El sector está «contento» porque anualmente crecen las familias y grupos de amigos que pasan la Nochevieja fuera de casa
Los hosteleros del territorio se encuentran trabajando al 200% esta semana para tener todo listo para Nochevieja. Los cotillones y las casas rurales siguen siendo una apuesta segura pero la comida para llevar es una opción que cada vez tienen en cuenta más bajoaragoneses y muchos turistas que nos visitan este puente festivo.
El sector realiza una valoración positiva de la repercusión económica de la Nochevieja atendiendo a las «posibilidades» de cada zona del Bajo Aragón Histórico. Los más beneficiados, como en años anteriores, son las comarcas más turísticas como Matarraña, Maestrazgo y Bajo Aragón, donde están prácticamente al 100%. En otras zonas los índices de ocupación son menores y aún quedan habitaciones vacías.
En toda la provincia de Teruel la ocupación media es del 90% según datos de la asociación Teruel Empresarios Turísticos. Cada vez es mayor el interés de familias y grupos de amigos por pasar el fin de año fuera de casa, en hoteles, hostales y, sobre todo, casas rurales. «A esta tendencia, que ya está más que consolidada, se une que este año cae muy bien por las fechas. Coincide con fin de semana y mucha gente tiene puente», afirma el presidente de la entidad, Juan Ciércoles. En ese sentido, el andorrano aprovecha para reivindicar calendarios festivos que favorezcan los puentes de varios días, que son los que animan a las familias a salir.
Lleno antes de ofrecer el menú
En el Matarraña todos los establecimientos colgaron hace semanas, o incluso meses, el cartel de completo. Muchos de ellos incluso cerraron las reservas antes de tener totalmente decidida su propuesta gastronómica y festiva. «Es un fin de semana muy bueno. En Navidad muchos establecimientos optan por cerrar aún sabiendo que en caso de abrir, llenarían la sala el 25, un día que cada vez se come más fuera de casa», explica el presidente de la asociación de empresarios, José Antonio Higueras.
Valencianos en el Maestrazgo
En la misma situación se encuentran en el Maestrazgo, donde todos los establecimientos están al 100%, tanto hoteles como casas rurales. «Estamos muy contentos, siempre llegamos a la plena ocupación por estas fechas», apunta Beatriz Borrás, gerente de la Asociación de Empresarios Turísticos del Maestrazgo. En su caso, la mayoría de clientes proceden de la Comunidad Valenciana, incluso en la zona de Castellote, generalmente con más turismo catalán.
Los hosteleros se apoyan
En el Bajo Aragón, salvo excepciones cumplirán las buenas expectativas. Las reservas se sitúan en una media de entre el 80 y el 90% en Fin de Año y Navidad. Los socios de la Asociación Turismo Bajo Aragón trabajan como una central de reservas: los alojamientos que están llenos derivan las llamadas a los que aún tienen camas libres para no perder ningún cliente. «Este año las fechas son muy buenas al caer en fin de semana», destaca la gerente de la asociación, Nieves Ballestero.
El Parador de Alcañiz colgó el cartel de completo hace ya mes y medio ofreciendo un paquete que incluye alojamiento, cena especial y un desayuno brunch hasta las 12.00 el domingo. El perfil de cliente es personas de mediana edad que quieren celebrar la Nochevieja pero no con excesiva fiesta y que aprovechan la estancia en la capital bajoaragonesa para disfrutar del entorno y su gastronomía. La mayoría son visitantes españoles, que en muchos casos repiten por tercera o cuarta vez, aunque también cuentan con reservas de clientes extranjeros.
Una opción muy práctica
Los cotillones y las casas rurales siguen siendo una apuesta segura pero la comida para llevar lleva varios años ganando enteros porque permite cenar en casa o en la peña sin pasarse el día en la cocina. Cada vez son más los establecimientos que optan por esta opción, que también permite a los hosteleros disfrutar de la noche con sus seres queridos. Es el caso de la Fonda Angeleta de Valderrobres. Antes organizaba un cotillón pero este año ha optado por la comida para llevar. «Todos los años llenábamos el comedor pero hemos decidido probar y está siendo un acierto», comenta su gerente, Lola Rivasés, que ya tiene reservados más de un centenar de menús.
En Alcañiz también aumenta cada año la oferta de comida para llevar. El gastrobar Micelios, inaugurado recientemente, también ha optado por esta opción. «No anuncié los platos porque no quería coger muchos pedidos al llevar poco tiempo pero los clientes han respondido muy bien. El plato estrella es, sin duda, el ternasco», comenta el cocinero y gerente de Micelios, Manuel Barrau.
En el restaurante Meseguer son los pioneros y llevan desde 2010 ofreciendo una amplia carta de platos envasados al vacío todo el año que cuenta con alrededor de 70 propuestas diferentes para contentar a todos los paladares. Uno de sus copropietarios, Pedro Meseguer, recuerda que siempre introducen novedades en la carta aunque los más solicitados siguen siendo los «clásicos» como el ternasco o el bacalao: «en las cuadrillas siempre hay una o varias personas que se pasan la tarde en la cocina. De esta forma se evitan ese trabajo previo y todos disfrutan por igual».
Empeltre también apostó hace unos años por los menús y platos preparados, de los que venden de media unos 300. «El perfil del cliente es muy variado, tanto jóvenes como grupos más mayores que cenan en su peña», comenta su gerente, Adrián Lahoz.
Por último, el Mesón Santa Bárbara combina las dos opciones. El comedor aún acepta reservas de última hora hasta mañana al igual que la comida para llevar. «Estamos contentos, el público es muy heterogéneo», afirma la encargada, Beatriz Reinao.