¿Puede ser la nueva sociedad a la que nos deberemos enfrentar después del coronavirus una oportunidad para atraer nuevos pobladores? Los pueblos y sus formas de vida tranquilas y alejadas de las multitudes son el mejor antídoto para que no vuelva a propagarse el coronavirus una vez se levante el confinamiento y Aragón quiere aprovecharlo. Ver la «era postcoronavirus» como una oportunidad para atraer nuevos pobladores es una de las ideas que han aportado los presidentes de las comarcas dentro del proceso participativo que ha iniciado DGA para la redacción del protocolo de desescalada, del que tendrá la última palabra el Gobierno Central. El plan, que compete a varias consejerías, lo lidera el comisionado para la lucha contra la despoblación, Javier Allué.
El ejecutivo autonómico sigue avanzando en la redacción del plan que contempla el inicio de la desescalada en el medio rural con criterios de población, sanitarios y económicos principalmente. Los sanitarios se debatirán este viernes en una comisión interterritorial de Sanidad del Estado con las autonomías que versará exclusivamente sobre la desescalada. Para definir los criterios que regirán la desescalada se tendrán en cuenta los resultados del estudio de seroprevalencia a nivel nacional, que en la comunidad se podría iniciar el próximo lunes. El objetivo será conocer qué porcentaje de la población está inmunizado frente a enfermedad.
Cómo se transmite la enfermedad, la capacidad del sistema para reaccionar ante un nuevo brote o una Atención Primaria fuerte como primera puerta ante la detección son algunas propuestas que se tendrán en cuenta según adelantó este jueves la consejera de Sanidad aragonesa, Pilar Ventura, quien volvió a poner el acento en que el medio rural tiene unas particularidades especiales que el ejecutivo estatal debe tener en cuenta. También dónde y cuándo se van a realizar las pruebas, con qué material de protección se va a atender a los pacientes según el tipo de patología y si va a haber diferentes circuitos dentro de los centros sanitarios.
De hecho, los datos sanitarios de Aragón por zonas básicas de salud evidencian desde hace semanas que la distribución territorial es totalmente desigual. Hay zonas en las que no hay casos o prácticamente ninguno y otras en las que la incidencia y los casos confirmados son más altas. Estos últimos se ligan fundamentalmente a las zonas urbanas según explicó el director general de Salud Pública, Francis Falo. «Cada vez más la presencia de la enfermedad va repetir este comportamiento y estará en los entornos urbanos. Pueden aparecer brotes ocasionales pero fundamentalmente se van a concentrar en el área urbana, donde hay más población; y también ligados a residencias», apuntó Falo.
Propuestas de comarcas y diputaciones
«Hay gente que se ha dado cuenta que en los pueblos no se está tan mal. Lo que nos ha pasado nos da argumentos a los que llevamos mucho tiempo defendiendo esta posición», explica el director general de Administración Local, José Ramón Ibáñez. El calandino junto a su homólogo en Interior se reúne semanalmente con las Unidades de Coordinación Comarcal de las tres provincias. En la última se habló de la flexibilización de los remanentes municipales y que la desescalada se inicie en las zonas rurales además de solicitar a los presidentes comarcales y los de las diputaciones que aportaran ideas. Algunas salieron en la reunión, como la de intentar atraer a nuevos pobladores, en la que coincidieron la mayoría, y otras las pueden ir mandado por mail estos días.
No obstante, también estuvieron de acuerdo en que antes es necesario atajar uno de los principales problemas de los pueblos, la falta de conectividad. Con el confinamiento se ha producido la eclosión del teletrabajo y se ha «descubierto» que se puede trabajar desde casa, lo que puede atraer a nuevos profesionales si se soluciona la falta de cobertura.
Otras propuestas que surgieron son las de recuperar sectores que se han deslocalizado y que ahora se ha visto su necesidad como el textil, con la propuesta de crear cooperativas como las agrarias; y más a corto plazo, que excepto bares y restaurantes, donde se agolpa más gente, se vayan abriendo el resto de establecimientos en toda la provincia a excepción de Teruel capital.