Aprender y disfrutar de la naturaleza en familia a través de una actividad puramente científica. Ha sido el objetivo de la jornada de anillamiento de aves de otoño organizada en Alcañiz por los Amigos del Rio y los Espacios Naturales en la Ribera del río Guadalope, en colaboración con Santiago Osácar, miembro de la Sociedad Española de Ornitología y anillador. Medio centenar de personas, en su mayoría público familiar, no faltaron a la cita, en un día que también sirvió para reivindicar la importancia de la biodiversidad, así como su cuidado.
El experto ornitólogo e ilustrador compartió sus conocimientos con el público y enseñó paso a paso el proceso de anillamiento científico, que consiste en colocar una anilla identificativa en una de las patas del ave, con el objetivo final de hacer un seguimiento de las migraciones y sus poblaciones en el entorno. «Los niños tienen mucha necesidad de realidad, de tocar, porque todo lo conocen por pantallas. La realidad para ellos es asombrosa», destacó Osácar.
El científico explicó a los presentes las características de las aves anilladas-más de una decena de especies-, haciendo partícipes a los más pequeños. «Es una jornada de educación ambiental. Lo que hacemos es anillar delante de las familias para que vean la variedad presente en la zona, además de contar sus costumbres y características. Lo hacemos de manera fácil y divulgativa, aunque en el fondo se trata de una actividad científica», matizó el ornitólogo.
Los más pequeños quedaron maravillados con los diferentes ejemplare- especies residentes en el entorno y otras que han venido a invernar-, que pudieron ver de cerca e incluso tocar y sostener en sus manos, siempre bajo la supervisión del experto en la materia. Este es el segundo anillamiento que los Amigos del Rio, contando con el experto ornitólogo, organizan en el año, tras realizar el del verano.
El objetivo como explicaba por su parte Javier Escorza, integrante de los Amigos del Rio, es la concienciación social a través de actividades familiares, divulgativas y tan provechosas, desde el punto de vista científico. «Los pequeños se quedan muy sorprendidos de ver pájaros en primera línea, pero también los padres. Es una oportunidad de conocer las diferentes especies que habitan en la ribera. Todas ellos entran dentro del proyecto científico del anillamiento de aves y tienen el seguimiento adecuado», resaltó Escorza.
Los amigos del Río cuentan con en torno a 120 socios, que sustentan las actividades anuales. El relevo generacional sigue siendo uno de los principales retos. «Cuesta atraer a las nuevas generaciones. Hay que ser sinceros. Necesitaríamos gente joven, gente nueva que se implique en cualquier actividad relacionada con el medio ambiente en general y con la naturaleza en particular», destacaron desde el colectivo, que está abierto a todo el público general. «Solo necesitan un estímulo: querer conocer, comprender y proteger la naturaleza. Quien quiera será bienvenido».
La jornada de este domingo se completó con un paseo por la ribera y una comida de convivencia.
El cambio climático altera las migraciones
El cambio climático, con olas de extremo calor, altera los flujos migratorios de las diferentes especies, tal como explicó el ornitólogo Santiago Osácar. El tránsito de pájaros por la Península Ibérica empezaba habitualmente el 15 de agosto y concluía coincidiendo con las fechas del Pilar. Las temperaturas inusualmente cálidas, hacen retrasar el proceso migratorio al menos un mes. «Empiezan a migrar muy tarde y a lo mejor hasta La Inmaculada sigue habiendo pájaros en tránsito», explicó el ornitólogo, añadiendo que incluso si en invierno no hace mucho frío pájaros que antes se iban en otoño pueden permanecer en la zona hasta principios de enero.
En el anillamiento de este domingo, se han podido ver especies como el carbonero, martín pescador, carricero o la curruca capirotada, entre otras. Uno de los ejemplares, un carbonero, estaba anillado de una campaña del 2021, lo que denota que algunas especies tienen arraigo en el entorno local. Otras muchas han venido a invernar. En los anillamientos de verano son más comunes los ruiseñores, carriceros o papamoscas, que ya volvieron o volverán a África, dejando ahora paso a los pájaros provenientes de los países más fríos. «En otoño tenemos pájaros que están viniendo desde los países más fríos hacia e sur, hacía a África y algunos que se quedan por España. En puro invierno tenemos pájaros que pueden venir de Siberia, de Finlandia o Suecia y el frío les empuja hasta España».
La Sociedad Española de Ornitología comenzó su actividad allá por los años 50, con un primer objetivo de proteger Doñana, pero luego extendió su trabajo a otros entornos. España es un «país privilegiado» para las aves, de ahí la importancia del trabajo de sus expertos en el entorno. «Hacemos un trabajo muy científico orientado a la conservación». recalcó Osácar.
Todos los datos y registros por la Sociedad Española de Ornitología se centralizan e intercambian entre los diferentes países, consiguiendo así monitorizar el estado de la fauna. «España es un país muy importante en cuanto a la rutas migratorias de los pájaros que van a África y que pasan todos por el Estrecho de Gibraltar. A toda Europa le interesa que tengan un buen hábitat en nuestro país», recalca el experto. Cabe destacar que la Sociedad Española de Ornitología (SEOBirdLife) es la ONG de conservación de la naturaleza más antigua de España.