Teresa Viejo presentó su novela 'Animales domésticos' en Alcañiz
La escritora y periodista Teresa Viejo nació en Tarifa en 1963. Debutó en la novela en 2009, con 'La memoria del agua', y el sábado visitó Alcañiz para presentar su último libro, 'Animáles domésticos', con motivo del Festival Aragón Negro. En esta entrevista cuenta qué reto se puso a la hora de escribir la novela, su opinión respecto al género negro y la brecha salarial entre hombres y mujeres, cómo es la protagonista de 'Animales domésticos' o qué ideas tiene de cara al futuro.
¿En qué momento decides empezar a escribir tu primera novela? (La memoria del agua, 2009)
Fue una tarde de octubre en la provincia de Cuenca, cuando desde una colina observo las ruinas del balneario de la Isabela. En ese justo instante me digo: «voy a escribir la historia de este lugar». No sabía ni qué era, pero vi unas ruinas tan formidables y tan potentes que revolvieron mi vida de arriba abajo.
¿Cuál fue la inspiración para escribir Animales domésticos? ¿Cómo surgió la idea?
En este caso no hubo ni inspiración ni un detonante, me apetecía escribir una historia contemporánea. Me gustaba mucho retratar un escenario convulso en las relaciones de pareja y me puse un reto: arrancar la novela con un hecho transversal como descubrir una infidelidad, algo que está a la orden del día, y convertir esto tan común e incluso vulgar, que no tiene edad y es connatural al amor, en algo extraordinario. Dar la vuelta a la historia de tal manera que al lector le resultase sorprendente. Además, quise convertir toda la indagación de la infidelidad por parte de la protagonista en un thriller, es decir, convertirla a ella en una especie de detective doméstico que va buscando los pasos de su marido para tratar de entender quién es.
¿Qué crees que recordarán los lectores de esta novela?
Cada lector hace suyo el libro, lo hace propio, no hay una lectura común. Supongo que lo que más les va a llamar la atención es el final, porque es atípico. La segunda opción es la forma de identificarse con la protagonista, a la que amas y odias de página en página. Para mí fue un estímulo, yo no quería una protagonista de la que te compadeces, yo quería una protagonista a la que tuvieras que reprochar sus comportamientos, porque eso significa que es humana. Fue un reto, porque mis personajes femeninos son heroínas aparentemente buenas, pero Abigail es muy humana y tiene momentos en los que la abofetearías.
¿Hay algo de la vida personal de Teresa Viejo en Abigail?
No… Lo único, una anécdota que cuenta al principio sobre una caja de galletas como la metáfora de la curiosidad. En mi casa había una vieja lata de Cola Cao donde se guardaban las galletas, y estaba prohibido cogerlas a deshoras. Hay una invitación desde las primeras páginas por parte de la protagonista a que los lectores se retraten respecto al qué harían, si se asomarían a la caja de galletas, si mirarían qué es lo que hay… Es una anécdota personal que dejo a la protagonista, que evidentemente es curiosa porque si no, no haría lo que hace.
¿Cuál es el tipo de libro que a Teresa Viejo le gusta leer?
Leo de todo. Novela negra, también libros sobre el amor, Helen Fisher, metafísica, muchos libros sobre espiritualidad… Soy un poco rara en mis lecturas (ríe).
Visitas Alcañiz con motivo del Festival Aragón Negro, ¿cómo ves la situación del género negro?
El género negro es como tener un granero de votos que dicen los partidos políticos. Siempre ha tenido lectores, con independencia de que haya modas de novela romántica, histórica, contemporánea, de crítica social… Da lo mismo, porque el género negro es transversal y bebe de todo. Toda buena novela debe tener su dosis de amor, su dosis de intriga, su dosis de crítica que te lleva a tener rabia… Pero el género negro nunca va a morir. En cuanto a su resurgir en este momento, desde la prensa entiendo que no se pueden hacer determinadas críticas, por lo inmediata y rápida que es, más con las redes sociales. El poso de analizar aquello que nos está sucediendo solo lo puede hacer la novela, y ahí entra el thriller. Es un género que siempre va a tener nuevas voces, porque te puedes asomar a él viniendo desde otros y es un experimento que siempre quiere hacer el escritor. Yo lo he bordeado, yendo siempre por el límite, pero desde mi primera novela siempre hay una trama de intriga y siempre hay muertos.
¿Qué opinas de un tema tan de actualidad como la brecha salarial entre hombres y mujeres?
Los tentáculos del patriarcado llegan a los rincones más recónditos, desde lo obvio hasta lo que no se ve. Pertenezco al consejo editorial de la revista «Mujeres a seguir», un colectivo de mujeres profesionales del mundo del periodismo y de la publicidad, y coincidíamos hace poco en que hay que abanderar una causa, y probablemente la paridad de los sueldos sea una de las causas por las que luchar. El mi-tu es la gran causa, pero ya no hay tiempo. No es una cuestión de apoyar, es una cuestión de hacer tuya la reivindicación. No estamos a los dos lados de una barrera, es la misma barrera, común para hombres y mujeres. Un grupo de grandes comunicadores de BBC se han reducido el sueldo para equipararlo con sus compañeras en la misma categoría y con las mismas funciones y la misma proyección pública. No es una cuestión de «vamos a apoyar», es que es tuya, es que te toca. El mundo en el que vivimos tiene una serie de problemas endémicos que hemos aceptado porque pensábamos que estaban ahí o porque entendíamos que había otros que eran prioritarios. Ya no es que sea una cuestión de prioridad o no, es que el tiempo es ahora. Se ha acabado el tiempo. Esto es tan prioritario como todo lo demás, porque de ahí se van derivando otra serie de cuestiones: una disparidad de sueldos a la baja en las mujeres hace que las familias monoparentales de mujeres tengan menos recursos, por tanto sus hijos no van a poder acceder a los mismos recursos, etc. Es una desigualdad flagrante.
De cara al futuro, ¿tienes prevista alguna otra novela o alguna idea sobre la que te gustaría escribir?
Siempre tengo dos o tres ideas en la cabeza, pero el tiempo que ha pasado entre que concluí la novela y el lanzamiento ha sido tan corto que todavía estoy en la cabeza de Abigail, de Fernando… Los personajes todavía están dentro de mí. Tengo dudas sobre si me quedo en el mundo contemporáneo, si tengo alguna otra historia misteriosa del pasado, que me gustan mucho… Me apetecería hacer algo de no ficción, algo motivador como el tipo de cosas que hago en redes sociales. Me parece que es un tiempo para la reflexión. He tenido un viaje muy potente como ser humano caminando hacia la espiritualidad y me gustaría contarlo… Estoy dándole vueltas.
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