El clima, a pesar de las malas previsiones, respetó en la jornada de sábado con las carreras en el circuito en las que Márquez confirmó su liderazgo. Los paraguas acabaron convertidos en parasoles y los puestos de ventas de helados fueron los más concurridos. La mala predicción hizo cambiar la moto por el coche a un grupo de cinco gallegos que disfrutaban «achicharrados» del Mundial en la mañana del sábado. Salieron el jueves a las cuatro de la madrugada de A Coruña y ocho horas y media después, estaban en Motorland. «Nos gusta este circuito porque no hay tantas aglomeraciones de gente como en otros y se disfruta bien», apuntó Brays en el que es su segundo viaje a Alcañiz. Entre los amigos, un poco de todo a la hora de animar a un piloto pero la pasión es la misma. «Nos gustan las motos y eso es lo que importa», dijeron.
No todos los ánimos van dirigidos a los grandes nombres. El joven piloto valenciano, Álex Escrig de Rookies Cup, contó con el apoyo de una quincena de animadores con sus abuelos maternos a la cabeza. «Lo seguimos siempre que podemos, con la peña vamos a animarle. Aquí es nuestra cuarta vez y ya tenemos hasta los restaurantes que nos gustan de referencia», señalaron divertidos Consuelo Tomás y José Reche, abuelos del joven de Puzol. A animar a Jaume Masiá de Moto 3 llegaron Antonio y David desde Valencia por la sencilla razón de ser del mismo pueblo. «Intentamos ir a todos los circuitos que podemos del Mundial», dijeron.
Moto GP da mucho de sí, y entre otras cosas, deja siempre unas imágenes para el recuerdo como ya lo está haciendo esta edición con una pedida de mano incluida.