La Sociedad Española de Antropología y Tradiciones Populares consagró este sábado el prestigio de la fiesta de la Encamisada de Estercuel con la entrega del Premio Nacional de Tradiciones Populares. El galardón supone un reconocimiento a la dedicación y el trabajo de los vecinos de esta localidad, tras varios años tratando de recuperar y mantener viva esta actividad. El premio se empezó a fraguar el pasado mes de enero, con la edición de este 2023 de la Encamisada, adonde acudieron miembros de la Sociedad Española de Antropología.
«Para todos nosotros es un orgullo que nos hayan dado este premio que ha sido recibido con un cariño que creemos que es lo más importante», destacó el alcalde Joaqión Lahoz, presente en el acto, asegurando que el premio «es de todos y para todos». «De esta manera lo hemos recogido y es de agradecer a las personas que han trabajado tanto», reafirmó. Además del primer edil también estuvo presente el presidente de la Sociedad Española de Antropología, Ramón Perera, entre otros. Al acto que se celebró en el salón de actos del Ayuntamiento, también asistió la consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales, Mayte Pérez.
Este galardón se fija en el Bajo Aragón después de premiar en los últimos años a otras actividades culturales como los danzantes de Camuñas, la Asociación de Astures y Romanos de Astorga y a la Asociación Cultural Amigos de la Vijanera. Tras una actuación de los gaiteros de Estercuel, se produjo la entrega de galardones. El presidente de la Sociedad de Antropología entregó el premio nacional a Jorge Lacueva y Natividad Escudero, procuradores de la Encamisada 2023. Por su parte, Marta Herrero, responsable de las redes sociales de la Encamisada de Estercuel, recibió el Diploma Nacional.
Asimismo, se desarrollaron cuatro ponencias: la primera, ‘Sacar hacha’, a cargo de José Vicente Rubio; la segunda, por el padre Fernando Ruiz, sobre el carácter religioso de la celebración; la tercera, de Jesús Rubio sobre músicas y danzas, y la cuarta y última, de Ángel Ramón Sancho sobre FITA.
Por su parte, Mayte Pérez destacó «la emoción que se transmite de generación en generación» en la Encamisada de Estercuel, «un hito de nuestro calendario que traspasa fronteras» y que es «fruto del trabajo y la dedicación de los vecinos» de la localidad. La consejera de Presidencia apuntó a su vez que el deber de las administraciones es «ayudar a proteger fiestas como la Encamisada».
Fiesta de Interés Turístico de Aragón
Estercuel celebra la sanantonada de la Santa Encamisada en el mes de enero. Esta fiesta, la más destacada y especial para el municipio de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos está además declarada de Interés Turístico en Aragón. Su origen se remonta al siglo XIX. Comenzó como una muestra de agradecimiento a la figura de San Antón por haber ayudado a la población a librarse de una peste que asoló los municipios del alrededor, pero que no llegó a Estercuel y está relacionada con el fuego y su elemento purificador, dentro de la cultura popular.
Durante todo el fin de semana se realizan diversos actos, el más popular es la Santa Encamisada, una procesión que recorre, a partir de las 20.00, las más de 15 hogueras que se han prendido alcanzado hasta los 20 metros de altura. Alrededor de ellas se colocan los jinetes con sus caballos, portando antorchas y cientos de curiosos que acuden a la cita.
La fiesta gira también en torno a los matrimonios o parejas del pueblo, quienes tienen un papel fundamental en la organización, pues corre a cargo de catorce matrimonios o parejas, siete son los «salientes» que enseñarán a los otros siete «entrantes».
Quienes componen la Encamisada van con trajes populares: los fiesteros van vestidos con capa de fiesta negra y sombreros; el procurador, que es la persona de mayor edad, lleva el mando de la fiesta y se le reconoce por las tres plumas blancas de gallo en su sombrero; al rey se le identifica por las tres estrellas plateadas de su sombrero; el conde lleva un sombrero del que cuelgan cintas blancas; los Mayorales, que son cuatro -dos acompañan al procurador, otro al rey y otro al conde-, llevan capa y sombrero y montan a caballo junto a los cargos principales.