En torno a 30 personas participaron en la primera edición del Rally Fotográfico de Valjunquera. El evento tuvo lugar durante todo el fin de semana y estuvo organizado por la plataforma Valjunquera por el Paisaje. Las actividades se desarrollaron tanto de día como durante la noche con el objetivo de visibilizar el malestar en parte de la población ante las distintas propuestas de parques eólicos que, a juicio de la plataforma Valjunquera por el Paisaje, podrían constituir el fin del extraordinario nivel de conservación del término municipal. Todo ello, añadieron, sin obtener un beneficio mínimamente compensatorio.
Durante ambas jornadas los participantes recorrieron los enclaves más significativos del término municipal de Valjunquera, previamente señalizados in situ y marcados en un mapa interactivo. Entre los participantes se encontraban miembros de la Asociación Aragonesa de Fotógrafos de la Naturaleza -Asafona- y fotógrafos de naturaleza. Asimismo, la jornada contó con la colaboración de Reelity, que elaboró un vídeo con imágenes tomadas con un dron. «Hemos constatado que incluso muchos valjunqueranos desconocían el valor del paisaje que nos rodea. Estamos en contra de que ubiquen aquí parques eólicos porque ello supondría destrozar nuestro paisaje», explicó Esperanza Miravete, portavoz de la plataforma.
También hubo lugar para la fotografía nocturna, en los enclaves singulares de la vieja estación de tren y el despoblado del Más de Labrador. Los más Pequeños disfrutaron de un mini-rally por la zona de la val del Abalori, visitando una carrasca centenaria. La organización quedó muy satisfecha por la participación y la calidad técnica y humana de los fotógrafos asistentes, aficionados e interesados, puesto que, apuntaron, fue un proyecto solidario, cuyo objetivo era poner en valor el paisaje de esta zona del Matarraña amenazado, a su juicio, por la implantación de las macrocentales eólicas. «No es solo ya el paisaje diurno. Tenemos unos cielos inigualables pero pudimos ver las macro centrales de la Terra Alta que están a más de 30 kilómetros de distancia. No queremos imaginar lo que sería tener aquí esas torres de 200 metros. Por no hablar del impacto sonoro», añadió Miravete.