El río Pitarque desaparece nada más nacer en Fortanete para volver a aflorar de forma caudalosa en el municipio al que le da nombre. De ahí que se le llame Nacimiento del río Pitarque a la roca donde resurge el agua, así como al cauce que traza entre abruptas paredes calizas. Este espacio es desde el 2009 uno de los cuatro Monumentos Naturales del Maestrazgo -junto a las Grutas de Cristal, el Puente de Fonseca y los Órganos de Montoro– y puede visitarse gracias a un sendero paralelo que parte desde el mismo pueblo de Pitarque. A lo largo de su recorrido se alternan pozas de aguas cristalinas y pequeños saltos de agua. Cálzate las botas de montaña para sumergirte en un hermoso rincón de naturaleza salvaje. ¡No olvides llevarte provisiones de agua y los prismáticos!
El nacimiento del Río Pitarque
Para llegar hasta Pitarque, tendrás que conducir por la A-1702, una carretera panorámica de 63 kilómetros -conocida como The Silent Route– que une las comarcas del Maestrazgo y Andorra-Sierra de Arcos. Disfruta de las impresionantes vistas mientras surcas cada una de las curvas en un imperante silencio. Desvíate por la TE-V-8042 y conduce cinco minutos más hasta llegar al casco urbano.
En Pitarque, aparca el coche en el parquin público y adéntrate en la localidad para localizar el inicio del sendero SL-TE 30. Entre la ida y la vuelta, caminarás 8,2 kilómetros, unas 3 horas. En el primer tramo, pasarás junto a huertas y campos, en su mayoría abandonados, hasta llegar a la ermita de la Virgen de la Peña. Este pequeño templo de mampostería encalada se construyó en el siglo XVIII y es utilizado en la actualidad por los vecinos dos veces al año, durante las romerías que se realizan en junio, por San Pedro; y en las fiestas patronales de octubre en honor a la Virgen del Rosario. El edificio marca el ecuador del camino, que se introduce en el cañón del río y continúa por su margen izquierda. Tendrás que subir la denominada Cuesta de la Virgen hasta alcanzar una impresionante cascada que cae con fuerza por la ladera de la montaña. Es uno de los puntos más espectaculares del recorrido. ¡Aprovecha para capturar la vista con la retina y, también, con la cámara!
La senda continúa encañonada entre altos muros de piedra modelados por el curso del río, a lo largo del cual crecen chopos, sauces, avellanos y mostajos, hasta llegar a la antigua central hidroeléctrica. En este punto, el valle se estrecha y la vegetación se vuelve más densa, formada por serbales, arces, latoneros, hiedras y madreselvas. Más adelante, un puente te permitirá cruzar a la margen derecha para acceder a los distintos «ojos» de la roca o surgencias kársticas que dan origen al río. Este afluente del río Guadalope es producto del afloramiento en superficie de las aguas que circulan por el acuífero subterráneo, en ocasiones con caudales de hasta 1.500 litros/segundo. Primero encontrarás la denominada Chimenea, donde el agua cae en una impresionante cascada cuando el régimen de precipitaciones lo permite. Más adelante hallarás el Ojal de los Planos, y en la margen contraria el Ojal de Malburgo, considerada la surgencia principal.
La fauna de Pitarque, al igual que la flora, resulta variada e interesante. El río con sus aguas limpias, frías y bien oxigenadas, constituye el hábitat ideal para la trucha común. Destaca, además, la presencia de la nutria. En los cortados calcáreos y zonas escarpadas del vallen anidan especies de aves destacando la presencia del buitre leonado, con una de las poblaciones más importantes de la península ibérica. En los alrededores, puede verse también una gran población de cabra montés.
El pintoresco núcleo urbano de Pitarque, en pleno Parque Cultural del Maestrazgo, se halla situado a los pies de la Sierra de la Cañada. Sus calles se encuentran asentadas sobre un accidentado terreno, dando lugar a curiosas soluciones arquitectónicas. Pasea por ellas una vez finalizada la ruta para contemplar bellos ejemplos de arquitectura popular de adobe, tapial y madera, destacando por encima de todo la iglesia neoclásica de Santa María la Mayor.
Los Órganos de Montoro
En la vecina localidad de Villarluengo se encuentran los Órganos de Montoro, un capricho geológico que recibe dicho nombre porque su forma es similar a los tubos de un órgano. Vuelve a circular por The Silent Route -en dirección a Ejulve, no Villarluengo- para contemplar desde un mirador que hay en la misma carretera este Monumento Natural del Maestrazgo. Son unas impresionantes agujas calcáreas de más de 200 metros de altura adosadas al monte. Para entender el porqué de estas curiosas formaciones hay que remontarse a la edad Cretácica, época en la que se originaron. Su modelado, consecuencia de la acción del agua, el hielo, el viento y la erosión fluvial, ha dado lugar a las singulares formas que se aprecian en la actualidad. La vegetación, carrascas y sabina negra, en las paredes de la roca es limitada, aunque presenta un alto valor ecológico. En cuanto a fauna, al igual que en Pitarque, destaca la presencia del buitre leonado y la cabra montés.
Recorriendo The Silent Route
Si continúas por The Silent Route, verás a mano izquierda un desvío por una pista estrecha que conduce a Montoro de Mezquita, pedanía de Villarluengo. Recórrela para descubrir los Estrechos de Valloré. Aparca el coche en el parquin público y atraviesa las calles hasta llegar a un paraje conocido como las Eras. Allí comienza un sendero entre huertos que lleva a unas pasarelas de madera. Gracias a esta estructura de 200 metros, podrás bordear los estrechos del río Guadalope. El recorrido, apto para toda la familia, finaliza en unos 20 minutos. Para quienes quieran admirar el valle de Valloré, un nuevo sendero circular les guiará hasta el mirador. El ascenso, y posterior descenso, resultará complicado para quienes no estén acostumbrados a realizar ejercicio físico, ya que la verticalidad es considerable y en algunos tramos hay que avanzar por grapas ancladas en la piedra. Asimismo, tampoco es aconsejable para aquellos que sufran de vértigo.
Acércate también a conocer las pinturas rupestres del Cantalar y la ermita de San Pedro de la Roqueta, donde cada año acuden en romería los pueblos de Villarluengo, Pitarque y Montoro. En la senda que conduce a la ermita te toparás con un lugar mágico, el «Bosque de las hadas». Seas mayor o pequeño, seguro que te divertirás conociendo al hada Flor, que trae la primavera, o los duendes Rayo y Trueno, que asoman en las tormentas, entre otras muchas criaturas mágicas que han construido allí sus casas.
De vuelta en The Silent Route, antes de llegar a Ejulve, debes hacer una parada obligatoria para fotografiarte con el logotipo de la carretera panorámica, una gran cabra montés. Si recorres la carretera en sentido contrario y llegas a La Cañada de Benatanduz, tendrás otro motivo de peso para bajarte del coche. En el área de descanso del kilómetro 50 se ha colocado recientemente una réplica a tamaño real del famoso autobús del Maestrazgo conocido como «El Caimán». Este mítico vehículo recorre desde hace alrededor de 100 años la carretera A-1802. Hoy en día sale de Cantavieja y finaliza en Alcorisa de lunes a viernes.
Si planeas quedarte más de un día en el Maestrazgo, no te quedes con las ganas de conocer los otros dos Monumentos Naturales del territorio. Desde Ladruñán, barrio pedáneo de Castellote, puede accederse al Puente de Fonseca. El río Guadalope discurre aquí por dentro de la roca formando un puente natural, lo cual es poco común en los ríos aragoneses. El conjunto formado por el agua, la roca y la vegetación constituyen un remanso de paz y sosiego. Asimismo, este espacio contiene valores culturales destacados, como son sus abrigos rupestres. Para descubrir las Grutas de Cristal, tendrás que viajar a Molinos. Las formaciones rocosas que verás en su interior -como las estalactitas excéntricas-son muy singulares y de gran belleza, nada frecuentes en la geografía aragonesa.