Medio centenar de personas participaron en las jornadas organizadas en el Parlamento Europeo
Queda poco tiempo para poder generar nuevas economías en la cuenca minera turolense pero el futuro pasa por abordar una reconversión lo más justa posible y de forma inmediata. Es una de las principales conclusiones de las jornadas «Un futuro post carbón para las cuencas mineras» que el grupo parlamentario europeo Equo / Primavera Europea organizó ayer en Bruselas. Medio centenar de personas, entre los que estuvieron presentes diferentes delegaciones de las cuencas de Aragón, Asturias y León, participaron en la cita. Fueron invitados por el europarlamentario, activista y político francés, Florent Marcellesi, quien defendió tres razones por las que «urge» una reindustrialización. «Las ayudas al carbón terminan en 2018, el Acuerdo de París especifica una línea clara hacia las renovables y la quema de carbón supone graves afecciones para la salud», determinó. Aseguró que la transición debe ser posible «contando con los trabajadores mineros y no olvidando la historia minera de los territorios».
En ese sentido, cabe destacar el ejemplo del municipio minero francés Loos-en-Gohelle. Su alcalde, Jean-François Canon, explicó cómo empezaron a trabajar hacen más de 20 años en una reconversión basada en la economía sostenible. Ahora, esta región se ha convertido en el centro de ecoactividades más grande de Francia. «Fue difícil pero lo principal fue implicar a la población. Se trabajó con la memoria colectiva de la mina, con los sindicatos y las familias», valoró. Los vestigios de la actividad minera en esta localidad están declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Con respecto a cómo conseguir la implicación de la población de cara a defender el abandono del carbón, Caron reconoció que es necesario presentar pequeños logros e ir «paso a paso». «Nosotros hemos llegado a devolver fondos mineros porque no estaban sirviendo para lo que se crearon», reconoció el francés.
El ejemplo totalmente opuesto lo relató el alcalde griego del municipio de Kozani, Eleftherios Ioannidis, donde la situación es similar a la de la cuenca minera turolense, donde los planes de reindustrialización acometidos hasta ahora no han dado los resultados esperados. El primer edil explicó que con el cierre de las centrales térmicas se perderán más de 6.000 empleos directos.
Todos los ponentes defendieron las «razones objetivas» que demuestran que «el carbón no tiene futuro».
Por su parte, la responsable de Cambio Climático de Greenpeace, Tatiana Nuño, presentó el informe Más allá del carbón, un estudio que analiza la cuenca minera de Andorra, su situación y las oportunidades de desarrollo con las que cuenta.
En cuanto a la representación turolense, el alcalde de Escucha, Javier Carbó, y la agente de desarrollo local de Andorra, mostraron su preocupación por la «falta de control» en los fondos mineros que han llegado hasta ahora a las comarcas mineras. «Nos sobran polígonos industriales y no tenemos proyectos de desarrollo concretos que os hagan salir de esta situación», recalcó Carbó durante el turno de debate.
Como conclusión, Marcellesi subrayó que es necesario «superar» la muerte del carbón e invitó a los asistentes a crear una red de pueblos «post-carbón». «No voy a poner fecha pero podríamos realizar la primera reunión de esta red en el municipio francés», recalcó, una cuestión que ratificó el alcalde de la localidad.
En las jornadas también participaron Montserrat Mir, secretaria de la Federación Europea de Sindicatos, la eurodiputada alemana Bärbel Höhn, y el diputado europeo de Compromis Jordi Sebastiá, que ejerció de coordinador.