El Hogar de Personas Mayores del IASS en Alcañiz es la mejor opción para todos los jubilados que deseen pasar sus tardes entretenidos y rodeados de personas con las que hablar y pasar un rato agradable. El alcañizano es uno de los 31 Hogares con los que cuenta el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS). Ya suma 50 años de historia entre sus paredes y le quedan muchos más por vivir haciendo felices a los jubilados que acuden a diario.
El centro cuenta con más de 3.000 socios y ofrece un amplio abanico de posibilidades a todos sus integrantes con servicios de cafetería, peluquería, podología, atención a cuidadores y el programa PAP (Promoción de la Autonomía Personal) además de muchas otras actividades de puro ocio. Entre ellas, destacan las nuevas incorporaciones gracias a la gestión de su actual presidenta, Concha Bernal Lario, como las clases de baile que tanto se habían pedido o los viajes de un día cerca de Alcañiz que permiten conocer el entorno. «Ahora me han mandado un viaje a Asturias que es de seis días pero no sabemos si saldrá porque las agencias te piden un mínimo y necesitamos que la gente se empiece a animar», afirma la presidenta. Concha lleva ya cerca de 15 años acudiendo a esta asociación y decidió ocupar su actual puesto hace un año escaso, cuando la junta anterior se desintegró y alguien tuvo que tomar el mando. «Lo hice porque si yo no me quedaba, los otros tampoco», comenta entre risas.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos tanto de la presidenta como de la dirección y el personal siguen existiendo reticencias a la hora de tomar la decisión de comenzar a acudir al Hogar. Esto se debe principalmente a un cliché muy extendido con este tipo de lugares. «A la gente más joven, que si está jubilada ya no lo es, le cuesta un poco subir porque dicen que es de abuelos, pero no comprendemos que nosotros también lo somos», explica Concha. No obstante, los números después de la pandemia se han mantenido como cada curso: «las bajas se solventan con las altas que se dan cada año».
Darío Alonso, por su parte, ocupa el puesto de director y es quien lleva a cabo las gestiones para que el Hogar siga funcionando y se realicen las propuestas de los socios. Se convirtió en director un mes antes de que comenzara la pandemia, por lo que su primera experiencia fue desde casa ocupándose de todo a distancia. «Era como un disco en blanco. Se encargó hacer seguimiento telefónico de todas aquellas personas mayores que estuvieran en riesgo de estar en soledad no deseada y, en caso de detectar necesidades, derivar a diferentes organismos para que se hicieran cargo», afirma Darío. «A la vuelta noté mucho la diferencia, especialmente en la cantidad de gente que viene y cómo te agradece tu trabajo. Se vive esa parte más social, humana y cercana, la que durante la pandemia no teníamos».
Una de las principales iniciativas fomentadas por este director son los cursos formativos con profesorado de la Escuela de Adultos de Alcañiz. Esta idea ha obtenido tanto éxito que se vuelven a ofrecer estas formaciones para el próximo curso que se iniciará en el mes de octubre. Con ellos, los asistentes al Hogar pueden estudiar simplemente por placer y así ocupar gran parte de su tiempo además de agilizar la memoria y mejorar la concentración.

Fiestas de Alcañiz
Durante las fiestas patronales de los alcañizanos el Hogar no descansa. Está hasta arriba de trabajo porque cuenta con un gran honor en estas fechas. Una de las cinco reinas de la localidad, pertenece a su asociación. Por esto tienen que llevar a cabo todos los preparativos necesarios para que salga todo perfecto y están presentes en todos los actos junto a las más jóvenes del reinado. Este año cuentan como representante con una tocaya de la presidenta, Concepción Robres Abizanda, quien está muy ilusionada porque deseaba vivir esta experiencia desde que era una niña, pero nunca se animó mientras era adolescente porque ella «quería ser reina, no únicamente dama», y nunca antes le habían ofrecido ocupar ese puesto.
