Desde junio es la médico de Molinos, perteneciente al Centro de Salud de Alcorisa
Desde que terminó el MIR en 2012 en la especialidad de Médico de Familia, Eva Trillo entró en una «vorágine de sustituciones» por todo Aragón. Su caso es un ejemplo del periplo que pasan muchos jóvenes especialistas aragoneses hasta lograr una cierta estabilidad laboral. Eva es de Zaragoza y tiene 33 años. Desde que terminó el MIR fue encadenando contratos por días como sustituta hasta que ha logrado una estabilidad que en Aragón se encuentra generalmente en las zonas rurales.
En su caso le llevó hace tres años al Bajo Aragón, donde ha pasado por varios centros de salud. Desde junio es la médico de Molinos, perteneciente al Centro de Salud de Alcorisa, donde pasa las guardias. «La bolsa de contratación no funciona de forma boyante, tenemos que hacer una mochila de méritos hasta lograr los suficientes puntos para lograr interinidades a hora y media de Zaragoza», comenta. Por ello la situación ideal es lograr una plaza por oposición con la que acercarse poco a poco a su ciudad natal. Aprobó la convocatoria de 2014 pero no logró plaza debido a la escasa oferta. Ahora en enero se sacan solo 70 plazas de Primaria. Esto hace muy complicado que los jóvenes puedan acceder a ellas porque aunque obtengan un buen resultado, puntúa más la antigüedad. «Cualquier persona de 45 años que lleve más de 10 trabajando pasa por delante nuestro», explica.
Este sistema hace impensable que los jóvenes puedan tener estabilidad laboral cerca de su lugar de origen y por ende, pensar por ejemplo, en tener hijos. De media tardan unos 8 o 10 años en lograr una interinidad en una localidad cercana a Zaragoza que les permita residir en la capital. «Algunos con 50 años aún no tienen plaza en propiedad».
Para Eva los incentivos que propone el Salud solo son un «parche» de un problema mucho más complejo que no se soluciona doblando los puntos que se otorgan o con incentivos económicos. Pide que la bolsa de contratación sea «más transparente» porque muchos profesionales se activan o desactivan en función de si les interesa o no el contrato que se ofrece. Ante ello, propone que se pueda ver la bolsa a tiempo real.
El principal problema que no se soluciona y por el que muchos médicos prefieren vivir a base de guardias en Zaragoza que con una interinidad en un pueblo que en los profesionales del medio rural no cuenta con los mismos medios que en las grandes ciudades. Las condiciones de trabajo tampoco son las mismas. Por ejemplo, cada día tienen que realizar al menos dos viajes con su propio coche por un kilometraje «irrisorio». En cuanto a los medios, todo el sistema está informatizado pero, sin embargo, cuentan con conexiones muy lentas con continuos cortes que ralentizan su trabajo. A ello se le une que trabajan con portátiles de 18 años de antigüedad. «Se nos puede ir media hora solo con arrancar el programa en pueblos en los que estamos hora y media…es desesperante y nos quita tiempo para atender al paciente».
La carga de trabajo también es mayor porque desempeñan labores que no son las suyas. Los médicos rurales son sus propios administrativos (se encargan de tramitar citas con especialistas o de toda la documentación de su consulta) y en los días que no cuentan con enfermero, de realizar sus labores si es necesario.
A ello se suman los problemas para encontrar sustitutos para cubrir vacaciones o bajas. Este verano ante la falta de personal, los médicos tuvieron que dividir su trabajo en varios consultorios para evitar cierres y seguir prestando servicio a los vecinos dividiendo su tiempo de trabajo.
* Más información en la edición impresa