Desde el lunes 27 de abril los niños y niñas menores de 14 años podrán salir a la calle en una estado de alarma prorrogado hasta el 9 de mayo. Lo harán acompañados de una persona adulta con la que conviven en la misma vivienda y para acompañar en las salidas únicamente permitidas. Es decir, para acudir a la compra, a entidades bancarias o farmacias. No habrá, por lo tanto, paseos cortos al aire libre.
Así se fijó, entre otros puntos relativos a otros ámbitos, en el Consejo de Ministros celebrado durante la mañana de este martes y del que informó la portavoz del Gobierno en rueda de prensa posterior. María Jesús Montero apeló «a la responsabilidad individual» para evitar la expansión del virus «por la salud de menores y la de toda la población». Anunció que esta semana se publicará una guía con las buenas prácticas.
Estas medidas suscitaron controversia en la opinión pública, especialmente, el permitir que acudan a la compra cuando esto implica acceder a un supermercado, áreas muy concurridas.
Caceroladas desde los balcones
La petición de rectificación al Gobierno se tradujo por la tarde en el sonido de las cacerolas en muchas localidades, entre ellas, Alcañiz. La convocatoria llegó a través de una cadena en wahtsapp como «urgente» para solicitar poder realizar paseos cortos de forma controlada y acompañados por un adulto ya que, ahora «no se están teniendo en cuenta sus necesidades físicas y psicológicas». Así pues, ante «las ridículas y absurdas» medidas de alivio anunciadas por el gobierno para la infancia, «proponemos, hoy, martes 21 de abril, una cacerolada desde los balcones a las 19.00». Consideran que estas medidas propuestas, «no suponen un alivio para los niños, sino que aumentan el riesgo de contagio».