Los Bomberos realizan muchas más labores que apagar incendios; nos cuentan cómo es el día a día en el parque de Alcañiz
Inevitablemente la palabra bombero se asocia con las típicas imágenes proyectadas en telediarios de hombres luchando contra grandes incendios que devoran todo lo que encuentran a su paso. Nada más lejos de la realidad. Olvídense de barras de descenso y americanadas similares; los bomberos desempeñan un amplio abanico de labores, de las que la extinción de incendios forma solo una pequeña parte. Desde asistencia en accidentes de tráfico hasta salvamento de animales o intervenciones en intentos de suicidio, pasando por apertura de pisos y siniestros de casi cualquier ámbito. «No hay un criterio a seguir ni un tipo de salida principal. Sin razón alguna aparecen salidas de todo tipo», explica uno de los bomberos del parque de Alcañiz.
Las 18 personas que trabajan en la capital bajoaragonesa lo hacen divididas en seis turnos de 24 horas por una cuestión de organización. A las 07.30 se produce el relevo con los compañeros del día anterior y la jornada comienza con una hora y media de deporte. Después de una ducha y un tiempo para el almuerzo, se empieza a cumplir la programación que marque el cuadrante. «Cada día se revisan a fondo uno o varios vehículos: se arrancan, se comprueban las herramientas y su funcionamiento… Se revisa todo para que en caso de salidas no nos pille desprevenidos», explican. Posteriormente se realiza una pequeña práctica con situaciones que podrían darse en la vida real, y después de comer el calendario sigue con deporte, más prácticas o actualizaciones de protocolos, aunque todo se paraliza si suena el teléfono.
Modus operandi
Todo en el parque está preparado para salir en el menor tiempo posible. «Los pantalones están dentro de las botas para poder vestirnos más rápido; mientras uno atiende el teléfono otro va arrancando los camiones para que se calienten… El objetivo es salir lo antes posible», destacan. El mínimo del parque es de dos personas, aunque en los mejores casos puede incluso llegar a haber cuatro bomberos (en invierno, si hay una persona de refuerzo), si bien esto no es lo habitual.
Para paliar la falta de personal se trabaja mediante un sistema de «guardia localizada»: quien estuvo de guardia el día anterior está localizado las 24 horas del día siguiente a través de un walkie talkie. «Cuando salimos llamamos a los que están con el busca para que vengan al parque y no esté vacío. Si la salida se complica, tendrían que venir a ayudar también», comentan.

Ocho vehículos y lancha
Los bomberos coinciden en que uno de los aspectos más positivos es el equipamiento y el material con el que cuentan los parques. En el caso del de Alcañiz, los profesionales tienen a su disposición ocho vehículos y una lancha para desempeñar todo tipo de labores. Hay dos todoterrenos y dos vehículos destinados a actuar en accidentes de tráfico, uno de ellos de salvamento; un camión para incendios en viviendas o industrias; un camión para incendios forestales; un camión cisterna para acompañar a los otros dos en caso de fuego de grandes magnitudes (acumula 12.000 litros de agua, por lo que se utiliza para recargar las bombas de los otros dos); y un vehículo con escalera para cualquier intervención que requiera actuar en altura.