Sofía Serrano, activista alcañizana, apuesta por las energías renovables en la cuenca minera
La polémica en torno al sector del carbón y las energías renovables sigue presente en Europa. La Eurocámara aprobó el miércoles con amplia mayoría elevar la cuota de generación de energía renovable hasta un 35% en el año 2030, postura que limitaría notablemente las ayudas al carbón en España. La alcañizana Sofía Serrano, experta en medio ambiente y modelos de desarrollo alternativo para las cuencas mineras, visitó Estrasburgo invitada por Greenpeace para participar en las negociaciones de la directiva.
Ante el más que probable cierre de la Central Térmica de Andorra, Sofía se aleja de grandes proyectos en la zona. «La solución no es reinsertar a los trabajadores en una gran empresa. No podemos tener a tantísimos trabajadores de un territorio tan despoblado en el mismo sitio porque dentro de unos años, si la cosa va mal, volveremos a tener el mismo problema», explica.
Según su postura, la clave pasa por dinaminzar la economía del territorio. «Teruel necesita pequeñas y medianas empresas enfocadas a distintos sectores. Tenemos que crear una red de trabajos que afecte a todo el territorio, no solo al de las cuencas. Esto no es un problema de los mineros, es de todo el territorio», explica. Entre sus opciones destaca apostar por el sector sociosanitario (debido al envejecimiento de la población), y también por los sectores agrónomo y agrícola.
Apuesta por las energías renovables
Sofía no cree que el fin del carbón suponga el fin de las comarcas mineras. «Abre la puerta a nuevas inversiones, tenemos una hoja en blanco que debemos aprovechar», destaca. Defiende que las energías renovables suponen una alternativa real al carbón, y que «Aragón disfruta de sol, de viento, y el hecho de reutilizar los desperdicios del sector ganadero y agrónomo para utilizarlos como biomasa tiene mucho potencial».
Al margen del evidente beneficio medioambiental, esta alcañizana destaca otras virtudes de las energías renovables. «La producción de electricidad con energías renovables es mucho más barata, por lo que bajaría el precio de la luz. Además, las renovables permiten que la gente pueda producir su propia energía y, con la nueva directiva que se ha aprobado, se abre la puerta al autoconsumo en los hogares», concluye.