», les impide trabajar con normalidad. «Ya no solo es el hecho de captar clientes por internet, es el trabajo del día a día. No tener conexión supone que algunos establecimientos no puedan cobrar con tarjeta y es un problema para nosotros y para los clientes», destaca. Fortanete es uno de los municipios afectados.
En el Matarraña la situación es similar. La conexión suele ser «irregular» y existen muchos pueblos en los que internet «funciona muy mal». «Los planes propuestos por el Gobierno de Aragón son una buena noticia, pero parece que tienes que esperar a que los pueblos se vacíen para hacer algo…», lamenta José Antonio Higueras, presidente de los empresarios del Matarraña, para quien internet es «imprescindible».
En zonas como el Matarraña y el Maestrazgo las conexiones suelen ser inalámbricas y esto hace que sean más vulnerables a las inclemencias meteorológicas. Los empresarios esperan que los planes impulsados por DGA puedan traer soluciones al territorio y permitan tener un acceso a internet «del siglo XXI» que pueda atraer a nuevos emprendedores y consiga que la gente pueda volver a los pueblos o, al menos, que no se vaya.
Planes de actuación
Para mejorar esta situación a nivel provincial, y también en otros núcleos urbanos de todo Aragón, el anterior Gobierno lanzó en 2015 el «Plan ConectAragón» con el objetivo de ofrecer una conexión de bancha ancha con un mínimo de 30 megas a 348 poblaciones, lo que supone alrededor de 100.000 habitantes. La iniciativa buscaba acabar con la brecha digital de la comunidad, consiguiendo que el 97% de la población estuviera conectada. Además, la Unión Europea, dentro de su programa de Agenda Digital, exige que todos los ciudadanos cuenten con una conexión digna en 2020.
Se espera que el «Plan ConectAragón» pueda estar a pleno funcionamiento a finales de 2018 y, a día de hoy, 28 de las 39 poblaciones del Bajo Aragón Histórico que entraban en este plan ya cuentan con una conexión mínima de 30 megas.
De forma complementaria, y para realizar una enlace completo a nivel autonómico, el Gobierno de Aragón impulsó otro plan llamado «Todos 2017-2019» en el que trabaja con las tres diputaciones aragonesas, con el objetivo de llevar un internet con un mínimo de 20 megas al 3%, unas 21.000 personas, que quedaba fuera de la iniciativa anterior. Con «Todos», un total de 700 núcleos rurales de Aragón, 147 turolenses, estarán conectados antes de 2020. Una fecha que convertiría a Aragón en la primera región europea con banda ancha en todo su territorio.
Castelserás, un referente
A finales de la década de los 90 internet comenzó a aparecer en el vocabulario de toda la sociedad y cada vez era más normal escuchar las palabras «web» o «e-mail». Fue en el año 1999 cuando se creó una de las primeras empresas que trabajaba vía internet en Aragón, concretamente en Castelserás con Aceros Hispania y Ricardo Lop a la cabeza. Casi 20 después, la empresa de cuchillos de Castelserás puede presumir de contar con 30.000 productos y de vender a más de 160 países. Ricardo Lop, además, incitó a que otros emprendedores de su pueblo se lanzaran a internet. Ahora empresas de venta de suministros de hostelería, productos hechos con cáñamo o juguetes han recogido el testigo en el municipio. Hoy en día Castelserás puede presumir de ser uno de los municipios españoles con mayor ratio de emprendimiento digital. «Ahora mismo no hay ninguna empresa que no esté en la web. Internet es tan importante como la electricidad hace unos años», destaca Ricardo Lop. En los mismos términos se expresa Manuel Cruz, propietario de Tienda Tinta, empresa que vende cartuchos de impresora en la nube. «Si no tuviésemos las posibilidades que nos da internet, nos tendríamos que ir fuera a trabajar. De este modo nos podemos quedar en el pueblo y hacerlo desde aquí».
«Es cierto que existen limitaciones en cuanto a la conexión, pero tampoco nos podemos quejar viendo lo que hay en otros pueblos», señala Cruz. «Si te pones a pensar, nunca ha habido desarrollo en sitios que no están bien comunicados. Antes era el transporte y ahora es internet, que es imprescindible para trabajar», dice Lop.
Castelserás se ha convertido en un claro ejemplo de lo que internet puede aportar a los pueblos y sus ejemplos ponen de manifiesto que emprender en el medio rural es posible siempre y cuando haya una buena conexión a internet.